Gerald Caplan y la Psiquiatria Preventiva, un hito en la organización de servicios de salud mental
Gerald Caplan (1917–2008), fue un psiquiatra infantil y comunitario de renombre mundial, creador de la práctica moderna de Consultoría de salud mental. Además de la Consultoría, Caplan desarrolló y refinó muchos modelos conceptuales y métodos de práctica para su uso en la salud mental, psicología y educación de la comunidad. Su influencia es reconocida hasta hoy.
Conoceremos su biografía y profundizaremos en su libro de 1963 "Principios de Psiquiatría Preventiva". Este es un texto fundamental en el ámbito de la Salud Mental y la Psiquiatría Comunitaria. Escrito en un momento clave del desarrollo de las Políticas Públicas sobre Salud Mental en Estados Unidos, durante el Gobierno del Presidente Kennedy, R. H. Felix, Director del National Institute of Mental Health lo consideró una lectura indispensable para los Residentes de Psiquiatría y los Asistentes de Salud, los que en su opinión "debían dormir con un ejemplar del libro debajo de la almohada"
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Durante el período del 18 de Octubre al 6 de noviembre
Lea la Traducción del artículo : Heroes in Community Psychiatry: Professor Gerald Caplan. June 2004- Community MentalHealth Journal 40(3):193-7. DOI: 10.1023/B:COMH.0000026993.28348.2f , de los autores David L. Cutler, profesor de Psiquiatría, Universidad de Oregon. y Charles Huffine, Director médico del programa salud mental Infanto-Adolescente, Seattle.
Lea el texto Meeting Gerald Caplan, disponible en la página de Cambidge University Press, descargable en pdf desde AQUI.
Lea LA PARTE Primera (hasta la página 143) del libro Principios de Psiquiatría Preventiva (1963), de Gerald Caplan.
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Me gustaría comenzar manifestando lo enriquecedor y constructivo que fue para mí leer “ Principios de Psiquiatría Preventiva” de Caplan , ya que expone de una manera concreta, pragmática y muy clara el cómo entregar soluciones a las problemáticas de salud mental desde un enfoque amplio, fortaleciendo y orientando a los individuos desde su relación con la comunidad y sus familias, restado la exclusividad de lo asistencial y la mirada única de lo médico, abriendo las puertas para una atención con mirada multidisciplinaria y participativa. Lo anterior, para lograr la obtención de resultados a escala masiva, estableciendo con esto cimientos conceptuales del nuevo modelo de atención para desarrollar reformas comunitarias en salud mental, tanto para los planificadores como para los clínicos. No deja de parecerme interesante lo visionario que fueron las ideas de Caplan, ya que la mayor parte de estas persisten hoy en día, si bien aún no es menor el número de servicios de salud mental que mantiene una individualización de la atención su medicalización y la desconección de la comunidad .
ResponderEliminarCaplan plantea que la prevención primaria debería tender a identificar factores de riesgo, las fuerzas ambientales o factores protectores que ayudan a los individuos a resistirlos, y aquellas otras que influyen sobre la resistencia de la población a las futuras experiencias patógenas.
Modificando estos tres tipos de factores se podría llegar alcanzar el equilibrio de fuerzas del presente, que las condiciones futuras cambien de tal manera que la frecuencia del trastorno mental descienda, que las presiones perjudiciales del medio se reduzcan en intensidad, que la gente reciba ayuda para encontrar formas sanas de enfrentar dichas presiones y que aumente su capacidad para tratar futuras dificultades. La psiquiatría preventiva es parte de un esfuerzo comunitario más amplio que la propia disciplina, no trata de evitar que se enferme un individuo en especial, sino de reducir el riesgo de toda una población.
Que importante es reflexionar sobre cómo estamos llevando a cabo la tarea de hacer prevención primaria en nuestro sistema de salud mental chileno. Creo que la salud mental es la forma más cercana que tenemos de entender el tipo de sociedad que hemos construido y bajo esa premisa pienso que ha sido una tarea difícil y desafiante cambiar las bases estructurales enraizadas hace años por influencia de nuestro modelo económico; no hay espacio para la fragilidad y se exige homogeneidad de éxito. Por desgracia, el empeoramiento de la salud mental se da en los países más inequitativos y donde se pierde la cohesión social, ya que la felicidad del ser humano está anclada a la calidad de las relaciones.
La Encuesta IPSOS reveló que Chile es el segundo país del mundo que ha empeorado su salud mental desde el inicio de la pandemia. El sondeo, basado en la percepción de la gente, muestra que el 56% de los encuestados sintieron un deterioro significativo a nivel psíquico, lo que evidencia la falta de medidas junto a acoger el dolor de la población; ¿qué es lo que debe ocurrir en Chile para que la salud mental pase a ser un tema de relevancia política ?
EliminarEsto porque la salud mental se ha transformado en la causa de enfermedades más importante en Chile en términos de carga, pero a la vez es la que recibe menos financiamiento (representa el 25% del total de las enfermedades, pero recibe un 2% de todo el presupuesto). El año 2019, aun antes que iniciara la pandemia ,el 50% de todas las licencias médicas del país estaban relacionadas a salud mental, aunque muy bien sabemos los distintos cuestionamientos que han recibido en cuanto a su validez, sus costos y los supuestos perjuicios al funcionamiento laboral. Antes del estallido social habían cerca de 3 millones 800 mil personas con problemas de salud mental y solo existía tratamiento para 800 mil de ellas. Los tres millones restantes quedan sin ningún tipo de cobertura, donde se incluyen diversas problemáticas como problemas de drogadicción, consumo de alcohol, esquizofrenia, niños con autismo, depresión u otras condiciones de importante compromiso familiar y social.
Lamentablemente, las enfermedades mentales siguen siendo vistas como un fracaso individual. Y es alli justamente donde Caplan nos invita a intervenir, invitándonos a trascender el modelo biomédico reduccionista del sufrimiento mental individual, y redirigir el equilibrio en la investigación, llevándolo mucho más lejos de la neurobiología y relevando las ciencias sociales y la teoría social, de manera que podamos explorar y comprender estos fenómenos de forma amplia, trabajando con otros grupos profesionales y organizaciones comprometidas con la comprensión y la reducción de las desventajas sociales y la desigualdad, y proponiendo medidas que reduzcan esas condiciones.
Creo que la mayoría de las expresiones de sufrimiento mental están ligadas a problemas de adversidad en las experiencias personales y sociales, a veces condicionadas por la pobreza, la violencia y la exclusión; en muchas ocasiones es factible abordarlas sin llegar a la medicalización, sino con intervenciones biopsicosociales integrales, comprometidas y sistemáticas, retroalimentadas no solo por la mera reducción de síntomas, sino desarrollo de capacidades que las propias personas desean en su vida cotidiana.
Para poder incidir en todas estas variables y mirar el panorama de manera comunitaria necesitamos políticas públicas sólidas que incidan directa e indirectamente en el problema y que de manera colateral contribuyan también a prevenir disminuyendo factores de riesgo importantes que nos llevan al desarrollo de morbilidades mentales; Por ejemplo, a replantear las extenuantes jornadas laborales, crear grupos de bienestar que detecten acoso laboral a tiempo y entreguen pautas para proceder, a fortalecer las mallas escolares en cuanto a su estructura y la destinación del tiempo que se entrega a los a los estudiantes a tratar temas como bienestar emocional , prevención del bullying, preparación para enfrentar el mobbing laboral, detección de conductas de riesgo para TCA en adolescentes y lineamientos de manejo precoz, preparación cívica, instando a los jóvenes a la participación y al conocimiento de sus futuros lideres y con ellos los cambios sociales y políticos que los represente .
Creo que Caplan nos invita, como futuros psiquiatras, a no quedarnos solo como clínicos, planteandonos concretamente como ser agentes activos en la promoción de la prevención en salud mental; montar programas pilotos en atención primaria replicables a nivel macro, en los cuales la comunidad participe no solo en educación y prevención sino que sea también una instancia de conocimiento personal, de identificación de los factores relevantes revisados mas arriba , de seguimiento e intervención integral, podría ser una interesante forma de llevar a la práctica en nuestro medio, sus enseñanzas.
Concuerdo plenamente con su exposición, en especial el origen de los factores que predisponen al aumento de incidencia y perpetuación de la patología de salud mental, en el contexto de las deudas y falencias que tenemos como sociedad de poder entregar adecuadamente los insumos (determinantes de la salud), que permitan llegara todas las personas del país por igual y que no se vea el diferencial por variables tan conocidas como el nivel socioeconómico, pan de cada día ene l contexto de la escasa voluntad política por el logro de aquello....
EliminarMuy Bonita reflexión Constanza, y gracias por los datos estadísticos que nos aportas, que nos permiten analizar de manera situada la gravedad de nuestra problemática. Es muy interesando la obra del Dr Caplan, sin lugar a dudas un pionero y revolucionario que nos regalo conceptos claves para entender la salud mental desde una perspectiva integral e indivisible de elementos sociales y culturales de las personas. El enfoque preventivo, es algo que uno escucha mucho desde los primeros años de la Universidad, sin embargo, desde la práctica siempre esta la sensación de que hay que pulir los métodos, ampliar las formas de educar, intensificar los recursos, afinar más las políticas públicas con enfoque en los determinantes sociales, etc... ¿Cómo se logra esto?, ¿Cómo emplear mas esfuerzos en un modelo preventivo efectivo?, sin duda, no es fácil, y se requiere de un aprendizaje continuo en base a la experiencia y actores capacitados en la ejecución de las políticas. Pero, por lo pronto, me quedo y comparto tu reflexión final, sobre la importancia de no solo conformarnos con nuestro rol clínico, y ser agentes activos de promoción y prevención.
EliminarEstoy muy de acuerdo con la reflexión que hiciste Constanza y al igual que Matías destaco tu reflexión final. Creo que Gerald Caplan con su obra nos hace una invitación como Psiquiatras en construcción a tener un rol activo, a que seamos participes en los programas comunitarios no solo dentro un box clínico o la atención individual, sino también en la comunidad. Entendiendo como el autor menciona que “La psiquiatría preventiva es un esfuerzo comunitario más amplio en el cual los psiquiatras aportan contribuciones especializadas a una totalidad mayor”.
EliminarSin duda que importante lecturas la que nos toco desmenuzar en esta oportunidad. Los “Principios de la Psiquiatría Preventiva”, convertida en uno de los mayores aportes a la psiquiatría comunitaria nos deja muchas reflexiones y destacan a Caplan como pionero en un enfoque integrador entre el trabajo psiquiátrico y la salud pública. Siendo evidente que los aportes hechos por este autor siguen vigentes hoy.
Parte de la idea que muchos psiquiatras nunca fueron expuestos a entender el impacto social y el contexto comunitario en las vidas de sus pacientes. Y esto me gusta mucho porque de alguna forma viene a cuestionar las perspectivas biologicista o visiones reduccionistas de la psiquiatría, que tienden a postularse como el único camino posible para el desarrollo de las enfermedades mentales. Postura que para mi se alejan de lo necesario para la comprensión de los pacientes y sus dolencias. Considerando que somos personas sumergidas en un contexto familiar, social, cultural y comunitario.
