Salud mental, géneros y diversidad sexual
LECTURAS Y VIDEO OBLIGATORIOS:
Lea el artículo Proceso salud-enfermedadatención desde una perspectivade género: una propuestaconceptual para su análisis. de Pagnamento, L.; Weingast, D.; Caneva, H.; Castrillo, B.; Hasicic, C.; Specogna, M. (2016). IX Jornadas de Sociología de la UNLP, 5, 6 y 7 de diciembre de 2016, Ensenada, Argentina.
Lea el texto SALUD MENTAL Y GÉNEROS | APORTES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE. de Cecilia Fernández Lisso, publicado en la página de INDEP Salud de la ATE ( Asociación de Trabajadores del Estado, Argentina)
Lea el texto: POR UNA NUEVA SOLIDARIDAD CONTRA LA VIOLENCIA, de Judith Blutter, extracto de su Libro Sin miedo. Formas de resistencia a la violencia de hoy (Taurus), que se publicó el 9 de julio de 2020.
Lea el texto: Una aproximación a la genealogía de los feminismos para profesionales de la salud, de María Teresa Climent Clemente, publicado en Revista Ätopos, Mayo de 2019
LECTURA Y VIDEOS COMPLEMENTARIOS
Vea el video del Seminario "Salud mental en la diversidad sexual y de género en el contexto actual de Latinoamérica" Universidad Diego Portales.
Lea el Texto Fundamentos de la masculinidad contrahegemónica: la constitución de la personalidad y la forma ideológica de Eduardo Kawamura, Capítulo en libro Género en perspectiva de derechos. Propuestas y posibilidades para la justicia social, Ed. Le Monde Diplomatique Chile, 2021
Lea el número especial SECCION
TEMATICA de la Revista PSICOPERSPECTIVAS Vol. 17, No. 1 (2018) Diversidades
sexuales y de género: Lógicas y usos en la acción pública
Lea: Género, regulación social ysubjetividades. Asimilaciones, complicidades y resistencias en torno a la loca (el manicomio provincial de Málaga, 1920-1950)*. Artículo escrito por Celia García Díaz e Isabel Jiménez Lucena. Publicado en FRENIA, Vol. X-2010, 123-144, ISSN: 1577-7200
Lea el artículo ¿Cómo sería una Constitución con perspectiva de género? de Maximiliano Vega y Gabriela Sierra, pubicado por el diario La Tercera el 10 de octubre de 2020
Lea el artículo: Por qué las mujeres no quieren escribir en THE CONVERSATION, de Lorena Fernández, publicado en The Conversation, y replicado en elmostrador.cl el 30 de Noviembre de 2020
Lea al artículo del diario EL PAÍS Cómo se te ocurre tener tres hijos con quien te maltrataba”: víctimas de violencia machista denuncian el trato en casas de acogida
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Desde pequeñas recibimos un trato muy distinto del de los niños, desde la vestimenta (rosado), pasando por los juegos (las tacitas, ser mamá), hasta el tipo de castigo (“Ud es una señorita”).
ResponderEliminarPosiblemente todas las que estamos aquí en algún momento de nuestro paso por el hospital, sentimos ese trato “distinto” por parte de los profesores mayores y fuimos víctimas del machismo, siendo totalmente vulnerables, se nos trató de menos capaces que un compañero hombre o se nos sexualizó. (Afortunadamente estas cosas hoy se están denunciando).
Conmovedor resulta el texto de Judith Butler, duro, estremecedor, “las vidas que se han perdido deberían haber tenido la oportunidad de vivir”. Muchas veces estas lecturas son necesarias para pensar y volver a sufrir esta realidad tan presente, que es tan injusta como común, “… la desigualdad social desempeña un papel muy importante en nuestro modo de abordar la cuestión de qué vidas merecen ser lloradas”.
Imposible no llorar las vidas que fueron arrebatadas por una muerte que llegó antes de tiempo a manos del hombre violento, que nos pone en peligro porque no valora nuestra condición de personas con derechos. Para muchos, la mujer sigue siendo una pertenencia del hombre, un ser destinado solo para ciertas tareas, y al que “si le pasa algo”, es porque “se lo buscó”.
No solo somos las mujeres las víctimas de esta estructura de dominación masculina, lo son también la comunidad travesti y transgénero. Recibiendo ellas además una cuota extra de repudio por parte del “macho” dueño del mundo. “Las mujeres trans son un objetivo en parte porque son femeninas, o están feminizadas, y se las castiga no solo por rechazar el camino de la masculinidad sino por abrazar abiertamente su propia feminidad”. En los últimos años han sido asesinadas más de 2.500 personas trans en todo el mundo, “en cuanto que mujeres, son consideradas propiedad del hombre, es el hombre el que ostenta el poder sobre sus vidas y sus muertes”.
Las cifras de femicidios en Chile y el mundo resultan alarmantes, 1 de cada 3 mujeres sufre de violencia, las que tienen mayor riesgo de tener problemas de salud mental, y al revés, 3 de cada 4 mujeres con problemas de salud mental han sufrido violencia, “el asesinato es la forma más extrema de dominación, y otras, como la discriminación, el acoso, la violencia física, deben concebirse dentro de un continuum con el femicidio”.
Inspirador resultó la lectura del texto de M.Teresa Climent donde observamos un desarrollo cronológico de la lucha que dieron tantas mujeres por el bien de todas, con avances y traspiés, pero nunca retrocediendo.
El movimiento Ni Una Menos es la voz del colectivo de las que todavía viven, existen y persisten, “Ni Una Menos es una declaración viva por parte de las vivas, unidas para que no se produzca ni una sola muerte violenta más”.
ResponderEliminarLa desigualdad en las condiciones de vida impactan negativamente sobre la salud mental de las personas y comunidades . Hay varias dimensiones implicadas en este proceso, las desigualdades de ingreso , la desigualdad de participación , las socio territoriales y las de género .
“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer “
Como menciona el texto “proceso salud-enfermedad-atención desde una perspectiva de género: una propuesta conceptual para su análisis” por Licia Pagnamento ,el género es una categoría fundamental para abordar problemáticas de salud .
La noción de género permite comprender y cuestionar prácticas que se construyen en la estructura de relaciones de poder y de resistencia que subyacen a los posiciones designados socialmente a los varones y a las mujeres y que se materializan de forma inequívoca en el campo de la salud. Permite visibilizar las desigualdades y entender cómo la noción de “lo femenino” y “lo masculino” se conforman mutuamente a partir de una construcción simbólica, social e histórica.
Uno de los hallazgos clínicos y epidemiológicos más consistentes tanto a nivel nacional como internacional es que los trastornos mentales comunes afectan principalmente a mujeres .En Chile la encuesta nacional de salud muestra una prevalencia de depresión cinco veces mayor en mujeres que en hombres, una disparidad mucho mayor que en otros países donde la prevalencia tiende a ser 2 a 3 veces más alta en mujeres que en hombres.
A nivel Internacionalmente se han descrito hipótesis que han intentado explicar las diferencias de género, en “La versión impresa de Gaceta Sanitaria, Barcelona jul./ago. 2004, en su PARTE II. TEMAS ACTUALES DE LA SALUD PÚBLICA” que se expone en el blog de “ SALUD MENTAL Y GÉNEROS | APORTES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE” de Cecilia Fernández Lisso ,trabajo que pretende mostrar algunas de las controversias referentes a las diferencias de género en la aparición y la distribución de los trastornos mentales, así como en la utilización de los servicios de salud mental y en la respuesta al tratamiento psicofarmacológico. Se nos menciona dos hipótesis : la “exposición diferencial “, brecha que se debe a que las mujeres están más expuestas a desventajas sociales (niveles más bajos de educación ,ingresos , inserción laboral inestable, desigualdad de poder y status) y estresores durante su vida como inseguridad económica , sobrecarga laboral.
Y la “vulnerabilidad diferencial” , su impacto se ve por el reflejo de las desventajas económicas sobre las mujeres así también como el menor control en ciertas áreas de su vida en comparación a los hombres.
EliminarEn Chile la mujer trabajadora es menos remunerada que los hombres , sus trayectorias laborales se ven mucho más interrumpidas por la maternidad por la sobrecarga de roles al asumir la mayor parte del cuidado de los hijos y también labores domésticas que suelen ser infravaloradas , por no ser remunerado .
No es raro escuchar preguntarle a la madre por el cuidado y responsabilidades de los hijos omitiendo el rol paterno.
Por otra parte, las mujeres declaran experimentar mayor cantidad de situaciones de maltrato a la dignidad que los hombres, eso podría tener un impacto negativo en su salud mental . Resultados de ELSOC muestran que los grupos de mujeres de nivel socioeconómico bajo presentan mayor sintomatología depresiva .
El efecto de la posición socioeconómica sobre la sintomatología depresiva ocurre en interacción con el género , es decir se produce efecto sinergia entre desigualdad económica y de género . Las mujeres pobres representan un grupo doblemente desfavorecido lo que parece tener un impacto amplificado sobre su salud mental permitiendo explicar la brecha entre hombres y mujeres.
Tal como esta descrito en la guia de Modelo de Gestion Centro de Salud Mental Comunitaria, existe desiguald en salud ,no explicables por las diferencias biológicas ligadas al sexo, si no atribuibles a la distinta exposición a riesgos entre mujeres y hombres; y ocurren por la diferente disponibilidad de recursos para mantenerse saludables. Es decir, sólo se explican por factores culturales relacionados con los roles y relaciones de género.
Esta estrecha relación entre inequidades de género, etnia, pobreza, discriminación, violencia doméstica, abuso laboral, etc …. Se hace necesaria la inclusión del determinante social “Género” en las agendas programáticas de la red asistencial comunitaria.
Es muy necesario generar espacios de ofrecimiento en atenciones que se dirijan en la línea de disminuir brechas entre ambos sexos y favorezcan un acceso equitativo a las atenciones de salud mental en Centros de Salud Mental Comunitaria. Comprendiendo que las asimetrías de poder entre ambos sexos se traducen en relaciones de violencia que impactan mayoritariamente a mujeres y niñas, por lo tanto, se debe comprender y abordar este determinante social como parte de la complejidad y vulnerabilidad que vive esta población en las atenciones de salud mental.
Resultó muy interesante el abordaje de las lecturas de esta quincena, ya que nos impulsan a la reflexión respecto de múltiples desigualdades de las que muchas personas hemos sido victimas, en particular quisiera referirme al “estigma” que implica ser mujer en la historia, y aún en nuestro contexto social, político, cultural, etc.
ResponderEliminar¿Que implica nacer mujer en esta sociedad?, implica entre otras cosas una predestinación de lo que se espera de nosotras, desde vestimentas estereotipadas, juegos y juguetes rosados, hasta nuestro modo de saludar, sentarnos, posicionarnos, etc., y salir de esa heteronorma hegemónica implica ser la niña extraña, “de seguro se cree hombre”, “es amachotada”, “siéntate y vístete como señorita”.
El crecer también viene de la mano una sexualización de las mujeres, no hay forma de impedir que el desarrollo no haga presa de nosotras, crecemos… y eso da lugar a que muchas veces seamos sexualizadas, creo que en particular mujeres y minorías entendemos profundamente el temor que implica salir sol@s por la noche y pensar que alguien solo por el hecho de creer que tiene el derecho de vulnerarte sobrepase tu espacio personal, emita algún juicio sobre tu cuerpo, o peor aun se atreva a tocarte, solo por ser mujer, y porque muchas veces la sociedad ha potenciado la creencia de la mujer cosificada, y el hombre con “ deseos salvajes”, justifican un actuar condenable… esperanzadoramente ahora existe mayor visibilización y muchas voces se alzan para exigir justicia y equidad.