Es por ello que cuando este autor destaca que “la psiquiatría preventiva debe tomar permanentemente en cuenta la naturaleza multifactorial de las fuerzas que pueden provocar o aliviar los trastornos mentales”, estoy totalmente de acuerdo. Y en este punto destaco una de las ideas iniciales que me parecen mas potentes, Cuando traspasamos la atención individual a un enfoque comunitario ya no puedes restringirte a un solo marco conceptual ya sea biológico, psicosocial o sociocultural sino a un marco que los abarque a todos. Este enfoque siendo el objetivo dentro la prevención primaria resulta esencial para la psiquiatría preventiva, no solo porque de alguna forma se logre reducir el riesgo de enfermar de la comunidad sino porque se pueda identificar a las personas más vulnerables de la población para recibir una atención preventiva.
No se puede dejar de mencionar la introducción en el marco de la salud mental comunitaria de la Consultoría por parte de Caplan, todos los que tuvimos la oportunidad de trabajar en APS, sabemos el aporte tan significativo de este espacio, al menos mi experiencia fue de un aprendizaje continuo, de orientación y además de fomentar vínculos estrechos que permitieron el fortalecimiento de la red y una mejora en la comunicación entre los equipos de Cosam-APS.
Finalizando destaco lo reflejado en otros comentarios por mis compañeros, estas lecturas te llevan a reflexionar sobre tu rol como futuro psiquiatra comunitario.
ResponderEliminarAl igual que otras patologías fuera del campo de la salud mental, muchos de los trastornos de salud mental se pueden prevenir, evitar su desarrollo, acortar su duración y evitar el deterioro asociado, aún siendo difícil de establecer una etiología precisa.
Como se menciona en uno de los textos, muchos profesionales de la salud mental no fueron expuestos al impacto social y contexto comunitario en la vida de los pacientes ya que el modelo biomédico imperaba sobre estos. Caplan fue pionero en modelos de psiquiatría comunitaria y desarrolló sistemas de apoyo, modelos y programas para la prevención.
Llama la atención que Caplan vivió en distintos p aíses (Inglaterra, Estados Unidos, Israel) y que, por lo tanto, debió observar y comprender distintas comunidades para desarrollar sus trabajos. Dentro de estos me queda grabado la importancia que le otorga a la participación del psiquiatra en la aplicación de programas comunitarios. Sin dejar atrás el rol que tenemos no solo como profesionales sino como ciudadanos informados.
Como mencioné en algún comentario anterior en el blog, educar a la población no debiese ser solo en el box de atención, no debiese ser realizado solo por psicólogos, asistentes sociales, terapeutas, como médicos nuestro rol puede adaptarse a la comunidad, centrándonos en las necesidades de los pacientes y no viceversa. Sin duda trabajar en pro de aportar recursos económicos, humanos y dispositivos acordes a nuestra integración en la comunidad será un objetivo que no debiésemos dejar en segundo plano.
A mi parecer estos textos nos recalcan nuestro rol comunitario y nos entregan herramientas para aplicar y mejorar nuestra labor.
En cuanto a mi experiencia personal, puedo corroborar lo que menciona Caplan respecto al rol del consultor. En Cesfam participábamos activamente en las consultorías y nos nutrimos constantemente de los consultores. Siempre estuvieron dispuestos a mantener un vínculo de comunicación constante con nosotros, nos apoyaron críticamente, nos hicieron sentir en confianza y respetados. Fueron compañeros. Nos educaron y nos retroalimentábamos continuamente de los casos. Por supuesto que existieron ciertas dificultades como que a veces no todo el equipo entendía ciertos conceptos (falta de comprensión) o cuando habíamos profesionales nuevos, la dificultad para presentar casos (falta de confianza). Si existieron instancias de presentar casos en forma presencial , instancias de consultas administrativas e instancias de evaluación de las consultorías ( pautas previamente definidas). Trabajamos en la red y aprovechamos los recursos.
La psiquiatría preventiva es a mi parecer una forma de hacer psiquiatría , transversal a distintas áreas como la psiquiatría de enlace, Neuropsiquiatría, por ejemplo, y psiquiatría comunitaria. Cito a especialistas en el tema que mencionan: existe evidencia contundente acerca de la relación entre factores de riesgo y de protección y el desarrollo de las enfermedades mentales. Tanto los factores de riesgo como los protectores pueden influir individual, familiar y socialmente, y también en un nivel macro, mediante factores económicos y culturales.
Generalmente, la enfermedad mental se produce por el efecto acumulativo de la presencia de múltiples factores de riesgo, la falta de factores protectores y la interacción de situaciones de riesgo y protección, lo que predispone a los individuos a cambiar de una condición mentalmente saludable a una de mayor vulnerabilidad, luego a un problema mental y finalmente a una enfermedad mental con todas sus características. En el ámbito de la salud pública se ha encontrado evidencia de la existencia de intervenciones que promueven la salud mental y poseen un impacto en la prevención de la aparición de los trastornos mentales.
Comparto totalmente lo que dice Dra. Enríquez respecto al hecho de la transversalidad, ya que buena parte del éxito clínico se puede ver logrado con mayor eficiencia gracias a su implementación en cualquier área del desarrollo de la psiquiatría con el fin de proveer una prestación en salud que por una parte sea lo más exitoso en lo clínico para el paciente, y lo más eficiente en el contexto de recursos para el sistema sanitario....
EliminarSaludos cordiales.
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EliminarEduardo Peirano O.
María Alejandra me gusta mucho cuando escribes que estos textos nos recalcan nuestro rol comunitario y estoy totalmente de acuerdo, creo que esta obra en particular es muy potente en establecer nuestro rol mas activo no solo dentro del box sino en acciones comunitarias. También destaco el espacio de Consultorías de Salud Mental que tuve cuando trabajaba en el consultorio, este espacio era de verdad un espacio de aprendizaje y eso agradezco al equipo que participaba del parte del Cosam, esta instancia servía para nosotros para afianzar el vínculo y fortalecer la red y la comunicación.
EliminarGracias por tu comentario.
Saludos.
Caplan es un agente fundamental de la psiquiatría comunitaria, que nos deja un gran legado. Particularmente loable es el hecho que fuera un impulsor de las relaciones simétricas en los equipos de trabajo, el cambio de paradigma en las consultorías en donde un consultor va a aprender del equipo y no a dar cátedra, en un contexto basado en la comprensión, el respeto y la escucha crítica, haciéndonos estar comprometidos durante nuestra presencia, son valores que siguen vigentes y creo que correctamente aplicados por la gran mayoría de los profesionales de salud mental.
ResponderEliminarEn su libro destaca al Ex-Presidente Kennedy como una figura pionera en tener un programa de gobierno que incluya formalmente la prevención, tratamiento y rehabilitación del enfermo. A su vez Caplan como hombre visionario plantea aprovechar estos cambios políticos para ir sentando las bases de un modelo de psiquiatría comunitaria, en la formación de futuros profesionales.
Se menciona igual como la teoría de la crisis de Lindemann aportaría al desarrollo de técnicas de intervención preventivas, desde manejo del duelo hasta diseño de estrategias preventivas a nivel escolar, para prevenir trastornos mentales en los niños, siempre con un enfoque multifactorial.
Y llegamos a lo medular de la lectura, donde Caplan define la psiquiatría preventiva. En donde estos 3 niveles de prevención son principios fundamentales para comprender el trabajo a realizar. La prevención primaria debe actuar sobre los niveles generales de la comunidad y actuar ante las crisis vitales. No solo nos da un postulado si no que las acciones necesarias que se deben implementar para lograrlo.
Finalmente se refiere a la prevención secundaria donde lo fundamental es disminuir la incapacidad debida a un trastorno, según los principios ya conocidos de diagnóstico precoz y tratamiento eficaz. Respecto a la prevención terciaria se refiere al proceso de rehabilitación.
Tal como señala mi compañero Cristian, Caplan nos deja un gran legado al entregarnos las bases para el desarrollo de una psiquiatría comunitaria. Quisiera poder detenerme en el concepto de niveles de prevención que establece el autor los cuales impresionan ser una parte medular de su obra, “estos 3 niveles de prevención (primaria, secundaria y terciaria) son los principios fundamentales para comprender el trabajo a realizar”, para comprender y, llevar a cabo, la ardua tarea de la psiquiatría comunitaria. Primero, tenemos que hacer un cambio de paradigma, es necesario un nuevo tipo de atención de salud que integre la importancia del cuidado de la salud mental: no hay salud sin salud mental. Sin embargo, no basta con sólo diagnosticar y tratar los trastornos mentales, sino que se requiere un cambio foco dirigido hacia la prevención en sus 3 niveles. Para esto, es necesario que la comunidad sea participe en los cuidados de los pacientes, tal como señala Caplan “la prevención, el tratamiento y rehabilitación del enfermo… no es un problema privado que sólo afecta a los individuos, sus familias y sus consejeros médicos” más bien, corresponde a una responsabilidad comunitaria. Dentro de los niveles de prevención planteados por el autor, la prevención primaria resulta esencial para la psiquiatría preventiva ya que busca reducir el riesgo de enfermar de la comunidad, “reducir la vulnerabilidad de la población al trastorno mental”. Para lograr este objetivo, es imprescindible tener una visión multifactorial sobre las enfermedades (consignando el rol psicológico, social y biológico del enfermar) y un enfoque multidisciplinario en el accionar de la psiquiatría. Necesitamos la colaboración activa de otros profesionales, servicios y trabajadores comunitarios para hacer frente a los grandes problemas sanitarios en salud mental. El psiquiatra que se hace llamar “preventivo” debe ser capaz de planificar programas que beneficien al individuo, coordinando sus actividades con las de la comunidad. La noción de trabajo en equipo adquiriría un rol prometedor en la prevención de las enfermedades mentales, pero este trabajo en equipo no es sólo de los profesionales de salud, sino que debe incluir a la población completa. Todos debemos promover la salud de nuestros usuarios y trabajar en conjunto en los factores de riesgo y protectores tanto a nivel individual, familiar como social. Promover la creación de nuevas políticas públicas que protejan la salud de la comunidad, reorganizar los recursos con el fin se mejorar la calidad y distribución de nuestros servicios y luchar por una salud más equitativa e integral, en dónde no sea únicamente el paciente y su familia los responsables de la enfermedad, sino que la comunidad tome la responsabilidad de cuidar a sus ciudadanos y velar por la salud de todos.
EliminarConcuerdo con ambos totalmente. Me gustaría detenerme en el tremendo legado/regalo de las consultorías de salud mental que nos dejó el Dr Caplan, como un espacio de dialogo, reflexión, aprendizaje continuo y enriquecimiento global de los participantes. Estas prácticas y su continua evaluación y retroalimentación, son promovidas y un objetivo crucial para la continuidad de cuidados desde el Modelo Comunitario de atención en salud mental (Orientaciones técnicas del 2016), para generar un sistema integrado entre el nivel 1° y 2° de atención. Finalmente, comparto la importancia que destacas Cristian, sobre generar relaciones simétricas en los equipos de trabajo, situación que ha menudo se ve interrumpida por una jerarquía innecesaria brindada desde el modelo biomédico.
EliminarEstoy muy de acuerdo contigo Verena es tu último párrafo "todos debemos promover la salud de nuestros usuarios y trabajar en conjunto en los factores de riesgo y protectores tanto a nivel individual, familiar como social". Y creo que entra a colación acá destacar el rol activo que debemos tener a la hora de nuestra práctica. A pesar de saber esto pienso si es posible lograrlo?. Durante la rotación por ambulatorio en un Cosam, pude ver como el "sistema" esta hecho muchas veces para priorizar la atención individual, esto dado por múltiples factores como por ejemplo: la alta demanda y al menos en el caso del psiquiatra se enfatiza solo realizar atención en box, dejando de lado las acciones en la comunidad.
EliminarMe gusto mucho lo escrito respecto a las consultorías. Personalmente una de las razones de las de elegir esta especialidad fue de como los psiquiatras interconsultores que asistían a las reuniones se comportaban de una forma tan cercana y amable, tanto con el paciente como con el resto del equipo. Eran profesionales capaces de responder dudas, educar y promover el trabajo en equipo.
EliminarEl trabajo en equipo, generar trabajo simétrico entre los pares y romper el paradigma del trabajo medico es uno de los grandes legados de Caplan.
En su libro, Caplan repasa algunos elementos de prevención primaria, en los cuales, destaca el rol de campañas anteriores al modelo propuesto, en las que no se contaba con estudios que validaran teóricamente su puesta en marcha. Al carecer de medios para identificar agentes patógenos para explicar lo que hoy conocemos como Sifilis o Tuberculosis, los esfuerzos eran dirigidos de manera amplia, a encarar potenciales peligros que por coincidencia estadística pudiesen tener relación con el desarrollo de estas enfermedades. Es así como se sostiene que dadas las limitaciones de su contexto, medidas inespecíficas como la reducción del hacinamiento o la instauración de alcantarillado, serían preventivas para estas enfermedades de manera indirecta. Este razonamiento es lógico, y entendemos el proceder, es decir, la falta de modelos etiopatogénicos modernos no es impedimento para el desarrollo de prácticas amplias, en las que el riesgo de perjuicio es nulo.
ResponderEliminarResulta interesante, plantear este mismo ejercicio, aplicándolo a las propuestas del autor, quien, recordemos, nos escribe desde el año 1963. Es decir, al impreciso modelo para entender los mecanismos bajo la génesis de los trastornos mentales (claramente superior a los nombrados anteriormente, pero aun así insatisfactorios) debemos sumar otros problemas propios de esta década, como son falta de uniformidad en la práctica psiquiátrica global, criterios diagnósticos dispares y muy locales, tratamientos farmacológicos en los albores de su sistematización y enfoques psicoterapéuticos muy distantes a lo que hoy concebimos como “basados en la evidencia” . ¿Implica esto que el modelo ha expirado, que nuestros adelantos técnicos lo relevan a una pieza histórica?
Caer en el facilismo del adelanto técnico es un argumento tentador, pero carece de peso cuando observamos que las limitaciones que teníamos hace 60 años atrás, son parecidas a las que manejamos en el siglo XXI. Dificultades para establecer modelos y respuestas de diagnóstico temprano, tratamientos farmacológicos incapaces de englobar químicamente la complejidad de los trastornos mentales y un aumento de la carga global de enfermedad para este tipo de patologías, parece hacer necesaria una actitud escéptica ante nuestros avances, y retornar a lo fundamental parece inminente.
Es en este contexto, que las medidas planteadas por Caplan, y la asignación de funciones a los equipos de salud, adquieren un rol fundamental en los diferentes medios de prevención. Máximas simples pero en extremo vigentes, como el uso estratégico de la labor para individuos seleccionados, intentando escoger candidatos que pudiesen beneficiarse de un enfoque bio/psicológico para así evitar disfrazar la falta de protección socioeconómica como un trastorno mental, con el objetivo de no funcionar como parche a demandas sociales legítimas.
Otras aristas, como la necesidad de incluir en prevención intervenciones en diferentes dispositivos de la comunidad, con el fin de generar lazos terapéuticos previos a los eventos de crisis con la población, involucran respuestas rápidas y disminución global de la enfermedad por tratamientos oportunos. El rol del equipo terapéutico en el modelo de crisis, es inclinar la balanza hacia el desenlace favorable, entendiendo su acotado papel, lo que resulta un cable a tierra contra el ensañamiento terapéutico y proporciona una mirada sobre la eficiencia a nivel global de aprovechar ventanas terapéuticas efectivas.
Cabe destacar su interesante descripción del repliegue emocional del individuo en crisis, y su solicitud de ayuda como una reacción primitiva entendible en el contexto de sujetos altamente sociales, además de la hegemonía de la contención familiar (dada de forma orgánica e inserta en la comunidad) sobre las intervenciones de profesionales de salud, que pudiese hablar de la creación de estos vínculos con un otro en la emergencia y no en la real empatía de los lazos familiares.
EliminarA pesar de la vigencia del modelo, existen claramente pasajes que denotan la antigüedad de lo planteado, como la hegemonía dictatorial del psiquiatra en el equipo terapéutico, la obsesión con estrategias de diagnóstico precoz (una búsqueda obsesiva hasta el día de hoy) y su planteamiento mecanicista (y porque no, ingenuo y reduccionista) del desarrollo de los trastornos de la personalidad, que hacen recordar que estas propuestas deben ser vistas como procesos susceptibles a la actualización, de manera de rescatar los elementos centrales.
Hoy por hoy, el modelo descrito sigue presentando un buen ratio de costo/beneficio, no solo en macro, si no es que en respuesta individual de procesos terapéuticos y preventivos. Es necesario mirar al futuro teniendo en cuenta que los avances fueron realizados en un contexto radicalmente diferente, y que a pesar de ello, no han perdido el mérito de replantearse el enfoque para lograr mejores resultados.
Mi reflexión de la lectura de Gerald Caplan y la psiquiatría preventiva es abiertamente entrar en tierra derecha en el debate y la conversación del sentido de esta “rama” de la psiquiatría de este curso, y quisiera iniciar mi impresión haciendo pública una anécdota personal que como médico general me tocó vivir, pues en mis años como general de zona en Collipulli, no pude haber tenido mejor suerte de haber conocido la implementación del sistema de Consultoría en Salud Mental en un momento clave de mi destinación, pues haber trabajado junto a un especialista y su equipo, que se atrevían a viajar a una localidad remota en medio del conflicto mapuche, para ayudar en terreno a resolver los problemas de salud mental de mi comunidad, fue uno de los factores más influyentes en mi decisión de ser psiquiatra, y lo comento porque me parece que experiencias como esas son las que sin definiciones académicas te hacen ver en la práctica lo que significa desarrollar los diferentes niveles de la psiquiatría preventiva en un modelo de psiquiatría comunitario, enfrentando la complejidad de cada tormento y cada angustia individual de aquellos pacientes que se beneficiaron de dicho abordaje y cómo muchas veces resultó no ser tan “individual”. Es aquí donde, valorando cada acción implementada, y atesorando cada aprendizaje, he de moverme a la vereda del análisis crítico de un modelo de trabajo comunitario impulsado por un visionario en un país de tradición individualista y publicado en los años 60 del siglo pasado. Digo análisis crítico porque a lo largo de este curso hemos ido deconstruyendo diversas visiones de la psiquiatría, y no deja de llamar la atención aquel éxito de una forma de hacer psiquiatría en tiempos y en el contexto de un país donde la mirada del individuo escindido de su comunidad es la predominante y donde, a veces, esas políticas locales de salud comunitaria tristemente consistieron en eliminar instituciones asilares para que aquellos en donde ya no cabían los niveles de prevención propuestos se convirtieran en “homeless” que no cabían en ninguna curva estadística y simplemente quedaban fuera del sistema.
ResponderEliminarMi crítica aquí no está dada por el cambio de paradigma que impulsó Caplan, sino por cómo aquellas experiencias que implicaron ese cambio de paradigma en una sociedad tan individualista generando brechas que, haciendo espejo en la actualidad, o se maquillan en lo estadístico, o simplemente se reniegan para impulsar algo que sea más popular y costo/efectivo. Mi punto con esto es que la implementación de la psiquiatría preventiva es una bandera de lucha de la psiquiatría comunitaria, y más allá de lo clínico, se mete abiertamente y “hasta la cocina” en el terreno político, pues pensar la salud mental desde una mirada integradora de los diferentes niveles que influyen en ella es mirarnos a nosotros mismos como actores influyentes e influidos por esa comunidad, donde nuestra intervención es una más de todas las intervenciones que pudiera tener alguien en crisis, y desarmando el hecho de creer que, por ejemplo, fue la sertralina la que mitigó los síntomas depresivos de un duelo, y abrirnos al hecho de que quizás, en el contexto de estar con un apoyo farmacológico, más el apoyo familiar, y de un referente espiritual, nos hizo sentido ese duelo y pudimos vivir en tranquilos con él, teniendo que socráticamente reconocer nuestra propia ignorancia respecto de cuál fue el rol de un fármaco de acción desconocida en concentraciones individuales desconocidas en la superación de aquella crisis… Y es en este punto en el que vale la pena hacernos cargo de esa influencia multifactorial y tomar un rol activo en ayudar a nuestra comunidad a entender la importancia y la fuerza que tiene una buena salud mental comunitaria en lo que nos hace humanos. Creo que es nuestro deber dado el privilegio de haber podido acceder a este nivel de análisis, así aquellos Cosam en sectores vulnerables, o esas consultorías en localidades remotas tendrán ese sentido político que permitirá que, independiente de nuestra dispersión geográfica, y como dice la canción, cada una de nuestras comunidades locales puedan acceder al “derecho de vivir en paz”.
EliminarUn saludo afetuoso a tod@s
David Ibarra
“Es hermosa y múltiple la tarea que tenemos por delante” de llevar a cabo una Psiquiatría Preventiva y Comunitaria. Lo primero fue el cambio de paradigma desde una atención individualizada y basada en un enfoque biomédico a una visión comunitaria y preventiva, en la que el esfuerzo se centra en la comunidad, es decir en el conjunto de los individuos y en la prevención, ya sea esta primaria, secundaria o terciaria. Y ésta ha sido una tarea titánica que se ha dado en las últimas décadas, principalmente por el sistema social, económico y cultural que predomina en nuestro país y probablemente en gran parte del mundo, en que el éxito lo es todo, en que se busca tener más, más y más, en el que es mal visto sufrir una patología de salud mental, en el que muchos se auto medican para poder…. rendir más… y mejor.