En el área de la salud donde nos desempeñamos día a día, también podemos ver esta desigualdad binaria, tanto en el trato cuando nos llaman “señorita, mijita”, y a los hombres “doctor”, cuando hay especialidades que son “abiertamente para hombres”, entonces las mujeres ingresan a un sistema maltratador, justificado en que es una beca masculina y ellas deben adaptarse.. donde sus docentes muchas veces las maltratan, entre otras…
En el área de psiquiatría infantil podemos ver como los pacientes dentro de la comunidad LGBTIQ+, específicamente pacientes trans, son llamados por el nombre asignado por sus padres y no por el nombre social o el que a ellos les genere mas sentido, o vemos como el personal de salud (no relacionado al área de la salud mental), carece de herramientas para el trato de los NNA trans, vulnerando en reiteradas ocasiones sus derechos, confidencialidad e identidad.
También es importante mencionar como muchos paciente expresan con total angustia el momento de la develación a la familia y vivencian muchas veces un corte emocional, quedando desprovistos de redes de apoyo, a su vez algunas familias comentan que es muy difícil, un duelo el sentirse parte de una minoría, además del profundo temor que los invade porque muchas veces han visto como las minorías son presa de nuestra sociedad, vulnerándolos en múltiples aspectos, e incluso siendo victimas de violencia y en casos extremos han sido victimas de crímenes de odio, todo esto ocurre en nuestra sociedad, en la actualidad…. en un informe elaborado por Movilh el año 2021, evidenció que en 2020 aumentaron los casos y denuncias por homofobia y transforbia en chile (cifra mas alta hasta ahora conocida), esto sumado a compromisos incumplidos por parte de las autoridades, carencia de condena publica estatal frente a los delitos de odio, así como un desconocimiento por parte de las fuerzas armadas de orden y seguridad sobre como proceder y los derechos LGBTIQ+.
Resulta interesante pensar también en la lucha constante de las mujeres por una sociedad equitativa, con igualdad de derechos y deberes, y un cambio en el paradigma binario, y la heteronorma hegemónica impuesta hasta la actualidad, en este sentido resulta destacable la performance del colectivo feminista las tesis “ el violador eres tu”, primeramente porque surge en chile en un contexto complejo, donde las mujeres alzan la voz, por ellas y por aquellas que fueron calladas y oprimidas, a su vez es sorprendente el alcance que tuvo, y ver como en sociedades “con mayor desarrollo cultura, social, político, etc.” estas opresiones aún tienen vigencia y muchas mujeres así lo manifestaron alrededor del orbe.
EliminarEn conclusión tenemos mucho por trabajar, hay que educar en el amor, compresión y empatía a nuestra sociedad enferma en múltiples aspectos, y sobretodo a las generaciones venideras, y construir en conjunto una sociedad mejor y donde todos tengamos un lugar, a su vez en el área sanitaria debemos garantizar el acceso en igualdad de derechos y condiciones sin distinción, generando un trato horizontal, alejandonos de las asimetrías de poder impuestas entre hombres y mujeres.
Paola Gonzalez Berrios
Becada. Psiquiatría infanto-juvenil
U. Chile
Me parece tremendo lo que mencionas en torno a cómo los estereotipos y sesgos de género se posicionan como eje transgresor de las personas en general y de las feminidades en particular. Estamos en tiempos de una profunda reflexión al respecto, que nos exige un reposicionamiento de cada quien como personas, no solo de las feminidades, sino que también desde la vereda de las masculinidades, asexualidades y diversidades de género, y en suma de la sociedad en su conjunto.
EliminarTambién me llama la atención cómo en medio de este reposicionamiento aparecen todo tipo de polarizaciones y fanatismos, lo fácil que es pasar de un debate a una pelea de egos y micromachismos, lo difícil que es lograr una actitud de respeto y de mirar al otro como persona. Creo que como sociedad estamos al debe en muchos de estos aspectos y, así como lo planteas, hay mucho por lo que trabajar, no solo como profesionales que trabajan con personas, por supuesto que sí, pero más profundamente: como personas que viven en una sociedad.
Nicolás Jonathan Melej Varela
Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur
Concuerdo con lo señalado por Paola, para nosotras las integrantes femeninas de este curso probablemente las lecturas de esta quincena tengan una especial sensibilidad, porque todo lo señalado desde los lineamientos teóricos de grandes feministas contemporáneas como Judith Butler o feministas más "clásicas" como Simone de Beauvoir son conceptos que ya hemos vivido en carne propia, que los leemos y decimos "Ah... entonces este es el nombre de lo que me pasaba". En ese sentido y dado que lo personal es político y lo político personal, destaco que la mayoría de las lecturas de esta quincena sean de autoras femeninas, y que en general las voces femeninas de distintas autoras hayan estado presentes en las lecturas anteriores, algunas veces más, otras menos.
EliminarCreo que al hablar de feminismos y género hay que preguntarle y pedirle la voz a las directamente interpeladas, vale decir mujeres y disidencias sexuales. Pues espacio para las narrativas de hombres blancos, cisgénero y heterosexuales ya hay muchísimo en el día a día, por tanto es imperativo abrir la narrativa más allá de la heteronorma y de la supremacía blanca. En ese sentido, creo que también faltó poder leer artículos sobre feminismo negro y racializado, autoras como la Dra. Joy DeGruy o Angela Davis.
Un tema muy interesante y sumamente relevante, que se aleja en parte de la línea de otros temas del curso. Al estar inmerso en la sociedad, es difícil entender como la cultura, como la hegemonía masculina a lo largo de la historia distorsiona lo que naturalmente consideramos como moralmente aceptable. Y de no ser por todos los esfuerzos y sacrificios de mujeres en las últimas décadas para visibilizar, frente a toda adversidad, la desigualdad y el maltratato sistémico que han recibido por parte de la sociedad, de seguro los cambios hubiesen sido mínimos.
ResponderEliminarSiempre asumí, marcado por el biologicismo por lo que veo, que la gran mayoría de las diferencias de prevalencias de múltiples trastornos psiquiátricos en hombres y mujeres se basaba en diferencias genéticas, hormonales, diferencias constitucionales, etc… y no había considerado que esos trastornos podrían explicarse por el maltrato y la violencia de género que sufren en forma sistematizada desde os primeros años de vida. La prevalencia de trastornos ansiosos y de ánimo perfectamente puede ser causada por la violencia que reciben directa e indirectamente. Siempre me resulta triste ver en cada estudio, los alarmantes niveles de violencia que sufren las mujeres, y de las lecturas de estas semanas, ver que esta aumenta en las relaciones de pareja, que la salud mental de una mujer empeora estadísticamente al casarse, mientras que para el hombre el matrimonio significa un factor protector, resulta difícil de digerir.
Si la sociedad, de la cual el estado es responsable de su estructuración es la que enferma a las mujeres, y la hegemonía de la medicina, también cimentada por el estado, es quien dictamina que considerar enfermedad y que no, que tratar y que no, se puede entender la posición de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres. Respecto de los hombres, comparto la opinión de que los hombres no son víctimas del patriarcado, si no que sufren los costos de su hegemonía, ejercen poder, pero no saben cuidarse a si mismos ni a otros. También sufren por el poder, para el poder y viven menos y sus últimos años de vida son usualmente peores. Creo que la sociedad está evolucionando, en miras de una mayor equidad, es un proceso lento que requiere de nuevas generaciones, educadas desde el inicio de una forma distinta, pero todavía faltan mas batallas, y los hombres también debieran ser protagonistas de estos cambios, se pierde poder, pero se gana salud mental.
Lo que nos convoca esta quincena es hablar del proceso de salud-enfermedad-atención desde una perspectiva de género, tema en donde hay mucho que aprender, analizar, proponer. Pero me gustaría comentar sobre un tema que me ha resultado un poco más ´´taboo´´´; la masculinidad como factor de violencia machista y de vulnerabilidad no reconocida. J. Olavarria postula que el hombre se ve enfrentado a cumplir 3 desafíos o funciones sociales; Demostrar su heterosexualidad, cumplir con los canones relacionados a la paternidad y obtener un buen trabajo remunerado. Esto es demostrado a través de una constante actitud visible o no de competencia, de demostración de lo que no es (No es amanerado, no es fracasado. Etc) y se desarrolla durante la vida desde la niñez a la adultez. ´´Fallar´´ o no cumplir con uno de estos, significa una crisis a resolver, que muchas veces no se exterioriza y que llevaría a situaciones de violencia.
ResponderEliminarCuando se analiza el perfil de hombres violentadores, se pesquisan algunos aspectos comunes como el no encontrar una enfermedad asociada mayoritariamente, una agresividad selectiva por sobre una generalizada, una presentación como victima (De los celos, el alcohol, etc).
Dentro de las medidas que como sociedad se pueden tomar para reducir esto están; Que los discursos políticos que adhieren a la erradicación de la violencia de género se transformen en políticas públicas y acciones concretas. Mejorar medidas de fiscalización de agresores e incrementar los programas de re-educación para varones que ejercen violencia hacia sus parejas. Condenar las prácticas violentas cotidianas en todos los espacios (familia, trabajo, estudios, amistades, etc). Promover estilos de socialización y crianza basados en la equidad y el respeto (colegios, hogar, etc). Ajustes legislativos en materias relativas a post-natal y conciliación laboral-familiar. Incentivar que los padres tengan espacios de cuidado con sus hija/os. Todos esto podría construir al cambio de paradigma que tanto anhelamos.
Excelente comentario Cris, desafortunadamente muchos discursos políticos respecto a violencia de genero y disidencias sexuales hoy en día se han tomado como forma de manipular y obtener solo fines políticos tal vez no tan benévolos.
EliminarLamentablemente hoy en día pareciera estar de "moda" adherir a estos grupos para sacar una tajada de los votos que estos representan.
Muy interesante tu comentario Cristian.
EliminarTal como comenta Diego tambien, los discursos de erradicacion de violencia en politicas publicas deben pasar a hechos concretos, con base en la prevencion y promocion, pero tambien fiscalizacion.
En la lectura de Cecilia Fernández Lisso se nos plantea que la salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida. En relación a esto, según la OMS, las mujeres tienen padecimientos o trastornos de salud mental en un porcentaje mucho mayor que los hombres (70% frente a 30%), algo que también nos evidencia la encuesta nacional de salud con una prevalencia cinco veces mayor en las mujeres. No es infrecuente que a raíz de esto sean tratadas como ”histéricas” o “HI” dentro de la sociedad y en los propios lugares de atención de salud donde pueden asistir. Es necesario que podamos otorgar la misma credibilidad a todas las personas y de esta forma luchar contra el estigma, incorporando la perspectiva de género en salud mental.
ResponderEliminarDentro de las lecturas también se nos habla sobre la violencia contra la mujer. Al indagar en nuestro entorno, no es raro escuchar alguna situación de violencia, negligencia o de vulneración vivida por una mujer. Como bien mencionaba nuestra compañera en comentarios anteriores, dentro de nuestra carrera (medicina) también aun sigue estando el patriarcado presente, tal vez en menor medida con el paso de los años. Al ser estas situaciones a las cuales cualquiera de nosotros (y en cualquier nivel de atención de salud) puede tener en frente, es que se hace necesario informarse de este problema, sensibilizar sobre la violencia como por ejemplo dando a conocer el violentómetro, muchas veces nuestras pacientes o entorno desconocen o naturalizan los distintos niveles que pueden significar de igual forma violencia. De igual forma, siempre será muy importante escuchar con empatía y saber conectar a las mujeres con otros servicios y comunidad, donde hemos podido evidenciar a través de nuestro curso y lecturas, que es el lugar donde encontraremos respuestas.
Muy interesante el material en torno a feminismos, masculinidades, asexualidades y en suma, el tema de diversidades de género, asuntos trascendentales en muchas áreas de la vida, y por tanto en nuestra práctica profesional como personas que trabajan con personas. De todos los tópicos que me llaman la atención, me referiré a 2 que me parecen importantes: el juicio sobre el proceso de identidad de género y cómo se da este en el marco de diversidades del neurodesarrollo.
ResponderEliminarPrimero, me parece relevante considerar cómo se enmarca en los tiempos actuales la temática de los feminismos y cómo ocurre el paso desde un enfoque estructuralista, donde el género es estático, existe conformidad con él y viene dado por un aprendizaje social, así como una arquitectura cognitiva afín a ello, hacia uno post estructuralista, que critica esta mención y considera al género como un proceso de construcción a través del desarrollo evolutivo de la persona, situada en un contexto histórico-político-geográfico particular. Y esto es relevante porque posiciona al género no como algo “innato” y “no modificable”, sino como algo que se construye en forma dinámica. Y si bien los enfoques teóricos que abordan la temática son amplios y muy claros al respecto, me causa curiosidad cómo a través de la historia ha existido tanta resistencia desde distintas disciplinas y personas al tema. Es decir, muchas veces sin reflexionar al respecto, sin una base adecuada, las personas emiten juicios y se basan en conjeturas sesgadas para decir que los procesos de identidad que cursan con diversidades de género son “psicopatología”, “son parte de la personalidad borderline”, “son parte de la difusión de identidad”, “la disforia de género es un trastorno incluido en el DSM-5”, “quiere cambiarse el nombre, pero se le va a pasar”, etc.
Segundo, cómo estos procesos de identificación tienen lugar en personas con diversidades del neurodesarrollo, entendiéndolas desde dificultades de atención, condición del espectro autista, discapacidad intelectual, hasta rasgos de personalidad exacerbados, espectro bipolar, espectro esquizoafectivo, espectro esquizofrénico, entre otras. Al respecto, me parece que hay una total infravaloración del proceso identitario-género en personas con estas diversidades, quizá por “falta de estudios”, falta de “desarrollos teóricos”, etc., pero en el fondo, considero que es por falta de una actitud de respeto y de querer mirar a la otra persona como persona, como alguien que tiene la posibilidad de construir su identidad en forma autónoma, dado que desde una posición de superioridad académica, biomédica, estructural, se le tiende a mirar como “incapaz” de decidir por sí misma o de tener la “complejidad yoica” para elaborar su identidad-género.
EliminarEn concreto, en mi práctica dentro de la especialidad, he sido testigo de cómo la identidad de los jóvenes es totalmente aplastada por un sistema social insuficiente que no da cuenta de la complejidad de su situación, sistema que se erige como colegio, amistades, familia extensa e incluso sus propios padres. Cómo a la base del cuadro clínico que los libros siempre insuficientes nos dicen que estructuremos como como “tr. depresivo”, “tr. ansiedad”, “desarrollo de personalidad con rasgos borderline”, etc., existe siempre un miedo al “qué dirán mis papás cuando sepan de esto”, o incluso tras revelar la situación como querer ser llamado con otros pronombres u otro nombre, la misma familia omite estos acuerdos. Y no solo la misma familia, sino también la misma sociedad: por ej., en Chile solo es posible el cambio de nombre registral desde los 14 años… ¿entonces los jóvenes menores de 14 años con deseo de cambio de pronombres, nombre, etc., no existen? Me parece que como sociedad no hay un entendimiento adecuado sobre la diversidad en general y de género en particular. En otros casos, otros jóvenes relatan la sorpresa que causa oír que se declaran dentro del espectro de la asexualidad, siendo asediados constantemente con comentarios como “ah, pero igual te masturbas, entonces no eres asexual”, lo cual me parece absolutamente preocupante. Ejemplos los hay a mares.
En suma, me parece tremendamente relevante la temática de esta sesión, me parece también que como sociedad y como profesionales estamos al debe al respecto y que es urgente formarnos y educar a las personas con una actitud de respeto hacia el proceso identitario en general, resguardando desde las infancias y a través de las adolescencias una adecuada construcción del proceso de género (así como las otras áreas de la identidad).
EliminarNicolás Jonathan Melej Varela
Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur
Nico, que importante lo que comentas, sobretodo cuando mencionas que como profesionales hemos sido testigos de lo duro y aplastante que resulta el sistema para la identidad en formación de Adolescentes, cuestionando su modo de estar, e impulsando a seguir roles estereotipados y determinados incluso antes de su nacimiento.
Eliminarclaramente es necesario que el personal de salud, educación, familias, etc, podamos formarnos, educarnos y mantener una actitud de respeto hacia todo proceso identitario y todo modo de estar.
Es interesante lo que comentas Nicolás sobre el género como constructo dinámico, es lo que señalan también autoras como Butler y Silvia Federici, en donde el género además de ser constructo dinámico es un constructo propio de la narrativa paradigmática que impera en Occidente, vale decir "propiedad", "producción", "capital", etc. En ese sentido es sumamente ilustrador lo que proponen los ecofeminismos, vale decir una mirada feminista (o matrística, como diría Humberto Maturana) de nuestras relaciones de poder entre seres humanos, con los seres vivos y el ecosistema en sí. Probablemente estamos ahora ante el borde de un abismo, con el cambio climático, las guerras, catástrofes económicas y biopsicosociales. ¿Qué otra cosa que un cambio profundo de paradigma podría darle una esperanza de vida a las nuevas generaciones, que como futuros psiquiatras infantiles atendemos? Habría que partir soñando y trabajando por un mundo distinto, basado en un paradigma nuevo, porque el actual paradigma, como lo señalan las mismas nuevas generaciones, resulta deplorablemente defectuoso, dañino y obsoleto.
EliminarA lo largo de este curso he ido comprendiendo la importancia del contexto social, cultural e histórico en la patogenia, desarrollo, manifestación clínica y epidemiología no sólo en los trastornos mentales, si no en las enfermedades en general. Hoy me resulta simplista no haber tenido en mi práctica clínica previa una genuina consideración sobre el impacto que ejercen los constructos sociales en el desarrollo de los conceptos de salud y enfermedad.
ResponderEliminarSiguiendo esta línea, parece natural asumir que el patriarcado, esta hegemonía que ha sido transversal a clases sociales, culturas e historia, que ha condicionado la vida de hombres y mujeres, tendrá un especial impacto en su salud mental, en la distribución del riesgo, tipo de trastornos mentales y forma de vivenciar el sufrimiento psíquico que provenga de éstos dependiendo del género que se tenga.
Ser mujer es factor de riesgo para tener un trastorno de salud mental. Los estudios que han planteado una mayor vulnerabilidad biológica de las mujeres son inconsistentes a la fecha. Los roles de género y sus mandatos exigen acoplarse a un modelo que demanda servilismo, dependencia y pasividad. Se nos educa para cuidar, para contener y asistir. Se nos enseña que nuestra valía depende de que tan buenas hijas, madres, hermanas o parejas seamos. Por eso muchas dependemos de la aprobación de nuestro entorno, tenemos más inseguridades, baja autoestima, y somos más propensas a tener síntomas ansiosos o depresivos. El patriarcado nos subyuga al punto de sentir que no tenemos un rol protagónico en nuestra propia vida. Lo visibiliza Betty Friedman en el 63 al describir “el malestar sin nombre”, esa inquietud y vacío interno que sentían muchas mujeres al terminar su jornada cumpliendo las labores propias de su género. ¿A esto se radica mi vida? ¿No hay más?.
Los datos presentados por la confederación de salud mental española en el 2018 son categóricos al visibilizar el estigma en mujeres y niñas con trastornos de salud mental. Doble discriminación, que se traduce en condiciones de vida más adversas: aislamiento social, mayores cifras de desempleo y pobreza. Más violencia de género.
Salud mental y equidad de género suponen dos temáticas muy en boga en la actualidad, por lo que quise indagar sobre políticas públicas nacionales. La equidad de género fue un objetivo sanitario para el período 2011-2020 del MINSAL, pero esto no se tradujo en resultados al respecto, por el contrario, se observó un aumento en el porcentaje de mujeres que reportaron haber vivido violencia de género por parte de pareja o ex pareja en los últimos 12 meses, en los grupos etarios evaluados. Se ha visibilizado más, pero se han logrado pocos avances al respecto.
Me parece importante el análisis sobre las consecuencias del patriarcado en los mismos hombres para hacer tangible la transversalidad de los efectos del patriarcado: “..los costos del poder y de no poder hacer todo lo que quieren, esto genera costos en su vida, concretamente tienen siete años menos de expectativa de vida, con peores perfiles de salud..” En salud mental específicamente, se traduce en mayores cifras de trastorno por uso de sustancias. Por otro lado, estudios evidencian que a los hombres se les diagnóstica menos trastornos depresivos, existe menos prescripción de psicofármacos con respecto a las mujeres ante síntomas psíquicos similares, pero llevan la delantera en cuanto a cifras de suicido consumado.
Sin duda la inequidad de género es una temática compleja, arraigada y sistematizada en todas las sociedades, que pese a todas las iniciativas, movimientos y logros obtenidos permanece presente en todas las esferas de nuestra vida.
Leer a Judith Butler me reafirma que el camino a seguir es comunicar. Exponer y denunciar. Sólo así podemos hacer tangible y colectivo lo que se ha mantenido invisibilizado y ha violentado de tantas formas a mujeres, niñas, miembros de la comunidad LGBTI+ y otras disidencias. Un trabajo colaborativo para cambiar una realidad que nos involucra a todos.
Tal como dice mi compañera Carla J ,existe un constructo social de larga data en que se nos atribuía un valor dependiendo de que tan buenas señoras éramos, hijas , parejas. Si bien hoy se ha avanzado en esto y creo, personalmente, que estamos mas cerca del lugar en que nos corresponde, en la práctica logramos identificar muchas veces como este estigma esta inculcado casi en el subconsciente de la sociedad. Cuando estamos controlando a un paciente y nos dice señorita, mijita, y a nuestro compañero le dicen doctor. Cuando hablamos en una reunión y los hombres tienden a terminar hablando entre ellos porque a las mujeres no se nos escucha. Se estigmatiza a la paciente por ser mujer, se menosprecia el esfuerzo que debe hacer después de llegar al trabajo , de que generalmente "nadie la ayuda" en labores del hogar, cuando es una responsabilidad compartida. No es raro ver que vienen usuarias acompañadas de sus parejas y que hablen de la desigualdad en los roles del hogar en la misma consulta porque en casa no se le da importancia.
EliminarConcuerdo con tus palabras, Carla. Qué simplista nos parece ahora nuestra formación biomédica en pregrado, sin considerar las variables psicosociales, geopolíticas y narrativas históricas en el proceso de salud-enfermedad de las personas que atendemos. Y cuánta psiquiatrización/psicopatologización de "malestares" sin nombre, cuantas mujeres atendidas en el Cesfam que se fueron con medicamentos y etiquetas de patologías, cuando lo que realmente necesitaban era vida digna y plena, en todos los sentidos, al menos en todos los sentidos que a ella le hicieran sentido...