ResponderEliminarMe gustó mucho leer la primera parte del libro Principios de Psiquiatría Preventiva de Gerald Caplan. Nuevamente vemos cómo los contextos históricos y políticos influyen en las ideas y en el comportamiento de las élites en un comienzo y luego de la sociedad en su conjunto. Aunque en este punto se produce un bonito debate acerca de quién guía e inicia ciertas ideas, si son las élites intelectuales, sociales y culturales o si son los políticos, mi impresión es que son las primeras.
Luego de unos pocos años del término de la segunda guerra mundial en una sociedad marcada a fuego por esta huella imborrable, se inicia el proceso de Psiquiatría Comunitaria en Estados Unidos, un país que por ese entonces tenía más de 500 mil pacientes institucionalizados y una población de 195 millones de habitantes. Y se inicia un proceso en que se irá cambiando el modelo de atención individual y centrado en la patología a uno enfocado en la prevención y en la interacción del individuo, de la persona con su entorno, con su familia, con su comunidad. Y Caplan escribe esta obra maestra en ese mismo contexto histórico, la publica 1 año después de aquel recordado discurso del Presidente Kennedy en el que da a conocer este cambio de modelo en la salud mental que busca implementar. Creo que Caplan fue un visionario en establecer en la prevención la base para una mejoría en la salud mental. Sus conceptos acerca de la prevención (primaria, secundaria y terciaria) pero por sobre todo de la prevención primaria, con sus componentes físicos, psicosociales y socio culturales, además de la descripción detallada de ciertas crisis esperables y no esperables y cómo se pueden prevenir o enfrentar mejor estas crisis, es simplemente notable. Sin duda, generó una escuela y una base sólida para un modelo de psiquiatría preventiva. Sus planteamientos e ideas se mantienen hasta hoy, obviamente con algunas mejorías y mayores estudios para analizar el impacto de ciertas medidas. También destaco ciertas ideas reformistas para la época como por ejemplo la simetría en el trato en los equipos de salud, la creación de “consultores”, quienes no sólo transmitían sus conocimientos en las consultorías, sino que también aprendían de los equipos y de los territorios.
Finalmente quisiera compartir 2 bonitas experiencias sin saber hasta hace 1 semana que el profesor Caplan fue clave en que éstas hayan ocurridos. La primera fue durante mis años como EDF (antes llamados Médicos General de Zona) en hospitales comunitarios, en dónde participé activamente de las consultorías como parte del equipo consultante, el equipo consultor estaba formado por un psiquiatra, una psicóloga y una trabajadora social. Fue una instancia de gran crecimiento profesional, el equipo consultor siempre presentó muchas ganas de enseñar, hubo un gran ambiente docente y también de aprendizaje mutuo entre ambos equipos y por sobre todo una evaluación y atención multidisciplinaria a los pacientes. Coincidencia o no, quién participaba como psiquiatra consultor fue formado en el Hospital Barros Luco.
La segunda experiencia fue durante mi etapa de EDF, en la que tuve la posibilidad de una pasantía de un mes por el Hospital El Pino, me impresionó positivamente el trato simétrico en el equipo de salud y el trato con los pacientes, aún recuerdo la interacción con los pacientes, quienes se sentían muy valorados por esto, lo que me marcó positivamente fue durante la hora de colación cuando almorzábamos todos juntos en el casino: pacientes, psiquiatras, psicólogas, residentes de psiquiatría, internos de distintas carreras de la salud, etc.
EliminarDiego González Castro
Residente Psiquiatría Adultos Usach
Me resulta sorprendente esta lectura, puesto que no creí que un libro escrito hace cerca de 60 años atrás tenga tanta vigencia. las bases del libro “Principios de psiquiatría preventiva” de Gerald Caplan, captan con fidelidad los cambios que se están generando en la salud mental en chile en los últimos 30 años.
ResponderEliminarEl libro fue publicado el mismo año que Kennedy fue asesinado, mismo año que planteaba “En el futuro, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación del enfermo y del retardado mental deben considerarse una responsabilidad comunitaria, y no un problema privado que solo afecta a los individuos, sus familias y sus consejeros médicos”. Quizás la salud publica, y la salud de mental de estados unidos seria como la de Inglaterra actualmente, quizás mejor de haber continuado Kennedy con sus reformas, pero eso solo una posibilidad.
Las interrogantes de Caplan sobre la psiquiatría preventiva sigue vigentes hasta ahora “¿Qué se puede hacer para reducir la carga creada por los trastornos mentales?, ¿Qué puede hacerse para que disminuya el número de personas que adquieren uno u otro tipo de trastorno mental?, ¿Qué puede hacerse para acortar la duración de los trastornos mentales, y para reducir el grado de sufrimiento que causan?”. Probablemente se le podrían agregar nuevas preguntas como ¿Qué consideramos un trastorno mental? Y ¿Cómo involucramos al resto de la comunidad en la prevención de la salud mental? Entre otras.
Desde mi área de formación actual, la psiquiatría infanto juvenil, creo que la prevención psiquiátrica primaria esta tomando gran fuerza, principalmente en el área del espectro autista, dada la grane efectividad que ha tenido el M-CHAT dentro de los controles sanos, facultando a profesionales que sin necesidad de tener una alta formación en autismo, puedan detectar o sospechar trastornos del desarrollo con buena sensibilidad. Al mismo tiempo, su alta pesquisa, evidencia la incapacidad de dar cobertura al manejo multidisciplinario que requiere para realizar la prevención secundaria, mostrándonos que a pesar de haber avanzado mucho, aún falta mucho mas por avanzar en salud preventiva.
Caplan nos presenta los orígenes de la visión de lo que conocemos actualmente como prevención primaria de salud mental adoptado por la psiquiatría durante las últimas décadas, al exponernos como en los Estados Unidos de los años 60 bajo la presidencia de Kenedy. Ya comienza a entenderse desde el estado mismo, como el individuo debe mirarse con una mirada integral para su protección, como su contexto (medio y comunidad donde vive), es determinantes para su estado de salud y desarrollo, y como los determinantes que lo rodean pueden brindarle una mejor posibilidad de alcanzar su máximo potencial de desarrollo tanto en lo físico como en lo mental.
ResponderEliminarNos muestra como desde el estado se comienzan a diseñar estrategias de salud orientadas inicialmente a reducir el riesgo y la incidencia de patología de salud mental desde la infancia mediante la previsión de aportes como ejemplo (físicos, psicosociales y socioculturales), lograr un diagnóstico temprano y reducir su duración (y con esto su severidad) durante el curso de la misma en caso de aparecer, así como finalmente hacerse cargo de su rehabilitación y apoyo según pronóstico.
Ya comienza a establecer un modelo con diversos grados de complejidad con tres componentes esenciales que ponen al centro de la atención al paciente como 1° componente, con tibios estímulos para priorizar sus decisiones por sobre las de los familiares y equipos tratantes como segundo componente (nacimiento de la perspectiva del derecho del individuo). Pero ya con un concepto comunitario como tercer componente, desde la perspectiva del medio en que se desenvuelve para apoyarlo en complementariedad con los equipos de salud que se comienzan a crear y distribuir a lo largo del territorio para el tratamiento en enfermedades mentales en USA.
Dentro de los aportes de Caplan, postula desde la psiquiatría preventiva que la salud del individuo puede ser afectada por su contexto, destacando en este a los individuos pertenecientes a su comunidad (en especial a los sanos como recalca en sus letras) y el medio donde vive, así como su comunidad puede verse afectada por el individuo en mayor o menor medida, con lo que comienza a tomar importancia el concepto de vivir la salud en comunidad (poniendo en perspectiva la búsqueda en paralelo de “problemas comunitarios”). Resumiéndose en como las carencias del contexto afectan al individuo, lo que se complementa en como las carencias del individuo pueden afectar con mayor o menor grado a la comunidad a la que pertenece, preguntándose en cómo reducir el riesgo de que otros enfermen planteándose el modelo conceptual de la prevención primaria.
Siendo los estados quienes deben intentar potenciar a ambos elementos en esta simbiosis para alcanzar su máximo nivel de desarrollo y beneficio mutuo, interviniendo oportunamente en momentos claves del desarrollo de las crisis evolutivas para el logro del mejor resultado posible de salud de sus respectivas poblaciones, enfocándose en potenciar el desarrollo en lo neurobiológico como en lo psicológico de los individuos. A través del desarrollo de sus sistemas sanitarios basándose en la prevención primaria en salud mental como eje central de la seguridad comunitaria.
Continuación...
EliminarLa factibilidad de su aplicación muchas veces pareciera un salto de fe, más aún en tiempos de escasa luz por ausencia de evidencia científica de múltiples patologías en las que no fue hasta más de medio siglo después donde recién se pudo dilucidar de la mano con los avances de la ciencia y tecnología diagnóstica el origen de las enfermedades que enfrentamos, no obstante como expone en una frase que expone el autor Estamos totalmente dispuestos a actuar sobre la base de nuestro conocimiento parcial”, ejemplificando las medidas epidemiológicas tomadas antes de descubrir la etiología y fisiopatología completa de la sífilis terciaria, logrando resultados demostrables con esfuerzos que aunaron desde la intuición hasta la educación social en salud pública de la población. Este paso velado por el conocimiento limitado de su tiempo, se vio apoyado en el desarrollo de un modelo sobre el cual se utilizó como soporte para la toma de decisiones de la psiquiatría preventiva en los años sesenta, el que se basa sobre los factores responsables del cambio de frecuencia de aparición de una patología de salud mental fundamentado en el conocimiento del comportamiento humano, así como la influencia ambiental que afecta a mucha gente en un grado significativo.
Una vez dilucidados estos factores, se pudo diseñar las estrategias o insumos necesarios para superar las deficiencias que afectaban o predisponían una mayor incidencia de patologías de salud mental sobre los individuos de una población. Lo que se ve suplido gracias a los aportes físicos, socioculturales y psicosociales que se van entregando a través de las políticas públicas preventivas de los sistemas de salud. Lo anterior es dependiente de la capacidad de suministrar los factores previamente descritos según la capacidad de cobertura de las sociedades, lo que es en buena parte dependiente del grado de desarrollo de las mismas.
La prevención secundaria resumida ya en el tratamiento mismo de la enfermedad mental por parte de la psiquiatría, con un par de siglos por lo menos de desarrollo antes de la implementación previamente relatada de la prevención primeria, la que inicialmente tiene por fin el tratamiento que permita la reducción de la duración y gravedad de las enfermedades mentales. Pasa a tener durante el contexto de desarrollo de la prevención primaria y en paralelo a esta, la misión de en primera instancia lograr un diagnóstico precoz mejorando el pronóstico de la patología, así como lograr determinar el dominio y la respectiva población de riesgo en una comunidad que permita tomar medidas como son la identificación de factores predisponentes de la patología evitando que un número mayor de integrantes de la población bajo estudio y seguimiento enferme. Lo anterior en concomitancia con una gestión de siempre escasos recursos en salud que permita extender la cobertura (por ejemplo, acceso a medios diagnósticos para la pesquisa precoz) de los planes diseñados para estos efectos. Es aquí donde hace más de 6 décadas se comienza a innovar en sistemas preventivos dando el impulso a la educación en salud pública dirigida a la población con el fin de intentar controlar los factores predisponentes de patología de salud mental.