EliminarSin duda es largo el camino que nos queda, pero confío en que como nueva generación de profesionales de salud mental y por tanto ciudadanos activamente participativos en nuestros barrios y comunidades, activos en los discursos prevalecientes en nuestra sociedad y en las estructuras societales que la conforman podamos avanzar en una medicina esclarecedora e integral que considere todos los aspectos que llevan a una persona a consultar por un malestar X.
Muy de acuerdo en lo que plantean mis compañeras Carla, Alejandra y Sheida. Es muy evidente que muchas veces el trato es distinto a las colegas por parte de los pacientes, por parte de los propios colegas hombres y de otros funcionarios. Quiero comentar con mucha pena que el trato es muy desigual en los medios de comunicación, como, por ejemplo, en la pandemia por Covid cuando entrevistaban constantemente a los colegas Enrique Paris e Izkia Siches, en varias oportunidades al primero lo llamaban Doctor como dándole una connotación positiva y a la segunda sólo la llamaban por el nombre. Otra situación lamentable en los medios de comunicación masiva es la discriminación, estigma y burlas hacia la diversidad sexual y hacia las mujeres, recuerdo claramente las rutinas y los chistes de dos conocidos humoristas nacionales: Dino Gordillo y Coco Legrand en que se burlaban constantemente de las mujeres y las minorías sexuales. Afortunadamente como sociedad hemos progresado mucho en los últimos años y estas rutinas ya no se reproducen por televisión abierta, aunque todavía nos queda muchísimo por aprender a respetar a los demás.
EliminarDiego González Castro
Un tema muy interesante a tratar durante esta quincena, en donde queda más claro e indispensable que los centros de salud tengan un enfoque de género, donde todas las personas que trabajan en dicho centro tengan la debida capacitación, para un mejor trato y un abordaje mas asertivo en temas tan relevantes y preocupante como la violencia de género, “la cual constituye uno de los principales factores de riesgo de problemas de salud mental, tanto en las mujeres que los sufren, como en sus hijos e hijas que se convierten en testigos involuntarios. Sin embargo, a pesar de las nefastas consecuencias psicológicas, y de que para la OMS el maltrato es un factor precipitante, considerado la causa del 25% de los intentos de suicidio de las mujeres, esta relación entre violencia de género y problemas de salud mental continúa invisibilizada e ignorada a nivel de salud pública” postulaba el texto sobre salud y género.
ResponderEliminarEn los centros de salud por experiencia he visto en cómo es mucho más difícil para las mujeres acceder a consultas de especialidad o en como la red asistencial o de apoyo es mucho mas precaria que la de los hombres, por ejemplo en personas con drogodependencias las mujeres llegan a ingresos solas, por la falta de apoyo y discriminación familiar.
Forma primaria de relación de poder, la diferencia binaria entre sexos no tiene sustrato biológico que la explique por sí misma, si no que constituye una construcción social e histórica, propiamente humana, en nuestra sociedad se tiende a evaluar sobre todos en los estratos socioeconómicos mas bajo, que el rol de la mujer es ser buena madre y esta validación social se da a través de los hijos o hijas. Importante en la actualidad son los cambios que se están dando a esos roles y en como las propias mujeres se han empoderado respecto a su propia construcción de rol.
¿Es posible trabajar desde el enfoque de género en los centros de salud pública? Creo que aun no estamos preparadxs para aquello, no hemos recibido la capacitación suficiente para poder plantearnos ese tipo de atención, para mí el feminismo sigue estando más presente en personas de situación socioeconómicas mas altas, en donde los niveles de educación permiten la independencia desde lo económico, hasta la de pensamiento.
Cristian Zúñiga
Es importante tener claridad sobre lo que ha provocado el patriarcado y el machismo en todos estos años. Sobre todo, al ser terapeutas de mujeres, nos sirve para entender el contexto en que nos hemos desarrollado, las presiones externas y los factores patologizantes del ambiente para desarrollar alguna enfermedad mental relacionada en estas temáticas. Si vemos la salud mental con perspectiva de género y tenemos en cuenta lo que afecta a cada género por lo que ha tenido que vivir, podemos entender el desarrollo de algunas enfermedades mentales, ansiedades, miedos, la imposibilidad de demostrar emociones en el caso de los hombres y la retención de la rabia en las mujeres. Uno de los temas relevantes y muy prevalentes que debemos ver es la violencia hacia la mujer, en los textos se muestran algunos estudios, por ejemplo, que las mujeres tienen 3 veces más riesgo que los hombres de tener depresión y el doble de tener ansiedad. 80% de las mujeres que han vivido en pareja han sufrido violencia de género. El 70% no tiene empleo formal, siendo la mayoría una “empleada de su hogar” 24/7 porque no se distribuyen roles equitativamente como aseo, cuidado del hogar, cuidado de los hijos, etc. Estos son ejemplos de cómo nuestra sociedad por lo largo de los años ha discriminado a las mujeres, provocando tantas patologías.
ResponderEliminarPor otro lado, se toca el tema de la discriminación y los malos tratos a las personas LGBTQ+ por parte del personal de salud, contribuyendo al estrés de minorías. Es necesario aplicar un diseño comprensivo, capacitarse en estas temáticas, ya que cada vez está saliendo más a la luz la diversidad, las personas ya se atreven a demostrar cómo son realmente y cómo se sienten. Como terapeutas necesitamos apoyar y acompañar a los pacientes, que recurren al sistema por ayuda. Una de las formas de apoyar, es validar, comprender la diversidad sexual y de género, por ejemplo, una forma de validar es usar nombre social, usar lenguaje inclusivo, pedir disculpas cuando sea necesario para mostrar respeto. Es necesario integrar el cambio de perspectiva, así las personas en nuestra sociedad van a vivir más libres, validadas y empoderadas con su vida.
Interesante lo que dices Caro sobre la discriminación en la atención de salud para las personas LGBT+. Buscando datos solo pude encontrar la de un curso que asistí a finales del año pasado donde ser realizo la siguiente encuesta:
Eliminar¿Por quién has sido
discriminado?
Un desconocido : 44,4%
Un familiar : 32,7%
Nadie : 23,9%
Un compañero(a) de estudios : 22,2%
Un conocido(a) : 21,8%
Un docente de estudios : 19,9%
Seria buena idea plantear la interrogante de cuanto porcentaje se ha sentido discriminado por personal de salud.
Diego González Rojas
Residente Psiquiatría UCSC.
Sin duda se agradece el tema de esta quincena, no se podría tener un curso de Salud mental comunitaria sin incluir el tema de género y diversidades sexuales. Como ya he señalado dentro de los comentarios anteriores, éstas lecturas nos hacen inmediatamente ponerle nombre y contexto a muchas situaciones que hemos vivido ya sea en primera persona como situaciones que nos cuentan nuestras propias pacientes.
ResponderEliminarSe intersectan muy claramente en salud mental las variables de género, relaciones de poder, raza, nivel socioeconómico, etc. Podemos verlo a diario en el box, también en la medicina "somática" de cualquier especialidad y en medicina general de atención primaria. Creo que estas lecturas debieran incluirse sin duda desde pregrado, y más allá, desde el colegio. Es importante que NNA tengan plena conciencia de las narrativas actuales, para que ellos también como nuevas generaciones puedan ir generando nuevos discursos y narrativas que reemplacen el paradigma actual.
La razón por la que decidí entrar a la beca de Psiquiatría Infantil y no a la de Psiquiatría adulto es precisamente eso, la esperanza. Esperanza en nuevas generaciones, que con adecuado acceso a educación y vida digna puedan ir cambiando los constructos y discursos obsoletos de la sociedad actual. Creo que en ese sentido otro de los coletazos que nos ha dejado el patriarcado es precisamente la desprotección e invisibilización de la infancia, de ahí que el feminismo nos de también herramientas para una sociedad en donde los cuidados, la ternura, la justicia, dignidad y calidad humana sean igualmente válidos.
En una sociedad feminista, solo por citar un ejemplo, los postnatales no se definen en base a una sociedad de producción que busca tener rápidamente a la mujer de vuelta a la fábrica (ojo que medicina también es fábrica actualmente, así que ocupo fábrica como metáfora de básicamente la mayoría de los trabajos en el sistema actual, fábrica en el sentido más amplio de "producir-producir-producir"), sino que se basan en lineamientos científicos y humanos. La psiquiatría perinatal ha dejado ya bastante en claro desde la evidencia científica los daños de una separación precoz de la díada madre-hijo, la psiquiatría perinatal también nos habla de la necesidad biológica y existencial que tiene la díada de ser resguardada, acunada y maternada no solo por su núcleo cercano sino por toda la comunidad. Sin duda una sociedad patriarcal no resguarda, ni acuna ni materna a las díadas, que son la semilla de la que germina el futuro. Es por eso imperativo acercar las narrativas feministas de una sociedad de cuidado y protección a la infancia a las nuevas generaciones, que serán quienes construyan la sociedad del futuro, esperemos que de una mejor manera.
Que importante lo que comentas Sheida en cuanto a la psiquiatría perinatal, donde existe amplia evidencia de lo fundamental que es el primer año de vida y la relación vincular. Sin embargo incluso dentro de la psiquiatría general no se le toma el peso, cuantas veces he escuchado como juzgan a una mujer por querer quedarse más tiempo con su bebé o por hacer uso de su horario de lactancia. Y creo que son fundamentales los grupos de mujeres empoderadas y orgullosas de exigir sus derechos, así como generaciones de nuevos profesionales que velen y promuevan estos cambios.
EliminarCatalina Zilic
sheida concuerdo con tu comentario, sobretodo cuando mencionas como el patriarcado se ha encargado de dejar cada vez menos lugar a una infancia protegida...pero al igual que tu, veo con ojos de esperanza a las nuevas generaciones, las cuales debemos proteger y acompañar.
Eliminarsobre lo que comentabas en previamente sobre haber incluido en las lecturas articulos sobre feminismo negro, me hizo mucho sentido, y recordé un discurso precioso de chimamanda Ngozi "el peligro de la historia única", donde relata como se tergiversa la historia contada desde los privilegios del hombre blanco, cis y heteronormado, asi como también como han recaído sobre ella prejuicios inherentes a su aspecto, origen y raza.
Paola Gonzalez
Becada Psiquiatria infantil
U. Chile
Es importante para nosotros como profesionales de la salud poseer una postura y educación respecto al enfoque de genero. Hoy donde esta tema de a poco ha dejado de ser tabú, nosotros mas que nadie debemos poseer e implementar las herramientas necesarias para poder recibir y atender las necesidades de tan heterogénea población.
ResponderEliminarPersonalmente para mi fue un proceso un poco difícil el atender estos grupos. Como no había sido capacitado ni me encontraba tan familiarizado con el uso de "nombres sociales" o "como tratarlos" las primeras veces que llegan personas trans a mi consulta era algo incomodo y de alguna manera una interacción un poco " forzada". Lo que si me sirvió para mi propio proceso de aceptar y normalizar al resto fue el apoyo del equipo de salud de mi establecimiento clínico.
Afortunadamente en Talcahuano (Hospital Higueras) existe un excelente equipo de trabajo que evalúa, guía y da las herramientas técnicas para poder cumplir el anhelo de estas personas de poder ser externamente como se sienten en forma interna.
A lo largo del curso aprendimos y discutimos la importancia de los contextos sociales, políticos, culturales, familiares y laborales en el proceso de salud enfermedad. Y en las lecturas de esta quincena se reafirma que los procesos biológicos (patologías) son al mismo tiempo procesos sociales, es decir, que las etiologías y la patogenia de las enfermedades no son sólo biológicas sino también están dadas por la situación social. Pudimos además entender que dentro de este contexto social (dado por la situación económica, la raza, etnia, etc.), el género es fundamental como determinante en el proceso salud enfermedad atención.
ResponderEliminar¿Por qué es el género es una determinante fundamental en el proceso de enfermedad? Para entender esto, primero hay que entender como al género como una construcción sociocultural en base a una biología, el sexo, inmediatamente se distingue entre masculino o femenino (se plantea una especie de código binario) y se genera esta distinción según la anatomía y fisiología. Y desde antes de nacer se le atribuyen una serie de roles y/o funciones a cada uno, si es niña la ropa y la pieza es rosada y si es niño es celeste, si es niña tiene que jugar con muñecas y juguetes del hogar para que pueda ser una buena esposa y dueña de casa en el futuro y si es niño tiene que jugar con autos de carrera y superhéroes.
Lamentablemente al género femenino se le ha impuesto históricamente un rol de cuidadora del hogar, de los hijos y de las personas desfavorecidas como adultos mayores o enfermos. En cambio, al hombre el rol de proveedor, de luchador, un rol mucho más de fuerza física. Y estos roles culturalmente aceptados durante siglos han hecho a las personas tener que adecuarse a ellos y no poder vivir libremente y desarrollarse de acuerdo a lo que estimen convenientes, limitando el desarrollo de sus vidas durante siglos o como lo plantea Judith Butler, “las vidas que se han perdido deberían haber tenido la oportunidad de vivir”.
Claramente el género femenino es el más desfavorecido a través de la historia, incluso tal como hemos estudiado y lo comentan algunas compañeras, sin dudas el ser mujer es un factor de riesgo para padecer trastornos mentales y patologías médicas en general. También existe un alto número de violencia física y psicológica ejercida por los hombres contra las mujeres, produciéndose un continuo de violencia que parte con violencia verbal y algunas veces termina en asesinatos. 1 de cada 3 mujeres sufre de violencia, teniendo mayor riesgo de presentar patologías de salud mental, y, 3 de cada 4 mujeres en control en programas de salud mental han sufrido violencia. Es importante también destacar a la comunidad trans, las mujeres trans sufren aún más violencia.
Debido a esta desigualdad histórica es que de a poco surge el feminismo, entendiendo a este como una teoría y una práctica activista que persigue la igualdad real de derechos entre hombres y mujeres. Uno de los primeros registros corresponde a la Revolución francesa en 1789 luego de la “Declaración de los derechos del hombre” en 1791, Olivia de Gouges publica una réplica: “Declaración de la mujer y la Ciudadana” y a los pocos años es guillotinada por esto. En un comienzo la lucha fue por derechos que hoy parecen tan básicos como poder llevar una vida más allá de atender a los hijos y esposos. De a poco estos movimientos fueron surgiendo en otros países, como Inglaterra, EEUU y luego en Sudamérica.
Cuántos siglos tuvieron que luchar las mujeres para poder recibir educación, para poder aprender a leer y escribir, luego ir a la universidad y finalmente votar para poder elegir a las autoridades. Y cuánto duele que hasta el día de hoy se practique la mutilación genital femenina (infibulación) a niñas en África para no poder disfrutar el placer sexual.
Imposible no terminar esta reflexión sin homenajear a nuestra colega Eloisa Díaz, la primera Médica (sí Médica Cirujana, pese a que el título de nuestras colegas hasta hace pocos años decía “Médico Cirujano”).
Diego González Castro
Residente de Psiquiatría Adultos
Universidad de Santiago de Chile
Muy interesante las lecturas de esta semana, este tema en particular me interesa mucho y fue bastante revelador poder integrar el conocimiento previo con el que sume con las lecturas.
ResponderEliminarEl genero es el conjunto de roles sociales que se les asignan a hombres y mujeres y que la mayoría de las veces coincide con el sexo biológico. Eso es algo que tenemos que tener claro, el genero como un constructo sociocultural mas que como algo determinado biologicamente. Durante muchos siglos las mujeres fueron relegadas a un rol secundario, el de cuidado, maternal etc siendo los hombres los que de alguna manera "escribieron la historia" ya en la antigua grecia los filósofos eran de sexo masculino y los lazos entre hombres eran estrechos existiendo incluso relaciones sexuales entre hombres mayores y jovenes de los cuales sabian las esposas. Esta naturalización de las relaciones sexoafectivas del mismo sexo asociado al ostracizmo de la mujer en la toma de decisiones y en la vida en general(incluso en el teatro no habia actrices y todos los actores eran hombres debiendo ocupar mascaras u otros ornamentos para los roles femeninos) no deja de ser paradojal pues ambos grupos son discriminados el día de hoy por el sistema imperante. La historia continuó y con la llegada de la religión las diversidades sexuales fueron condenadas y relegadas a lo más bajo de la sociedad mientras las mujeres mantenían su rol de cuidado y maternidad. Durante siglos se mantuvo y configuro este orden social al que llamamos patriarcado y que solo en los últimos años hemos venido a cuestionar. Es increíble como esta tan marcado en nuestro inconciente colectivo que muchos siguen equiparando sexo con genero y no entienden que el foco debe cambiar a las circunstancias socioculturales que permitan redifinir los roles e incluir a todos. Como decía uno de los textos, el derecho a ser diferente me parece fundamental, la presencia cada vez más creciente de personas que no se identifican con ningún genero o que incluso transitan libremente entre ellos es igual de valida que las experiencias que sufre cada género en particular.
La desigualdad en la cual ha vivido el genero femenino es innegable y asi lo demuestra la violencia de género y los femicidios que no dejan de causar profunda indignación en mi persona, afortunadamente en esta época más conectada podemos condenar estos hechos pero aún se hace poco para prevernirlos y giramos la vista en países aún más atrasados en los cuales las mujeres deben cubrirse por completo y pueden ser condenadas a muerte por adulterio. Que dolor me causa pensar en esos seres humanos! por que eso somos todos al fin y al cabo.
Conocer la historia del femenismo y de aquellas valientes mujeres que lucharon para asegurar que sus hijas y nietas tuvieran mayores oportunidades que las que ellas tuvieron es conmovedor. Si bien me parece que en ocasiones el femenismo esta cayendo en el foco equivocado, existiendo movimientos que se contradicen o que buscan el mismo objetivo por distintos medios. Mención especial a las femenistas radicales TERF quienes tienen una postura netamente biologicista y excluyen a las mujeres trans del movimiento pues ellas "nacieron bajo el privilegio masculina" cuando sabemos que las mujeres transgenero continuan siendo asesinadas y condenadas a vivir de noche y subsistir en trabajos como la prostitución. Espero que estas posturas no encuentren mucho apoyo y el movimiento no pierda la fuerza que está teniendo por reivindicar a un grupo historicamente marginado y que ha sido la principal víctima del patriarcado, ese enemigo común que también ha querido eliminar a minorias raciales, étnicas, sexuales y todo aquel que no se adapte a su modelo de hombre blanco de clase media alta porque también podemos decir que patriarcado y capitalismo hacen un matrimonio casi perfecto de exclusión,discriminación y terror
Es alarmante el rol que ha tenido la psiquiatría en todo esto, recordar que hasta 1973 la homosexualidad estaba incluido en los manuales como trastorno mental y solo fue removida en el DSM II luego de que el psiquiatra John Fryer diera un emocionante discurso donde se declara psiquiatra y homosexual y con una mascaca del presidente Richard Nixon y con el pseudonimo de "Henry el anonimo" dió un discurso que fue clave para remover a la homosexualidad como trastorno mental. Increíble que no fue hace tanto y que el propio Fryer sintió que su carrera pudo haber sido más brillante de no ser por su homosexualidad....
EliminarEs importante que no olvidemos como nuestros antecesores han contribuido en la discriminación de ciertos individuos en base a su genero o sexualidad y no caer en estas prácticas. Es bonito ver que se avanza en ciertas areas y hay menos estigma pero no paro de pensar que la suerte de un homosexual o una mujer trans es radicalmente distinto según su origen y estrato socio-económico.
Creo que ya identificamos el enemigo común y hay que derribarlo para que esta discriminación y asignación de roles arbitraria pueda parar.
Jeff Semler B
Residente Psiquiatria I°
Tal como lo señala Cecilia Lisso, los factores sociales y culturales son claves en cuanto a como se desarrolla y mantiene la enfermedad mental, esto ya es visible hace muchos años, pero se intensifica aun mas con la llegada de la pandemia. Lamentablemente se vio un aumento de la violencia intrafamiliar y las mujeres de muchos hogares se vieron presionadas y angustiadas a seguir desempeñando sus roles de cuidadoras, proveedoras, contenedoras y educadoras, además de encerradas en viviendas pequeñas, sin acceso a una red de apoyo o ayuda de salud mental. Además, muchas veces basta con que una madre señala que está cansada para que se le critique incluso el amor hacia sus hijos, por expresarse. Finalmente, las mujeres se encuentran maternando solas, con escaso apoyo a sus procesos y además muchas veces medicalizando problemas sociales.
ResponderEliminarRespecto a las brechas en cuanto a identidad de género y diversidad sexual, como se expone en el texto, aun existen múltiples brechas en las atenciones de salud. Además, llama la atención lo dispar en cuento a conocimiento y disponibilidad de recursos en cuanto a las diferentes regiones y comunas del país. Por ejemplo, en hospital las Higueras existe un policlínico de atención a NNA trans, pero por el momento es el único en la región y no es centro de derivación, por lo tanto, los NNA de otras comunas y del sector privado no tienen la opción de atención.
Otro punto importante es la necesidad de estar en constante actualización sobre los procesos que viven las personas en cuanto a su género. Hasta hace unos años solo se hablaba de identidad de género en cuanto a lo binario, dejando de lado e invisibilizando otras posibilidades, como adolescentes que se definen como genero fluido o también no binaries.
Catalina Zilic B
En los textos de esta quincena podemos revisar una gama de opiniones y revisiones históricas sobre un tema tan cotidiano e importante en el desarrollo de nuestras habilidades sociales que muchos solo hemos considerado e interiorizado una vez ya convertidos en profesionales, es así como en la lectura “Una aproximación a la genealogía de los feminismos para profesionales de la salud mental”, podemos dar un recorrido por lo que significa en su amplio espectro, comenzando por una definición básica de términos tan diluidos en la actualidad, comprendemos que feminismo es una teoría y una práctica activista , es una forma de ser y estar en la vida . Persige la igualdad real (no solo formal) de derechos entre mujeres y hombres además del termino genero y patriarcado. Desde su revisión histórica podemos comprender que en la larga historia de la humanidad las mujeres han sido objeto de omisiones ominosas por solo recordar a personajes históricos desde maría magdalena (quien al día de hoy no es considerada una apóstol), hasta personajes más extravagantes y excomulgados (3 veces) de la iglesia como Madonna. Si entendemos las reivindicaciones sobre igualdad en educación, matrimonio, sufragio surgen de un concepto tan básico como el relacionamiento del ser humano, algo por lo que todas las mujeres luchan desde el momento de nacer, se menciona la historia de Olimpia de Gouges la que fue guillotinada por su forma de pensar, la segunda ola nos muestra la lucha por igualdad en derechos políticos como el voto, la tercera ola vemos como hay un cierto grado de reivindicación de los derechos sexuales, se nos describe “el malestar que no tiene nombre”, de estos párrafos destaca la idea de que las mujeres suplen las necesidades del hombre en la medida que son necesidades de este. La necesidad de hacerse escuchar se hace cada vez mas importante, el derecho al aborto, al placer sexual y el reconocimiento a labores que realizan las mujeres se hace cada vez mas relevante en la sociedad. Es como hemos ido avanzando gracias a estas corrientes en el avance sobre estudios LGTB+, tenemos también una muestra del eco-feminismo que apoya el maltrato animal destacando que todo ser vivo tiene valor por si mismo y tiene capacidad de sufrimiento. Es así como el autor nos invita a ser participes de una cuarta ola, con un poderoso vinculo multigeneracional sacando provecho a las ventajas tecnológicas actuales, entendiendo el sufrimiento humano.