Lo anterior va de la mano con el desarrollo de medios masivos de información para poder exponer a la población la información pertinente al autocuidado principalmente basado en conductas individuales asociado con el aumento progresivo de la escolaridad del individuo promedio, logrando en buena medida el desarrollo exitoso de múltiples programas preventivos.
Continuación...
EliminarA modo de resumen de mis últimos párrafos, se debe destacar que el logro de un diagnóstico precoz que mejore el pronóstico de la enfermedad y reducción de su “propagación” (ya que por ejemplo hoy vemos que la propagación de trastorno por uso de sustancias pareciera tener ribetes de enfermedad infecciosa por su extensión en ciertos estratos sociales asociados en buena medida a ausencia a precariedad de los determinantes de la salud). Siendo finalmente determinante los recursos con los que cuentan los sistemas de salud para dar implementación a programas integrales con acceso, cobertura, eficiencia y duración en el tiempo.
En nuestra realidad vemos la presencia de los últimos elementos comentados mediante la fusión del desarrollo progresivo del sistema de atención primaria con enfoque familiar con un desarrollo en paralelo e integral con la implementación del plan nacional de salud, que pese a carencias conocidas y probablemente vividas por la mayoría de nosotros, sigue avanzando en la medida que el desarrollo económico del país asociado con la voluntad técnica y política le ha comenzado a dar más importante durante las últimas dos décadas. Comprendiendo que el éxito del modelo no puede valerse de seguir viendo al individuo como un sujeto único y aislado, sino siempre en relación al ambiente en que se desarrolló, a sus interacciones con la comunidad y como esta puede aportar al logro del éxito que permita de cierta forma a su vez lograr el cuidado de su salud como colectivo.
Saludos cordiales.
Atte.
Eduardo Peirano O.
Residente 1° año U. Mayor
Apasionante la convicción con que Caplan expone sus puntos de vista los cuales el día de hoy resultan unas guías. Es fácil imaginar la medicina preventiva desde el punto de vista biomédico con instrumentos como el papanicolaou, la mamografía o el EMPA, en que de un modo tangible vemos tanto la alteración como el resultado de la intervención y cómo se salvan vidas con estas medidas preventivas. Resulta, sin embargo, más complejo cuando nos referimos a prevención en salud mental, donde no hay medidas cuantitativas que nos muestren el inicio y la evolución sintomatológica, salvo algunas escalas que sin la interpretación clínica y psiquiátrica no entregan su real aporte. Rescato la Escala de Edinburgo , de fácil aplicación que a fin de cuentas vela por la provisión de amor para el niño que acaba de nacer, en quien queremos prevenir futuros trastornos mentales y proveer de todos los aportes necesarios para formar una persona sana que contribuya al desarrollo de su comunidad.
ResponderEliminarPese a que el texto se refiere mayormente al sistema comunitario macro, no descuida al ser humano como ser individual, quien que ante episodios de crisis puede caer en los inicios de una enfermedad mental, o bien, reponerse quedando provisto de herramientas que le permitan en el futuro enfrentar igual o peores situaciones.
Ojalá existiera una forma de prever que un joven debutara con una esquizofrenia antes del inicio de los síntomas negativos, una estrategia que permitiera un diagnóstico e intervención precoz para tratar la enfermedad y evitar los estragos que puede llegar a causar para él, su familia y su entorno
Hace falta que todos estemos atentos a las reacciones o los cambios en la forma de ser de las personas que están en nuestro entorno inmediato, pues muchas veces pasan desapercibidos síntomas depresivos o de otra índole que al ir aumentando y creciendo se convierten en una bola de nieve que puede acabar con esa persona y sus cercanos.
Esperemos que el nuevo gobierno tenga como materia prioritaria el desarrollo de la Ley de Salud Mental que sea efectiva en cuando a la detección y el acceso a tratamiento, como también a la prevención, logrando que quien padezca una enfermedad de este tipo deje de sentirse desprotegido ante un sistema tan cruel e ingrato como el que impera en este momento.
Concuerdo contigo Johanna, es preciso contar con un nuevo sistema político que considere la prevención como primordial, que se aleje del ingrato sistema actual y que pueda brindar además de prevención, protección y tratamiento a los pacientes, sus familias y la comunidad en general.
EliminarResultó interesante el abordar la lectura de “Principios de Psiquiatría Preventiva” de Caplan. El autor nos muestra de forma muy sencilla la importancia de pasar del método clínico tradicional del enfocarnos en pacientes individuales al campo de la prevención y control del trastorno mental en su nivel comunitario.
ResponderEliminarAsí como la relevancia del psiquiatra como agente preventivo en la comunidad, donde debe mostrarse competente, y adquirir no solo conocimientos ligados al área biológica, si no también sobre una amplia esfera de problemas tanto sociales, como económicos, políticos y administrativos entre otros, conocimientos que lo capacitaran para desarrollar no solo programas individuales, si no también comunitarios. así la psiquiatría preventiva es una rama de la psiquiatría, pero también es parte de un esfuerzo comunitario mas amplio, en el cual los psiquiatras aportan sus contribuciones especializadas a una totalidad mayor. Dentro de lo que Caplan contemplaba, tuvo gran relevancia el focalizar esfuerzos de prevención primaria en aquellos miembros de la comunidad que corrientemente no están alterados, tratando de reducir el riesgo de que enfermen, así debemos prestar atención a factores de riesgo, factores protectores y factores que atenten socialmente contra la salud mental de la comunidad, buscando de este modo reducir la frecuencia de la patología mental.
Como vimos en la clase anterior en chile se ha trabajado mediante el esfuerzo muchas veces individual a nivel local mas que macro, por construir una salud mental comunitaria, con fuerte base en la atención primaria, y en la prestación de servicios en la comunidad, sin embargo y pese a los avances que son visibles y cuantificables, aún estamos en deuda con la sociedad, ya que nos hemos enfocado en una reduccionista visión biomédica enfrascados en etiología y diagnósticos, mas que en prevención, tratamiento y reinserción. Es necesario trabajar en políticas publicas, conocer el contexto de nuestros pacientes, incluir a la comunidad y no solo a las familias que se ven afectas de forma directa, realizar prevención en las personas expuestas a las consecuencias de nuestro sistema económico neoliberal, que sin lugar a dudas ha contribuido a la instauración de las patologías de salud mental, las cuales actualmente nosotros estamos combatiendo, desde una trinchera muchas veces solitaria… sin embargo, me parece que si existiera una adecuada articulación de la red, un trabajo multidisciplinario, una escucha activa entre los distintos actores a diferentes niveles, incluyendo política, los niveles de atención en salud y sobre todo la comunidad, podríamos en conjunto realizar mas y mejores intervenciones con enfoque en la prevención.
En la práctica diaria, al menos desde la vereda infanto juvenil podemos ver como la sociedad actual basada en un exitismo indiscriminado, ha llevado a las familias a la división, donde los padres trabajan mas de 8 horas al día, y existe escaso espacio para la comunicación, para hablar sobre emociones, escasas posibilidades de una crianza respetuosa y eficiente, muchas veces ni siquiera suficientemente buena, donde los padres llegan al hogar y sus hijos ya están dormidos, y el tiempo de calidad se reduce al mínimo, es muchas veces ese contexto un caldo de cultivo para para la patología mental, sin embargo, si existieran políticas publicas de prevención, comprenderíamos que el éxito lo constituye una sociedad sana, con mejor calidad de vida. Calidad de vida que al mejorar evidentemente reduciría la aparición de bastantes psicopatologías. En conclusión tenemos un arduo trabajo por delante en cuanto a prevención, y un camino trazado por nuestros predecesores en base a sus desaciertos y aciertos, el cual podemos tomar como guía.
Paola estoy muy de acuerdo contigo cuanto planteas lo que nos propone el autor y la realidad infantojuvenil, la cual está muy influenciada por el contexto sociopolítico al que están expuesto ellos y sus padres. Es un gran desafío poder pensar en herramientas que fortalezcan los lazos de las familias, de los cuidadores con todo el exitismo y competitividad al que actualmente estamos expuestos como sociedad. No obstante, es una de nuestras principales inversiones a la cual podemos echar mano desde no solo lo "curativo" sino más bien, y como propone Caplan, desde lo preventivo.
EliminarComparto lo señalado por mis colegas de Infantojuvenil Paola y Javiera, le debemos a Caplan el poder mirar en mayor profundidad la interrelación entre el contexto del NNA y la patología que presenta. En nuestro caso es muchas veces difícil poder pensar la estructuración de un trastorno oposicionista desafiante o de un trastorno límite de la personalidad sin tener en cuenta los factores sociales involucrados, tanto a nivel micro como macro en el entorno del NNA.
EliminarEn este caso comparto plenamente lo señalado, que los factores que determinan la salud mental de una población van mucho más allá de lo biomédico e incluyen las teorías sociales, la familia extendida, el rol de la comunidad, las condiciones laborales, el clima imperante, etc. Me impactó bastante el saber los datos que compartió en el primer comentario la colega Constanza Abarca, acerca de Chile siendo el segundo país en que más han aumentado los problemas de salud mental posterior a la pandemia. Uno de los factores que se postula es la forma en que los chilenos criamos a los niños: poco tiempo para estar con ellos, poco tiempo para jugar, abuso de pantallas, las familias no comen juntas (o comen juntas sin compartir, con celular o tablet en mano), familias fragmentadas, jornadas laborales larguísimas y distancia casa-trabajo que impide una vida digna, escasas áreas verdes, suma y sigue... Siguiendo esta línea, creo que uno de nuestros deberes como futuros psiquiatras es ser activos participantes y constructores de la sociedad que vivimos y de la forma en que ésta es organizada, por tanto cívicamente responsables y preocupados de exigir a quienes dirigen el país que se hagan cargo de estas problemáticas, que minan nuestra salud tanto física como mental.
Destaco al igual que mis compañeras la influencia de Caplan en la psiquiatría infantojuvenil, en tener presentes y estar atentos al contexto comunitario en la vida de los niñes o adolescentes considerando la sabiduría de los padres, la familia extendida, y otros apoyos. Al igual que Sheida me quedo pensando en como uno de los factores asociados al aumento de los problemas de SM en Chile en contexto pandemia es la forma en que los chilenos criamos a los niños, lo que quizás sería bastante diferente si como plantea Paola, en nuestro país existieran políticas públicas de SM infantojuvenil centradas en la prevención y si comprendiéramos que el foco debería estar en una mejor calidad de vida para el NNA y su entorno, más que en buscar el éxito económico y laboral o académico individual. Durante mi formación médica y ahora en psiquiatría infantojuvenil una de las quejas más frecuentes que he escuchado de niñes y adolescentes es que no comparten con sus familias (por tiempo, por no sentirse escuchados, por que cada quién está en su celular o pantalla, etc). Hace falta fomentar el vivir de forma sana, considerando el tiempo y espacio de compartir en familia, de recreación y de reflexión como algo central, y en esto debemos tener un rol activo.