ResponderEliminarCon respecto al texto de Judith Blutter destaco la frase “La violencia es al mismo tiempo acto e institución, pero es también, como he mencionado, una atmósfera tóxica de terror. Cada una le sirve de sostén a la otra, están de hecho encadenadas, conectadas una a otra en una dialéctica potenciadora del terror”, que nos llama a la reflexión de situaciones que suceden no solo en países extranjeros, sino en nuestro propio territorio aún podemos ver noticias sobre personas golpeadas por ir de la mano en la calle o asesinatos de odio, es así como también recuerdo un movimiento que hubo en estados unidos, precisamente en california que buscó la no prescripción de los crímenes sexuales y a pesar de lo lógico que nos podría resultar el hecho de que exista un periodo en que una persona violentada no denuncie se llego a un “acuerdo” de subir de 3 a 5 años este periodo casi negociando el mismo entre políticos sin considerar la importancia o relevancia del acto, conformándose con una visión de “es mejor que nada”.
La violencia de genero es no es solo ignorada por una sociedad que la justifica, sino también por la propia familiar que rodea a una persona que se siente distinta, quizá desde la infancia, que ha sido violentada de muchas maneras por algo que no es creado de manera azarosa o voluntaria, se une a una sexualización innata de las mujeres donde deben cumplir un rol casi de “deleite visual a los varones heterosexuales”, estos roles los vemos inculcados desde la infancia mas temprana hasta nuestra propia adultes, la problematización de las relaciones sociales de género permite romper con la idea de que las diferencias sexuales presentan un carácter natural y universal, como lo señala uno de los textos.
Eliminar“la hegemonía constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas en relación con la totalidad de la vida: nuestros sentidos y dosis de energía, las percepciones definidas que tenemos de nosotros mismos y de nuestro mundo. Es un vívido sistema de significados y valores fundamentalmente constitutivos que en la medida en que son experimentados como prácticas parecen confirmarse recíprocamente.”
Para reflexionar queda que es fundamental el rol del estado en las políticas que visibilicen y eduquen desde temprana edad sobre los roles y problemas que enfrentan las mujeres personas del conglomerado LGTB+ o quien siente que es afectado por algún tipo de segregación social, podemos ver como parte de la generación z, ha logrado normalizar las identidades sexuales y es en sus padres y mayores donde se topan principalmente con barreras. Considero que se ha avanzado pero aún nos queda mucho camino por recorrer, desde nuestro rol de médicos educar, no juzgar e integrar.
Les dejo una entrevista de una actriz que realizó su transición a los 12 años con el apoyo de sus padres y que para todos nosotros es conocida por su rol de Jules en la serie Euhporia de HBO.
https://www.lavanguardia.com/gente/20191013/47933964391/el-icono-transexual-que-rompe-con-las-etiquetas.html
Saludos
Respecto a las reflexiones desprendidas de este curso y puntualmente las lecturas de esta quincena, nuevamente sale a relucir el rol que la salud y sus instituciones cumplen dentro de una sociedad, representando un elemento comunitario desde el cual debe ser comprendida y abordada la complejidad del entramado social.
ResponderEliminarLa diversidad y el género están presentes en la mayoría de los escenarios a los que como profesión nos enfrentamos cotidianamente, y por tanto involucrados en el desarrollo vital de la persona, sin embargo el paradigma biomédico muchas veces reduce su compresión, limitando la posibilidad de entender de manera situada y reflexiva las condiciones en las que se desarrolla cada persona.
El género y las condiciones en donde históricamente las mujeres han desarrollado su vida, el rol de la reproducción de la vida, en de los cuidados y las labores domesticas han sido protagonistas de muchas de sus trayectorias. Entender su salud y la enfermedad como procesos sociales e históricos es una urgencia, en el ejercicio profesional y la formación académica de los profesionales de la salud, así también asumir como propios estos elementos que por muchos años han sido percibidos como ajenos o pertenecientes a campos de las ciencias sociales, abriéndose a un trabajo colaborativo y transdisciplinar.
Un ejemplo en donde se refleja claramente esta carga histórica es el síndrome del cuidador, esta condición que trae consigo un desgaste físico y psicológico que ha sido ampliamente estudiada y documentada, está precisamente determinada por el género. En Chile las mujeres dedican 41.5 horas de trabajo no remunerado a la semana, dentro de las que se encuentran las labores de cuidado, en comparación a los hombres quienes dedican 19 horas. semanales. Así también existe una diferencia entre mujeres con y sin hijos, dedicando estas ultimas 24,3 horas semanales a las labores domesticas y de cuidado, frente a las 55,7 horas que dedican quienes son madres.
Al entender que una mujer que sufre este síndrome no solo posee esa carga física y psicológica sino también social e histórica, permite generar practicas profesionales distintas, con una perspectiva de género, que puedan traducirse y aportar en políticas públicas que atiendan y avancen en el reconocimiento e igualdad en los sistemas de cuidados.
Hola a todos
ResponderEliminarLa influencia social, cultural, el ambiente tiene un gran peso en la atencion que se entrega a los usuarios en diferentes contextos, cuestion que se hace mas evidente y palpable para quienes trabajamos en salud.
Ante esto es que poco a poco se puede ir cayendo en distintos tratos a las personas por caracteristicas que estas tengan, sacando el foco del valor intrinseco de esta.
Asi como en sesiones anteriores notabamos como muchas veces existe un trato distinto a personas con determinados diagnosticos, llegando incluso al estigma y discriminacion, asi tambien existen otras diferencias que se realizan, que son un realidad hoy, como son aquellas que tienen que ver con una perspectiva de genero.
Considero que nos encontramos en una etapa de transicion, desde un machismo ciego a una validacion de la realidad que son las mujeres.
A pesar de esta transicion, implica un gran desafio, y un aprendizaje continuo el poder salir de moldes antiguos, algunos muy sutiles, y avanzar al reconocimiento que les corresponde, con las posibilidades abiertas, sin hacer zancadillas en el camino, permitiendo que el querer ser venga de una decision individual y no de expectativas sociales o un rol determinado.
Saludos
Las lecturas de esta quincena me resultaron tremedamente interesantes e impactantes y me han permitido visualizar y realzar la importancia de incluir la mirada de la perspectiva de género y de diversidad sexual en nuestro quehacer en salud mental. Desde una visión más sociológica se entiende que la estructuración de nuestra sociedad se da en función de clasificaciones de las personas (entre otras tantas miles de clasificaciones) en grupos definidos por el sexo biológico a los cuales le está asignado un determinado rol o papel, en el cual el hombre goza de mayores privilegios y se sitúa en posición de dominación y la mujer queda relegada a “segundo plano”, asociándola más a un rol de cuidados. De esta gran desigualdad de género es de dónde deviene del padecimiento psíquico, más que a las características biológicas per sé de las mujeres. En el caso de las diversidades sexuales el sufrimiento está ligado más bien a la vulneración de derechos, a la violencia y a la discriminación constante a las que se ven sometidos por ser de determinada forma, explícitamente por ser diferente a lo heteronormado. Hoy como profesionales de la salud nos vemos enfrentados a esta realidad, es decir, a la inmensa heterogeneidad que convive en nuestra sociedad y a la cual es imprescindible darle el lugar que se merece a cada quien y brindarle una atención que considere sus necesidades más específicas. Lamentablemente, aún el sistema de salud presenta grandes brechas en estas materias, y es muy triste darse cuenta que son incluso los mismos profesionales de la salud los que ejercen algún tipo de maltrato. Se suma el hecho de que hay pocos profesionales formados en el tema y escasos dispositivos para brindar una atención especializada (hablando, por ejemplo, de las personas transexuales o las mujeres víctimas de violencia en todas sus formas). Hemos tenido avances, como dijo mi compañero Diego, destaco con mucho orgullo que en Talcahuano tenemos un poli trans con un robusto equipo de especialistas que acogen a los pacientes de una manera integral y le brindan la oportunidad de realizarse como la persona que sienten que son. Otros grandes avances han sido el matrimonio igualitario en Chile, la homoparentalidad, los movimientos feministas, entre otros. Creo que la visibilización de estos temas ha ido tomando fuerza y nosotros como futuros psiquiatras tenemos que estar ayudando a este propósito ya que aún hay numerosas cosas que están invisibilizadas y que continúan siendo “temas tabú”. Es también un deber capacitarnos constantemente y respetar siempre el “derecho universal a ser diferente”.
ResponderEliminar“Toda persona debería ser libre de aspirar a una vida vivible y despojada de violencia…que le permita querer la vida que la ha sido dada vivir”. Esta frase para mí cobra mucho sentido en la temática abordada, ya que considero que mucho del sufrimiento de las personas tiene que ver con la poca tolerancia y aceptación que hay de todo lo que es diferente a lo hegemónico, y en el caso particular de las mujeres, tiene que ver, por una parte con lo más evidente que es la violencia patriarcal a la que estamos aún sometidas y por otra, tiene relación tal vez con que por muchos años estuvimos (o estamos) viviendo en función más de las expectativas que la sociedad tiene sobre nosotras que realmente cumpliendo nuestras necesidades y sueños inherentes y más íntimos.
EliminarSaludos
Claudia Aguayo
El tema de esta semana es muy relevante para la labor diaria que tenemos que afrontar como agentes de salud, la perspectiva de genero es algo a mi parecer necesario para la actualidad que vivimos y cada vez se hace mas presente y preocupante para nuestros usuarios.
ResponderEliminarDesde que estudiamos medicina en el pregrado se nos hablan de estudios de medicamentos y que porcentaje de efectivdad tienen en los pacientes o cual es la prevalencia de ciertas enfermedades, pero nunca se hace evidente el sesgo de genero que tienen muchos de estos estudios, que estan enfocados principalmente en los hombres pero que se extrapolan los resultados a las mujeres, como si estas biologicamente fuesen "iguales", sin considerar lo distinto que pueden llegar a ser. También en salud mental la historia nos ha demostrado como se estigmatiza a la mujer con enfermedades como la "histeria" que inicialmente se le relacionaba solo a mujeres por tener utero, pero que hasta el día de hoy se escucha gente de la comunidad refiriendose a mujeres como "histericas" cuando tienen cierta expresión de la personalidad, lo cual perpetua la problematica, la estigmatización y la violencia de genero de las mujeres. Es importante tener presente los contextos sociales de las personas y como el patriarcado ha afectado diversos ambitos de la vida de las personas hoy en dia, como roles "esperados" dependiendo del genero al cual pertenezcan y como el fallar a este rol puede llevara generar trastornos o sintomas en salud mental. Las lecturas nos ayudan a concientizar y sensibilizar estos temas, para seguir avanzando hacia una sociedad menos dividida en temas importantes y asi evitar la violencia y toxicidad que pueda surgir contra nuestros usuarios. Por otro lado, no nos podemos olvidar que hace algunos años "otras" expresiones de sexualidad o genero, eran considerada como enfermedade y hemos avanzado bastante como sociedad cientifica sobre estos temas, pero aun nos falta para llegar a estar en un lugar comodo, luchando por los derechos de la gente con expresiones de genero diferentes a la norma, como los jovenes no binarios en latinoamerica, entre otras luchas.
Luis Aguilera
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola a todos:
ResponderEliminarQue interesante resulta las lecturas de esta quincena como mucho de mis compañeros mencionan, sobre todo para nosotras, que remecen y generan aún más ruido. Primero al leer proceso salud enfermedad atención, donde Laurell propone la categoría proceso salud-enfermedad como herramienta analítica que sitúa (o re-sitúa) a lo social en un plano de preeminencia, frente a los fenómenos de carácter biológico y físico-químico que pudieran reconocerse en el mundo de la naturaleza,
al subrayar el carácter social del mundo humano y del aspecto biológico que en él puede reconocerse Entiende la salud y enfermedad como partes de un único proceso cuyo carácter es eminentemente social e histórico.reconocerse. que increible que esto no sea evaluado o enseñado antes, pero agradezco tener la oportunidad de participar de estas lecturas y realmente entender la importancia que tiene el contexto social cultural e histórico en el concepto de salud y enfermedad que vamos aprendiendo. por otro lado tambien que importante es la perspectiva de género, saber cómo se construye, tenerla presente como agentes de salud, y lo importante que repercute en la sociedad. es muy sabido que el ser mujer, implica ciertas cosas y costumbre y obligaciones predestinadas. no se puede hablar de salud o enfermedad sin tener presente un enfoque de género.
nosotros en el area de la psiquiatria infantil vemos como el trastorno de espectro autista siempre fue solo analizado y estudiado en hombres, se estudió sin un enfoque de género y muchas mujeres fueron infradiagnosticadas porque no cumplian con los parametros de diagnostico establecidos. recientemente se ha logrado visibilizar el TEA en mujeres que es de una expresión manifestación diferente logrando diagnosticar a más a temprana edad y generando un mejor evolución y pronóstico y lo más importante un cambio en ellas mismas logrando entender muchas veces porque se sienten distintas al resto.
Catalina Rodríguez
residente psiquiatria infantil UCSC
Si repasamos los conceptos de biopoder de Foucault como formas que los estados se organizan para ejercer el control de cuerpos y poblaciones, una de las líneas de subyugación es a través de la biomedicina. El supuesto carácter ahistórico y universal de las ciencias médicas, ofrece un práctico sistema para delimitar la salud de la enfermedad, permitiendo renombrar lo ilegal con términos más convenientes a la estética del siglo XX, reformulando el terreno de lo anormal como enfermedad. Es en nombre de esta enfermedad que todo proceso de curación y rectificación es justificable, siendo incluso, un acto de benevolencia, caridad, fraternidad y entrega. Pero esta mirada plagada de masoquismo cristiano, protegida en la medicalización y sus formas de vigilancia y castigo, preponderante en las diferencias de concepción, acceso y tratamiento en salud mental, con respecto al género de sus usuarios.
ResponderEliminarEl género como construcción social se relaciona profundamente con esta concepción biomédica. Basándose en diferencias anatómicas, se ha anulado la concepción de privilegio masculino como una construcción, para adjudicarla a un orden natural. Desde argumentos hormonales, volúmenes cerebrales o de manuales diagnósticos, este discurso fue replicado por profesionales durante gran parte de la historia de la medicina moderna, legitimando las prácticas. Es interesante tomar como ejemplo el rol que el psicoanálisis tuvo en la generación de estos argumentos, con una teoría explicativa de la psiquis femenina, que abunda en términos sexistas, y dió pie a la masificación de la histeria como insulto ampliamente utilizado, elaborando una conciencia de hegemonía validada por las ciencias. De la misma manera, los manuales diagnósticos, con su famosa definición de trastorno para la homosexualidad en DSM-III, repasa los limites de la normalidad y posibilita leyes que anulen a las disidencias sexuales. Así, se validan formas opresivas diversas, desde el derecho a voto a las terapias de reorientación sexual, entendiendo la ley médica como la única voz equivalente al orden natural.
En este contexto la detección y tratamientos en salud mental, parece una profecía autocumplida de mayores prevalencias de trastornos mentales en mujeres y disidencias, pero no podemos obviar el rol que la desigualdad y exigencias sociales tienen con estos grupos. Excluir de la ecuación las dificultades que por mucho tiempo dejaron a estas poblaciones privadas de ingreso a educación superior, oportunidades laborales o posiciones políticas en que hacer valer sus derechos, es fomentar la mirada simplista de los manuales diagnósticos.
ResponderEliminarLa disputa contra la violencia psiquiátrica por partes de la comunidad LGBTQIA+ y grupos feministas, es solo uno de los muchos aristas en que la desigualdad de estos sectores lucha contra la hegemonía masculina. En su articulo, Climent hace un rapso por etapas y facetas del feminismo, desde las conquistas sufragistas, hasta las aproximaciones más actuales como el ecofeminismo, dando pie a la posibilidad de una cuarta ola feminista. Es interesante entender que como otros movimientos, la heterogenicidad que existe dentro de sus posturas en temas como la prostitución, la pornografía o la misma categoría de mujer, pudiese considerarse una desventaja ante la fragmentación del movimiento, pero tambien pudiese ser el punta pie inicial y caldo de cultivo para nuevas miradas y desafios.
El género es un elemento extraordinariamente relevante desde el punto de vista epidemiológico para enfrentar políticas de salud que respondan a las complejidades de cada uno por si mismo.
ResponderEliminarEl ambiente sociocultural es un determinante que perpetua y extiende diferencias entre sexos y orientaciones sexuales y de género. Como sabemos dentro de los determinantes de salud encontramos elementos como nivel educacional, estrato socioeconómico, acceso a servicios, acceso al mundo laboral incluido brechas salariales, acceso a prestaciones de salud específicas para el mundo femenino, solo por mencionar algunos. Elementos tan esenciales como el acceso a prestaciones de salud específicas son un determinante de la brecha en desmedro del género femenino y también de grupos LGBTIQ+. La salud mental no escapa a ello, no por nada tenemos que él solo rol de la mujer en la sociedad es un determinante que predispone a mayor sintomatología depresiva en relación 3/1 respecto de los hombres. Como dejar pasar indicadores tan duros como de riesgo de suicidio en donde la comunidad LGBTIQ+ tiene en el caso de homosexuales hasta 7 veces más riesgo, y en el caso de población Trans hasta 15 veces más riesgo (como factores de riesgos que hoy parecen tan propios de décadas pasadas pero que se mantienen sin mayores cambios como son la falta de redes de apoyo social, familiar o matonaje).
Los elementos entregados por la epidemiología son extensos para tomar medidas que trasciendan solo lo psicosocial (entendiendo que es un paso inicial y necesario), donde sin querer dejar de lado cambios importantes tan simples como llamar al paciente por el nombre que desee (nombre social), que permiten la inclusión de las minorías. Es trascendente también poner números a toda la multiciplidad de necesidades en salud que requieren. Con políticas públicas estructurales extensas que vayan desde el tipo de formación que reciben los profesionales desde pregrado entendiendo la necesidad de interiorizarse y profundizar en grupos clínicos especiales como las minorías 8incluídas las étnicas), así como optimizar los sistema de registro y evaluación de estos pacientes que permitan una adecuada caracterización de sus variables pudiendo entregar prestaciones específicas a sus requerimientos apuntando a una verdades salud equitativa, igualitaria, universal.
Pero estas medidas solo serán exitosas si el esfuerzo es transdisciplinario entendiendo que el ambiente que provee nuestra sociedad es particularmente discriminativo, con una formación desde las familias y desde las escuelas que, pese a avances, aún no son suficientes para el logro del control de los factores ambientales que aún pueden dañar la salud de las minorías o de las mujeres. Aún el nivel cultural del país es insuficiente, aún la universalidad de nuestros compatriotas no ha llegado a un nivel suficiente que sobrepase el simple respecto hacia el otro (con un dejo de invisibilización de lo distinto o diferente más que un respecto por la individualidad y la diferencia), pasando a un verdadero respeto y aprecio del ser del otro, no solo valorando a la mujer por lo que es y por lo que hace cualquiera sea el rol que ha decidió tomar libremente en la sociedad, sino también celebrar la universalidad del amor en pareja de todas las condiciones sexuales, paso elemental para poder vernos unos y otros de sexos, sin color, sin nacionalidad, sin ideología, sin religión, simplemente vernos personas.
La visibilizarían y problematización a la sociedad en conjunto de estos elementos de discriminación, enfocados en permitir y motivar cambios estructurales en el comportamiento social, son elementales para la igualdad en protección, tratamiento, rehabilitación y sanación de las minorías como del género femenino que se ve relegado a condiciones desmejoradas en relación al basal de lo que el sistema de salud puede entregar.
Saludos cordiales.
Eduardo Peirano O.
En esta quincena se nos invita a reflexionar sobre un tema con el que convivimos a diario, pero que a veces al estar tan insertos en los modelos biomedicos con los que nos han formado, que dejamos de lado esta mirada social que es parte importante en el proceso de salud-enfermedad. Se nos invita a ir mas allá del orden “natural” impuesto socialmente y establecer la relación entre los distintos aspectos sociales que influyen en la biología humana y se manifiestan diariamente en nuestras atenciones clinicas.
ResponderEliminarLas relaciones y posiciones designados socialmente, se traspasan inequívocamente a la salud. Tomando en consideración el contexto social, historico y politico en el que se desarrolla la sociedad. Estas se articulan de tal forma que forman un entramado que va moldeando la construcción de la persona, y no necesariamente atribuible a causas genéticas como se explican muchos procesos de enfermedad.
A lo largo de las décadas el cambio de estas relaciones tradicionales de genero han permitido avanzar en una sociedad mas igualitaria, la que afortunadamente fuerza a las prestaciones de salud a incorporar estas transformaciones y aceptando el carácter dinámico de las relaciones interpersonales a todo nivel, incluyendo la salud. Necesariamente hay que dejar de lado el privilegio masculino que socialmente fue adquiriendo mayor legitimidad basandose en aspectos biológicos.
Los conjuntos sociales construyen acciones frente al proceso salud-enfermedad, organizado profesionalemnte, pero a la vez normalizando el desarrollo de ciertos padecimientos.
Los procesos sociales son factores influyentes en los fenomenos biologicos, llegando incluso a darle solidez a la desigualdad y diferenciación.
Esta quincena se nos plantea un tema de enorme relevancia hacia la comprensión de los factores que contribuyen al sufrimiento mental y la búsqueda de principios de acción y tratamiento tanto a nivel individual como social-comunitario.
ResponderEliminarLa violencia de género, los riesgos asociados al solo hecho de ser mujer y la discriminación hacia la comunidad LGBTQIA+ son factores que determinan desigualdad en el estado de salud y bienestar que van más allá del ámbito socioeconómico.