EliminarBueno primero que todo mencionar mi alegría al poder abordar una arista de este gran diplomado, desde la vereda de un autor que se interesó de forma especial por la Psiquiatría comunitaria pero también de la infancia, lo cual en esos años era algo bastante revolucionario. Esto último, sobre todo ya que Gerald Caplan replantea algunos saberes de esa época, se los cuestiona y reformula, sacando el foco enjuciador que muchas veces había hacia los padres, incluyéndolos en el proceso terapéutico de los NNA y dándole la importancia que merece a todo el ecosistema comunitario de este en su vivencia y en la expresión de su malestar o dolencia. Resignifica la vivencia de los padres, quienes ya desde esos tiempos se sentían culpados por los problemas que tenían sus hijos y le da especial valor a la sabiduría de estos.
ResponderEliminarMuchas de las políticas públicas con las que hoy en día contamos están inspiradas en su trabajo, en sus publicaciones y libros siendo actualmente una gran influencia en la psiquiatría comunitaria no solo desde la vereda de la infancia, sino también en el desarrollo teórico y práctico de programas que incluyan a personas con enfermedades mentales graves y persistentes, el cuidado de ellos y de personas con trastornos recurrentes. Además intenta reducir las conductas iatrogénicas (que la mayoría de las veces vienen de la buena intención) impartidas por profesionales y que muchas veces están basadas más bien en sistemas de creencias erróneos, negativos o con dificultades organizacionales.
En esta misma línea, nos habla sobre la importancia de poder establecer ciertos lineamientos que puedan ser aplicados de forma masiva en los distintos dispositivos de salud y orientados no solo a los clínicos sino también a los organizadores/planificadores de los centros. El enfoque que nos plantea el autor va muy de la mano con el fortalecimiento de las relaciones interpersonales del individuo con su ecosistema: comunidad, familia y empoderamiento de ellos mismos en su proceso terapéutico, alejándose así del enfoque clásico biomédico.
Finalmente quiero destacar la gran relevancia que el autor da a la prevención primaria y cómo esta debería enfocarse en la detección de factores de riesgo, en los elementos ambientales que podrían influir en la salud de las personas y también los factores protectores. Caplan plantea cómo la identificación de estos 3 elementos puede influir en la vivencia de las personas y prevención de patología. Si bien es cierto, estos aspectos hasta la fecha son algo de lo cual se habla y plantea de gran relevancia, ha sido muy difícil en lo concreto ponerlo en práctica, ya que incluso en dispositivos de atención comunitaria de salud mental muchas veces prima el modelo biomédico, dejando de lado estos 3 elementos en un 2do y 3er plano. Nos queda una desafiante labor cuya semilla plantó el gran Dr. Gerald Caplan, y esto no solo desde la salud mental, sino desde una mirada integrativa de salud como un único, no por partes (salud cardiovascular, salud mental, salud de la mujer, etc) y como una gran matriztica.
Me parece trascendental valorar la vivencia de los cuidadores y tomarla como base para una intervención efectiva con niñes-adolescentes. Cómo desde esa época existe este enfoque en el ecosistema familiar y sus trayectorias, buscando resignificar aquellas formas de vincularse que pudieron formularse desde distintas experiencias transgeneracionales, pero que en lo inmediato pueden estructurarse como un factor posible de intervenir para el buen pasar de la salud mental familiar en general y del niñe-adolescente en particular. En la práctica diaria no es infrecuente el mismo cuestionamiento que tienen los cuidadores sobre "si lo estaré haciendo bien?", "seré un buen padre/madre/cuidador?", etc., manifestaciones que dan cuenta de la eminente auto observación y auto crítica que puede existir sobre ellos mismos, y que puede terminar en convertirse en un factor vincular importante de tomar en cuenta a través de la intervención.
EliminarNicolás Jonathan Melej Varela
Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur
Estoy muy de acuerdo con lo que planteas sobre incluir a los padres y a su entorno comunitario en el proceso terapéutico del NNA pues de esta manera se trabaja como un gran equipo y de manera horizontal donde nosotros somos consultores y les acompañamos.
EliminarSin duda, tenemos una gran labor de psicoeducación al respecto, ya que todavía estamos en una sociedad que le causa extrañeza y se resiste a que no sea el doctor el que solucione todo por medio de un medicamento.
Me tomo de lo que dice Nicolás, me parece sumamente importante el poder darle a los padres de nuestros pacientes de infantojuvenil el espacio para poder sanar aquello que transgeneracionalmente cargan hacia sus hijos. A veces en la atención diaria al encontrarnos con padres negligentes, maltratadores, o incluso levemente minimizadores nos sorprendemos y vamos inmediatamente hacia el juzgarnos como malos padres/madres, pero ahí creo que es clave que como futuros psiquiatras infantiles podamos tener la claridad de respirar y pensar, ¿por qué este padre/madre actúa así? ¿cómo actuaron con él/ella cuando niñe?
EliminarCreo que es clave la reparación de heridas transgeneracionales para poder ofrecerle a los padres y madres de nuestros pacientes pediátricos una oportunidad de sanar sus propias vinculaciones de la infancia en la medida que aprenden y reaprenden, se construyen y deconstruyen en la hermosa y desafiante labor de criar un ser humano. Es desde ese espacio de ternura, comprensión y calidez humana que debiésemos posicionarnos los futuros psiquiatras infantiles, y no desde un espacio enjuiciador que solo genera mayores resistencias y probablemente abandono de los tratamientos.
Me gustaría detenerme en algunos puntos que me resultaron llamativos, sin necesariamente ser centrales en el texto. El primero, es la prevención primaria centrada en el abordaje de las crisis (ya sean evolutivas o accidentales). Me resulta llamativo, ya que estas crisis que pueden ser vivenciadas de forma absolutamente distinta dependiendo del individuo y sus condiciones (múltiples), pueden progresar a traumas, lo que en los últimos 60 años (o los posteriores 60 años a la publicación de este texto, como prefiera ser visto) han sido estudiados como uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales (ya sea como estresor aditivo en contexto de trastornos multifactoriales o como gatillante principal). Así, 40 años después de la publicación de este texto, grandes grupos de investigación ponen este tipo de eventos como centrales también al momento de la prevención de estados mentales de alto riesgo, como lo hace el grupo de Melbourne. Esto me lleva al segundo punto llamativo: la importancia de la psiquiatría infantojuvenil. Si la prevención primaria es la que mayores beneficios traerá a la larga, también entonces será esa especialidad la que esté más centrada en detectar y abordar precozmente situaciones que a la larga significaran una disminución de usuarios de servicios de salud mental de adultos. Por otro lado, la sección en la que se describe el rol político que puede tener el psiquiatra resulta refrescante luego de los últimos textos en los que se evidenciaba principalmente el rol del psiquiatra como una especie de policía-social/guardián-del-hospital-psiquiátrico/gendarme-de-pacientes. También me fue de mucho interés cuando se detuvo en el rol del paciente/usuario/enfermo en toda esta situación, y cómo el solo hecho de tomar este “rol de enfermo” significa un debilitamiento del yo. Pareciera que estamos muy acostumbrados a esta situación y nos apuramos en que el paciente asimile el nuevo rotulo, ya que nos parece (aún 60 años después) lo más común para iniciar el proceso terapéutico. Me resultó interesante ver de donde provenían -o que el autor recalcara sus orígenes- múltiples iniciativas que nos resultan del todo naturales en nuestro desempeño diario, como el hecho de que los medicamentos no tengan que ser costeados por el paciente en ambulatorio o posalta, los centros comunitarios en contraposición al hospital psiquiátrico, y la consultoría como método de entrega/compartir conocimientos entre profesionales de salud y salud mental. Y, finalmente, la (¿eterna?) pregunta que se lee como subtexto en prácticamente todos los capítulos de esta primera parte: cuánto de lo que abordamos es trastorno mental, y cuánto es sufrimiento determinado o derivado de situaciones sociales, políticas, económicas, entre muchas otras.
ResponderEliminarMuy interesante la obra del autor, se nota su base abarcativa que intenta ir más allá de la “sola psiquiatría” o lo “solo biomédico”, buscando involucrar a la sociedad en su conjunto. Me llama la atención cómo desde esa época existe esta perspectiva y el contraste con la realidad actual de distintas sociedades, donde este enfoque es mínimo o nulo, como por ej., USA con su sistema altamente privatizado.
ResponderEliminarEl autor plantea que la prevención primaria se orienta a factores de riesgo y protectores de un conjunto de personas, lo habla a nivel de población y destaca que es una cuestión que va más allá de la propia disciplina médica: para “evitar la enfermedad” hay que ir más allá, hay que brindar alternativas que protejan a los individuos en su conjunto, en forma abarcativa y no solo a través de medidas dirigidas desde una base biomédica. Y esto es trascendental al hablar de cualquier intervención de salud (por ej., desde la disponibilidad de agua potable, alcantarillados, hasta la posibilidad de vacunas a nivel poblacional), y más fundamental aún al referirnos a salud mental. En este ámbito, a mi parecer, pasa algo curioso: hay muchas cosas que se pueden hacer como prevención primaria y que apuntan al fundamento mismo de la forma de estar en el mundo de las personas, cosas básicas, muchas de ellas simples, evidentes y hasta tácitas; pero al mismo tiempo, existe tanta resistencia e ignorancia de su valor, llegando al nivel de que incluso para las mismas personas resultan ser dejadas en segundo plano.
Con esto me refiero a medidas como una jornada laboral que tenga por objetivo la mantención de una vida plena y tranquila, por sobre la idea de supuesta productividad de que “mientras más horas, más produce” o “más dinero gana”, etc.; un post natal que tenga una duración acorde con los modelos de desarrollo evolutivo hoy validados (y no de solo algunos meses), que proteja a los cuidadores principales desde el punto de vista laboral y que los incluya a ambos en tiempo suficiente (no solo a una de las dos figuras en forma predominante); un sistema educacional orientado a fomentar el desarrollo emocional y social de los niñes, y no solo para que rindan buenos resultados en pruebas estandarizadas; que esta formas de evaluación sean versátiles, que permitan destacar a personas con capacidades más allá de la sola persistencia en la actividad intelectual lógica-matemática; que existan formas de educación sexual integral acordes con la realidad y posibilidades actuales disponibles; entre muchas otras que no menciono, todas medidas que podemos notar que siguen al debe en la sociedad chilena.