Tal como se describe en el artículo de Cecilia Fernandez Lisso, las mujeres tienen mayor riesgo de padecer depresión, trastornos de ansiedad y problemas de salud mental en general. Y si lo padecen, el estigma asociado es mucho mayor. La violencia de género continúa siendo un factor de riesgo invisibilizado e incluso ridiculizado por ciertos colectivos. Y este es un problema que existe desde hace mucho tiempo incluso en las instituciones de salud mental, ilustrado claramente en la evolución del concepto de “histeria”, vinculado a la concepción del “útero alado y errante” y los violentos y denigrantes tratamientos aplicados para esta “patología”.
Por otra parte, a nivel de la comunidad LGBTQIA+ se ha observado un mayor riesgo de estigmatización, discriminación, violencia, humillación y suicidio (con una prevalencia de riesgo suicida entre 20-50%). (Tomicic et al 2015, Unesco, 2012). En chile se ha observado que un 50% de las personas trans ha intentado quitarse la vida (Berredo, 2011).
Una estrategia de salud mental necesita considerar los riesgos y necesidades específicas de cada población, así como las barreras particulares que dificultan el acceso, tratamiento, continuidad y recuperación. Pero eso se hace muy complejo cuando ciertos sectores de la sociedad se empeñan en negar o minimizar esta mayor situación de vulnerabilidad vinculadas al género e identidad sexual. Por esto considero muy importantes los movimientos que en el último tiempo han buscado visibilizar estos problemas, que continúan valientemente pese al rechazo inicial con el que se encontraron. Por otra parte, necesitamos que las inequidades en salud vinculadas al género e identidad sexual sean explícitamente abordadas en los programas de formación de profesionales sanitarios, tanto a nivel de pre como post grado.
Me parece muy valiosa la experiencia relatada por el psicólogo y Dr. Miguel Rueda en el seminario “salud mental en la diversidad sexual y de género en el contexto actual de Latinoamérica, donde no solo se diseña una estrategia de intervención dirigida a la población trans que ha sido víctima de violencia, sino que esta se ajusta a las particularidades de la situación local (conflicto armado con las FARC en Colombia)
En esta oportunidad, se nos invita a la reflexión sobre un tema de urgente relevancia y me parece muy bueno que comience a emerger desde la teoría, la representación de lo que viene ocurriendo injustamente desde tiempos inmemoriales y me refiero con ello a la “naturalización” de la que se ha hecho parte el modelo biomédico, el cual se ha hegemonizado en nuestra cultura imperando un modelo organicista que no ha dado cabida a la cuestión social, donde el ser humano es dimensionado no sólo en su arista biológica - orgánica; siendo esta mirada restrictiva del ser humano y muy iatrogénica en su intervención en todos los ámbitos de la salud, pues desde la restricción organicista ha limitado a la mujer históricamente y ha discriminado a las disidencias sexuales. Hoy en día por ejemplo, si nos enfocamos en uno de los diagnósticos psiquiátricos frecuentes en las mujeres, encontramos la etiqueta diagnóstica de “Depresión Post Parto” que la mayoría de las veces es el velo de la desigualdad y de la ausencia de corresponsabilidad en la crianza y desde nuestra especialidad muchas veces se invisibiliza y se problematiza que la mujer pueda adaptarse a su nueva realidad y no se revisan los factores que la llevaron a enfermar, la obligamos mediante fármacos y psicoterapia a recuperar su salud, pero no vemos desde donde enfermó, lo hizo ¿desde lo biológico, orgánico? ¿desde lo psicológico? o ¿desde lo social? ¿Qué deberíamos incorporar en su tratamiento? En este mismo sentido si hablamos desde la epidemiología nos hemos preguntado ¿por qué las mujeres son las que encabezan las estadísticas de mayor frecuencia de Trastornos Mentales Comunes? Creo que es muy importante una vez más desmarcarnos del modelo biomédico para dar respuesta a estas cuestiones desde la reflexividad y responsabilidad política y social que nos exige para llevar poco a poco a nuestro quehacer vínculos con nuestros pacientes que sean sanadores y honestos, donde reconozcamos nuestras limitaciones y podamos ayudar a mirar más allá la causa de su enfermar para así ayudarles a que el tránsito por el proceso sea más lúcido, menos obediente y más resistente y crítico con la desigualdad.
ResponderEliminarPor otra parte desde la mirada de las disidencias sexuales, hay mucha tela que cortar, tenemos mucho que aprender al respecto, ya que nos viene hace años planteando un desafío y un reto que debemos ya a estas alturas incorporar como una responsabilidad profesional y social, considero que hace falta mucha capacitación y estudio al respecto, ya que la comunidad LGBTIQ+ es todo un mundo del cual aprender para poder brindarles atención digna y de calidad y si no nos encontramos preparados lo más probable es que sin quererlo y con buena intención realicemos intervenciones o atenciones que puedan nuevamente ser iatrogénicas. Tenemos una deuda histórica con las disidencias sexuales por todo el daño que la psiquiatría le ha ocasionado, me refiero con ello a la patologización de la homosexualidad que pasó a la historia en el DSM, por ello es necesario nos aboquemos a saldar esta deuda vergonzosa.
Es cierto que hemos sido parte de esa hegemonía, es cierto que esa hegemonía nos ha puesto a los hombres en una posición de privilegio, y que por siglos utilizamos ese privilegio para un discurso que generó mitos y constructos que más nos posicionaba en ese privilegio, pero la lucha por todas esas injusticias ha dado sus frutos, las mujeres y las disidencias sexuales han logrado doblarle la mano al destino y como han señalado en otras reflexiones, hay esperanza en las nuevas generaciones, nuestros hijos ya no padecerán lo que nosotros, y muchas de nuestras heridas por ser hijos del patriarcado mueren con nosotros, y quizás en el futuro la hegemonía sea otra, donde la competencia y la individualidad sea reemplazada por el compartir y la comunidad, logrando una verdadera justicia social, en todos los matices que ella trae consigo.
Un saludo afectuoso
David Ibarra Gallardo
Cuando tenía 19 años, para pagar parte de mis estudios (antes de estudiar medicina estudié ingeniería) trabajé como garzón en un pub. Una noche un grupo de mujeres mayores que yo (peri 45 años) me pidieron servirlas y me dieron una buena propina para la época. Una de ellas en agradecimiento medio la propina y junto con ello un contacto poco decoroso por decirlo académicamente en el blog. La vivencia en ningún caso se acerca al sufrimiento, la violencia y vulnerabilidad que sí han sentido muchas compañeras por décadas (décadas por hablar de mis compañeras más cercanas, pero sabemos que son cientos y miles de años), pero me gusta presentarlo como ejemplo de que un mal ejercicio del poder (en este caso económico y de estatus de cliente) como lo conversé con mis compañeros de beca en el Cosam de Lo Prado, llega a vulnerar no a un grupo o minoría sino a la sociedad completa.
ResponderEliminarPertenezco a una institución de más de 150 años de existencia, Bomberos de Chile, participando en al menos dos compañías, una en Maipú y mi actual compañía en San Antonio. En abril de 2021 tuve la responsabilidad de aplicar el primer estudio nacional sobre violencia de género en la institución, a nombre de la Fundación Yo Te Creo, que se dedica y nace precisamente para ayudar a muchas voluntarias que han sido víctimas de violencia dentro de la institución, prestando apoyo jurídico y clínico, y cuyos resultados fueron presentados en la comisión de emergencias de la cámara de diputados en agosto del mismo año.
https://www.elmostrador.cl/braga/2021/08/11/bomberos-as-de-chile-estudio-devela-que-181-mujeres-declaran-haber-sido-abusadas-sexualmente-por-sus-companeros-de-bomba-y-13-fueron-violadas/
https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2021/08/10/46-dice-haber-sido-violada-o-abusada-bomberas-presentan-lapidaria-encuesta-ante-la-camara.shtml
https://www.ciperchile.cl/wp-content/uploads/INFORME-VIOLENCIA-FUNDACION-YO-TE-CREO.pdf
Los espantosos resultados muestran que de 392 participantes (una muestra menor al 4% del total de mujeres bomberas de Chile) el 85% ha sufrido violencia psicológica y 46% abuso sexual propiamente dicho (181 voluntarias), esto en una de las instituciones que mayor aprobación tiene entre la población. Quizás lo más desgarrador fue leer los testimonios anónimos de todas aquellas voluntarias que vieron perpetuar su vulnerabilidad a través del mal ejercicio del poder, que es de lo que hablaba en un comienzo. Creo, a partir de este segundo ejemplo, que también existen determinadas estructuras y formas del ejercicio del poder que dan lugar y son nicho de eventos tan terribles como los que muestra el estudio, particularmente me llama la atención la jerarquía y la confidencialidad de los grupos e instancias de toma de decisiones en al caso de Bomberos. Puedo contar con alegría que gracias a este informe y al trabajo de las voluntarias de la Fundación Yo Te Creo hoy contamos con una legislación que sanciona el abuso y acosos sexual dentro de bomberos de Chile.
https://www.camara.cl/verDoc.aspx?prmID=66876&prmTipo=INFORME_COMISION
El mal ejercicio del poder es transversal en la sociedad, desde mi sencilla perspectiva, es el origen de la desigualdad de género y en muchos otros ámbitos, afectando a instituciones tan rudimentarias como el núcleo familiar hasta llegar a las más poderosas maquinarias económicas y de los estados. Con dolor quisiera imaginarme lo que pasa en salud.
Repercute mucho una frase Judith Butler (acerca de este mismo tema de la violencia) en que se refiere a Cortázar: "Y, no obstante, Cortázar no le dio nunca la espalda al lenguaje, ni a la política, ni a la esperanza. Debemos cuestionarnos críticamente la manera como reproducimos en nuestro lenguaje formas de poder a las que somos contrarios, y debemos también esforzarnos por usar el lenguaje de un modo nuevo que abra una posibilidad de esperanza al mundo." Creo que el tema tiene un fondo, que es el poder, y por tanto, un buen blanco de trabajo, para acabar con su mal ejercicio.
Homosexualidad, población LGBTQ+ , Mujeres. Todos hemos sido de alguna manera victimas de la hegemonía cultural y política.
ResponderEliminarSi consideramos al género y la sexualidad como políticas (una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos) ya que se organizan por un poder que recompensa a algunos y castigan a otros , considerando de larga data la heterosexualidad como la norma. El sistema disciplinario y regulador a favor de que la heterosexualidad es obligatoria mediante heteronormas y se genera la patologización de quienes no calzan lo heterosexual, produciendo la discriminación.
A lo largo de su vida las mujeres experimentan numerosas contradicciones y frustraciones por la práctica cotidiana de los roles con el objetivo de adaptarse a un modelo que les pide dependencia , sumisión y pasividad.
La violencia de género es ignorada como un factor de riesgo de problemas de salud mental, tanto en las mujeres que los sufren, como en sus hijos e hijas que se convierten en testigos involuntarios y probablemente repitan o acepten como normalidad.
El medio socio cultural establece además estos roles y patrones de conducta socialmente impuestos, que condicionan el modo en que hombres y mujeres manifiestan su sufrimiento psicológico y las formas que adoptan para buscar ayuda de salud mental.
Constitución con perspectiva de género
La perspectiva de género contribuye a hacernos entender las relaciones de poder que configuran la desigualdad de género. Lo que puede hacer una Constitución es contener una cláusula sobre igualdad de modo que guíe el actuar del Estado ,identificando la discriminación y enfocándose en el efecto de los actos estatales o privados, no en la intención del acto discriminatorio. Se debe garantizar el deber del Estado de hacerla efectiva, no solo identificar si ha sido violentada. Garantizar activamente la igualdad salarial, la paridad en instancias de poder y la igualdad de oportunidades.