Y es que quizá plantear este modelo de prevención en la forma expuesta por el autor, requiera un nuevo posicionamiento de qué es lo que queremos como sociedad: desde qué validamos como lo esperable y lo esencial, lo mejor y lo posible de llevar a la realidad, el bienestar mental y social, la originalidad y la excentricidad, etc., donde el “bien” más valioso pasaría a ser la plenitud sobre el acúmulo de bien material. En suma, un planteamiento que cuestiona las bases fundamentales del existir como personas en esta sociedad actual, y de ahí, un replanteamiento mismo del funcionar social, político y legislativo.
EliminarNicolás Jonathan Melej Varela
Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur
Comparto plenamente lo que señala Nicolás, es imposible escindir la psiquiatría de todo lo que es "ser humano": al enfrentarnos a un paciente en la práctica clínica no podemos dejar de pensar qué come, dónde duerme, cómo viste, con quiénes convive, cuántas horas trabaja, etc etc.. Un sin fin de cosas que finalmente se traducen a qué tipo de vida lleva y cuál es el sentido que le da a su vida. Y luego a nivel colectivo, qué sentido y qué propósito tiene nuestra vida colectiva. Sin duda que hay que repensar y volver a preguntarse por qué los índices de salud mental en Chile son tan, tan malos. ¿Cuánto tiene que ver con la forma en que la sociedad chilena está construida? ¿Por qué la salud mental de nuestros países vecinos en Latinoamérica no es peor a la nuestra, si sus índices de desarrollo y pobreza económica son peores? Pareciera ser entonces que Salud Mental no tiene necesariamente que ver con índices económicos... sino como dice Nicolás "un sentido de vida" mucho más allá de lo tangible.
EliminarMuy interesante poder conocer al autor Gerald Caplan.
ResponderEliminarTal como él lo plantea, se hace muy necesario poder leerlo durante la formación y no solamente por quienes se dedican a la psiquiatría comunitaria, puesto que aporta una visión más amplia de lo importante que es enfocarse en la prevención primaria pasando del enfoque clínico tradicional (paciente individual) a estar atentos al contexto comunitario en la vida de las personas que atendemos, puesto que de esta forma se podrá reducir la frecuencia, duración, y el deterioro de la enfermedad en la comunidad.
También me parece interesante el rol que nos llama a cumplir como psiquiatras, donde ser preventivo significa que debemos adquirir conocimientos adicionales sobre una amplia esfera de problemas ya que esto nos ayudará a planear intervenciones que no sean sólo individuales sino enfocada a los propios problemas comunitarios. Así, se promueve la salud mental entre los miembros de la comunidad que no están alterados tratando de reducir el riesgo que enfermen.
En cuanto a la prevención primaria, que esté enfocada no en tratar de evitar que alguien se enferme sino en reducir el riesgo de toda una población de manera que sea el menor número de enfermos, no significa que se descuide al individuo sino es asumir una mayor responsabilidad al preocuparse no sólo por el que pide ayuda sino por otras personas (un ejemplo de esto podría ser la extensión del postnatal, como un derecho y medida que busque prevenir eventuales trastornos del vínculo, entre otros). Además del ejemplo recién dado, quería mencionar que desde nuestra vereda de psiquiatría infantil, esto nos hace mucho sentido asociado también al espíritu que nos intenta transmitir nuestra sede, donde la provisión de aportes es fundamental. Esto me hace pensar en los aportes psicosociales, y sin duda la pandemia y aislamiento nos ha llevado a un déficit de satisfacción de necesidades interpersonales posible de ver en niños y adolescentes. Entonces si no existen oportunidades para que el niño se relacione con aquellos que pueden satisfacerlo puede dar origen a un sinfín de alteraciones a nivel interpersonal o desencadenar algún trastorno mental. El retorno a clases claramente es una gran herramienta que a pesar que nos exige el distanciamiento físico, uso de mascarilla, etc., de alguna manera les está devolviendo aquella estimulación necesaria (aparte de la estimulación que da la familia) y transmite valores y habilidades para resolver problemas de la comunidad y también los ayuda a aprender a autorregularse con sus pares. Entonces tomando esta misma situación, tenemos un gran desafío a nivel de prevención secundaria para detectar a tiempo a aquellos que han sido afectados a tal punto de generar un importante desequilibrio en su salud y actuar para prevenir eventuales complicaciones o incapacidades.
Para finalizar, como residentes y futuros psiquiatras infantiles, tenemos una ardua tarea en todos los niveles de prevención (principalmente en la prevención primaria), y poder leer y comprender lo importante que es, nos empodera a seguir por ese camino.
Lo que comenta Yeaninne me hace pensar en algo que nos dijo una profesora en Psiquiatría Comunitaria hace unos meses atrás, que cuando nos toque "salir al mundo" como psiquiatras en la época post pandémica, es probable que haya tanta necesidad de atención en salud mental que debamos volcarnos sobre todo a trabajar fuera del box, en intervenciones comunitarias y grupales, algo así como el "network therapy" de Caplan.
EliminarParto por agradecer las lecturas, desde la descripción de los aportes de Gerald Caplan hasta sus influencias en nuestra formación con sus idas y vueltas en las mallas formativas de la psiquiatría han demostrado su importancia y lo vital de su punto de vista para el crecimiento, tratamiento y mejoría de una sociedad.
ResponderEliminarLa lectura de principios de la psiquiatría me pareció interesante y la enlazo totalmente con mi experiencia, la importancia de la medicina preventiva en todo ámbito es algo que hemos muchas veces dejado de lado porque no se ve o no es tan impactante como trabajar con una consecuencia de algo o un “accidente”. Sin embargo, si nos remontamos a todas nuestra historia en la sociedad actual estamos la mitad de nuestro día en el trabajo y por lo menos 40 años (algunos más), si no consideramos como uno de nuestros factores importantes el rol laboral de nuestro ambiente y como influye en nuestro propio sistema no podremos realizar a profundidad una salud preventiva. Respecto a este ultimo punto hemos avanzado algo básico en temas ergonómicos sin embargo el tema de salud mental es un tema aún en pañales, las enfermedades profesionales han aumentado en los últimos años a razón de representar un 20% de los pacientes de una mutualidad y en cuanto a salud mental estos representan al menos el 50% de los ingresos bajo la ley 16.744; tampoco es extraño que en una sociedad donde se privilegie el producir por sobre la salud de sus trabajadores ante cualquier necesidad de “higiene mental”, estos sean apartados, segregados o no considerados, los rendimientos excesivos y la priorización numérica han puesto en “sacrificio”, espacios de esparcimiento, distracción o recuperación de nuestras ya ocupadas mentes.
Es donde me detengo a pensar si hemos logrado interiorizar a nivel social la importancia de los diagnósticos secundarios, la reinserción y rehabilitación temprana; se tiende a estigmatizar la salud mental y restarle importancia en comparación con un amputado… hace muy pocos años se trabaja con el equipo integral de salud, el apoyo sicológico es escaso y siempre será mejor prevenir que sanar.
La salud comunitaria es fundamental en su globalidad, así como la importancia de dar su lugar a la educación, prevención y estudio de factores que nos podrían llevar a una enfermedad.
Saludos.
Sumamente de acuerdo con el mensaje de Sebastian. Qué importante incorporar miradas preventivas en salud mental en el espacio del trabajo, más aun cuando se enfoca en los niveles de prevención.
EliminarLas relaciones de trabajo en la sociedad chilena se establecen de forma sumamente vertical y subordinada, así los espacios donde se logran determinar adaptaciones que no tengan el foco en aumentar la productividad como dice Sebastian no son solo escasas, sino también de menor fuerza y peso, en interacciones que son asimétricas. Si bien se ha avanzado en dar espacios de empleabilidad debido a la ley de Inclusión Laboral, con cupos reservados para personas en diferentes situaciones de discapacidad en empresas grandes, generalmente estos empleos cuentan con condiciones laborales de segundo orden, menor pago, menos beneficios laborales o incluso trabajos directamente segregadores, como si el individuo tuviera que pagar personalmente su inclusion.
La perspectiva de Caplan también nutre la visión sobre el trabajo al permitir visualizar y priorizar intervenciones preventivas segun el riesgo y las diferentes crisis que podamos avizorar sobre diferentes tipos de trabajo. ¿Cómo prevenimos el burnout en trabajadores de salud?¿Cómo educamos sobre higiene del sueño en trabajadores con sistema de turnos? ¿Cómo prevenimos problemas asociados al estrés en roles altamente demandantes como trabajadores del transporte público?
Impresiona que las mutualidades cumplirán un rol imprescindible en este trabajo pero puede que la multiplicidad de mutualidades y la flexibilidad con que pueden realizar intervenciones preventivas genere un espacio de acción insuficiente que explique la alta comorbilidad de enfermedades mentales asociadas al trabajo.
La Salud Mental Comunitaria tiene respuestas para estos problemas, quizás lo que falta es que esta perspectiva pueda nutrir otros espacios, como el campo del trabajo.
Con la publicación de principios de psiquiatría preventiva en 1963, el Dr Caplan propone un nuevo enfoque en el ámbito de la psiquiatría, un enfoque donde la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de quien sufre alguna afección en su salud mental debe ser considerado como una responsabilidad comunitaria más que un problema individual.
ResponderEliminarEl modelo conceptual propuesto involucra elementos de salud pública y epidemiología: Con la prevención primaria se busca disminuir la proporción de un trastorno mental en una población determinada durante un periodo de tiempo, contrarrestando diversos factores que predisponen a tales trastornos (se integra además el concepto de factores de riesgo y población en riesgo). La prevención primaria no busca evitar que se enferme un individuo en especial, sino de reducir el riesgo de enfermarse de una población. Además, con la prevención secundaria se intenta reducir la duración, y con la terciaria el deterioro que podría resultar de estos trastornos.
Caplan plantea que para no sufrir un trastorno mental, una persona necesita aportes continuos: físicos, psicosociales y socioculturales, que resulten adecuados a las diversas etapas de crecimiento y desarrollo. En la teoría de las crisis, por su parte, éstas son visualizadas como puntos críticos que pueden facilitar o alejar trastornos mentales. El considerar estas hipótesis dentro de un programa de salud mental, permite trabajar en guías preventivas y realizar intervenciones oportunas.
La propuesta que realiza el Dr Caplan cambia el paradigma de que la función del psiquiatra es “tratar los trastornos mentales de un individuo”, sino que debe orientarse a la prevención y detección precoz de estos trastornos en una población, trabajando en un equipo transdisciplinario. Lo que me parece más importante aún es que involucra a la comunidad, a las personas “sanas”, en dicho trabajo.
Este texto se conforma así como un cimiento de la salud mental comunitaria, donde además de establecer la importancia de políticas preventivas y de intervención precoz dentro de la comunidad, reafirma la importancia de la desinstitucionalización, promoviendo la erradicación de hospitales exclusivos para enfermos mentales, para reemplazarlos por instituciones comunitarias que estén vinculadas a hospitales generales que ofrezcan atenciones de urgencia y hospitalización psiquiátrica. Caplan fue un visionario, y sus ideas se mantienen vigentes en la actualidad, podemos ver plasmadas estas ideas en “la red” que hoy con más o menos eficiencia vemos funcionar en nuestro sistema de salud. Como menciona Constanza en su comentario, a pesar de los avances que ha habido en la integración de un sistema comunitario en las políticas de salud pública en nuestro país, la enfermedad mental sigue siendo vista como un fracaso individual. Es nuestro deber como futuros integrantes de este sistema, seguir promoviendo lo comunitario como un concepto esencial en nuestro trabajo.
Interesante leer la vida del Dr Caplan y como acuño conceptos y métodos que usamos hoy en día en nuestra práctica. Destaco la dinámica de las consultorías donde se busca una simetría de los diferentes profesionales del equipo de salud mental. Donde el consultor es un profesional preparado tanto en lo técnico como en lo comunitario, donde es posible lograr un acercamiento real para poder exponer dudas y ser capaz el resto del equipo ser un aporte para la resolución de los casos.
ResponderEliminarSi bien en varias secciones del libro el autor explica que los conceptos tratados no tienen mayor evidencia que las experiencias personales y que no son mas que “opiniones”, plantea y define conceptos de tal manera que logran dar un sentido coherente y racional a lo planteado. Términos que nosotros hoy en día damos por sentado y que tenemos tan interiorizados como la prevención primaria, secundaria y terciara, en el momento de que fue escrito el texto llego a ser tan polémico y la vez vanguardista respecto a lo que antes se planteaba.
Me llamo mucho la atención dentro de la prevención primaria la explicación que realizo respecto al rol de la familia, los profesionales de la salud y la comunidad durante las “crisis” que se podían vivir durante el transcurso de la vida. Particularmente me sorprendió el rol de la comunidad y específicamente de ciertos individuos que sin poseer competencias y por el hecho de ser carismáticos podían influir en la persona que se encontraba sufriendo en esos momentos. Como con las mejores (o no tantas) intenciones la persona en crisis se acerca a estos individuos en busca de ayuda, y como muchas veces los propios problemas no resueltos de ellos podían influir negativamente en el que busca ayuda.
Me es difícil no asociarlo a lo que estamos viviendo en el presente, donde en tiempos de incertidumbre e inestabilidad social y política, muchas personas se apoyan en personalidades de los medios de comunicación en busca de guía y respuestas. Es un llamado de atención importante tal vez a seguir con una mirada más crítica y saber dirigir como sociedad nuestra energía tanto en la búsqueda como la entrega de ayuda.
Respecto a la prevención secundaria destaco como ejemplifica y delimita el que sean programas tendientes a reducir la incapacidad debida a un trastorno mediante un diagnostico precoz y un tratamiento efectivo. Sobre todo, que esto es incumbencia de la psiquiatría, como nos hace ser entes con un rol activo.
EliminarEl como el trastorno de un paciente individual debe considerarse un índice del desajuste de los sistemas sociales y que la etiología y el pronostico no pueden formularse si no se evalúan otros elementos del sistema. Destaca también la formulación de programas de prevención secundaria como educación pública a través de medios de comunicación, difusión de información, con un rol activo en esto por parte del psiquiatra preventivo.
Me llamo mucho el texto leído, ya que como yo como ex medico de APS en Talcahuano y actual residente en la misma localidad, estos son conceptos muy interiorizados en mi universidad y mi localidad. La mirada comunitaria y el uso efectivo de la red asistencial con uso de los distintos dispositivos disponibles tienen una base bien clara en lo visto en este curso en el que hemos estado. Pero me hace mas ruido la forma de integrar el modelo planteado por Caplan y como se ve reflejado en mi práctica diaria.
ResponderEliminarUna vez escuche que Talcahuano había sido pionero y era uno de los pocos servicios donde el uso de la red asistencial y la mirada comunitaria de verdad funcionaba o que había tenido cierto éxito, con estos textos y su aplicación real me hacen más sentido del porqué de este éxito.
Diego González Rojas
Residente Psiquiatría Adulto.
UCSC.
Con lo revisado sobre el texto de Gerald Caplan me sucede similar a lo que muchos han posteado, sobre que es interesante y curioso a la vez como hace 60 años una persona ya sentaba las bases para lo que sería la Psiquiatría Preventiva, orientando en su obra sobre qué temas trabajar para la prevención ya sea primaria, secundaria o terciaria. Me llamo la atención que mencionara directamente que el psiquiatra preventivo debiese estar dentro de los que participan de las políticas públicas, pero con el cuidado de no pasar a ser un instrumento para un bando político u otro.
ResponderEliminarFue interesante también como centra la gran parte de la prevención primaria en el apoyo durante las crisis a los individuos, de forma de que se desarrollen herramientas adaptativas para la resolución de las crisis, haciendo un énfasis importante en las ventanas de oportunidad para ello. Lo mismo con la prevención secundaria y el tratamiento precoz que tendrá más impacto y mejores resultados que el retardo de semanas o meses por las listas de espera (que es lo que en APS me tocaba ver frecuentemente). Así mismo, al igual que varios colegas me tocó de participar en consultorías de salud mental durante mi periodo como médico de APS, instancia donde se aprendía mucho para el manejo del caso con el que teníamos duda en particular, pero además para poder extrapolarlo a futuro a otros casos similares que tuviésemos en el CESFAM donde me desempeñaba, y es interesante que la idea venga de hace 60 años atrás, ya que me enteré de la existencia de esas instancias recién cuando comencé mi vida laboral (sin haber tenido ninguna mención de esas instancias en pregrado).
Básicamente, por lo que se puede ver en su texto, Caplan fue un pionero en lo que es la Psiquiatría Preventiva, que tiene gran impacto en la actualidad para lo que vemos en Psiquiatría Comunitaria, y que sentó las bases para poder tener un manejo más eficiente de los recursos especializados. Me refiero sobre todo a las consultorías de salud mental, ya que normalmente las instancias de Prevención Primaria y Promoción de la Salud tienden a estar a cargo de la Atención Primaria de Salud en nuestro país, y en ese contexto el hecho de que exista un nexo directo con la especialidad a través de las consultorías de salud mental hacen que la atención especializada pueda llegar a una mayor cantidad de la población y que se pueda seleccionar de mejor forma a los pacientes que requieren de una atención especializada. Por otro lado, al igual que los otros autores que nos ha tocado leer, bastante posteriores a la época en que se escribió el libro, siguen mencionando la importancia de que el psiquiatra este inmiscuido en las políticas publicas de salud, a fin de favorecer políticas públicas en las que se facilite un estilo de vida saludable para la población en general, ya que al mejorar los factores psicosociales y socioculturales que dependen de esas políticas debiese disminuir el riesgo de padecer trastornos de salud mental en la población general (al igual que otras enfermedades).
A modo de opinión, creo que respecto a la psiquiatría preventiva más que tratar de hacernos cargos de todos los aspectos socioculturales solos, deberíamos trabajar en conjunto con personas que ya se dedican al área como los sociólogos, para tener un enfoque interdisciplinario similar a lo que en la actualidad se tiene con los psicólogos y trabajadores sociales.
Felipe González Figueroa
Residente Psiquiatría de Adultos
Universidad Mayor Sede Angol
Mi corta experiencia en el nivel primario de salud, pudo gratamente mostrarme un funcionamiento de salud con trabajo multidisciplinarios con horarios destinados para esto y equipo con exigencia en formación en salud familiar, que muchas veces terminaba siendo la única red de apoyo que disponía el paciente. El trabajo en terreno con la comunidad tanto en los operativos, visitas domiciliarias o rondas rurales nos posibilita conocer el contexto que engloba al paciente y tomar conciencia de lo que nos ilustra el Dr. Caplan. Es necesario cuidar los “aportes” adecuados (físicos, psicosociales, socioculturales ) en las diversas etapas de crecimiento y desarrollo para no sufrir un trastorno mental. Es desde esta perspectiva que podemos plantear que la prevención primaria se nos hace una tarea determinada por múltiples factores, donde los involucrados deben también ser parte de sus decisiones y acciones.
ResponderEliminarSegún lo mencionado en la lectura el individuo enfrenta siempre situaciones que requieren la resolución activa de problemas. El factor esencial que determina la aparición de una crisis es el desequilibrio entre la dificultad y la importancia del problema y los recursos de los que dispone inmediatamente para enfrentarlo.
Se hace relevante aun mas en la crisis que estamos viviendo de Pandemia, poder aplicar lo que el Dr. Caplan ya nos mostraba en los 60 . Si bien es de conocimiento común el exponencial aumento de consultas de salud mental, la pandemia nos ha mostrado con mayor énfasis las fallas de nuestro sistema y la falta de medidas para afrontar y pesquisar los futuros nuevos casos .
Actualmente nuestra labor sigue siendo mayormente intervencionista, pero se nos invita a enfocarnos en la prevención en sus distintos niveles. Creo fielmente que es posible completar esta tarea fortaleciendo, validando y conformando como futuros psiquiatras la atención primaria de salud, que mas que primaria es primordial.
Resulta ser una lectura aterrizada desde el punto de vista práctico sobre los pilares en los que debe fundamentarse lo que conocemos (y aspiramos) como psiquiatría comunitaria.
ResponderEliminarLos dos últimos conjuntos de lecturas, la entrega pasada y esta, materializan de forma mucho más concreta el desarrollo de las actividades que son convenientes emprender en un sistema o red de salud mental de base comunitaria.
Elementos como la acción social en crisis, la atenuación de las circunstancias peligrosas, la provisión de servicios, el diagnóstico precoz, las prevenciones secundaria y terciara, y como veremos más adelante, elementos de discusión clínica como las consultorías, toman un rol fundamental como propuesta para el desarrollo de la psiquiatría comunitaria, y consecuentemente, la realización del ideal más "abstracto" de la desmanicomialización.
Muchos de los elementos planteados en el libro corresponden a acciones que se han intentado implementar en los establecimientos y redes en las que hemos trabajado, con mayor o menor éxito.
Ha sido útil la lectura en el sentido de que Caplan también plantea algunos elementos de gestión bien concretos que pueden ayudar a concretar el modelo, ya sea a nivel de establecimientos o de redes. En este aspecto me parece una especie de coronación real de las lecturas previas relacionadas con la reforma psiquiátrica.
Soy un partidario moderado de que parte de nuestro trabajo posterior al egreso, más que mayores reformas sobre las reformas, es generar mayor conciencia en el equipo de salud el valor de los elementos numerados más arriba, sobre todo aquellos que nos permiten trabajar de manera multi, inter y transdisciplinaria en el abordaje de los problemas de salud mental como la consultoría, los diagnósticos participativos, los consejos consultivos, y sobre todo, el rol preventivo que deben tener los cosam, cuya ejecución se ha dejado con pobre éxito más bien a la Atención Primaria.
Es muy enriquecedor el avance que vamos teniendo en este curso, hemos ido conociendo la Psiquiatría desde sus inicios, valorando los progresos y teniendo una mirada crítica de los errores cometidos en el proceso hasta la desinstitucionalización; y ahora llegar a la lectura de Caplan “Principios de Psiquiatría Preventiva”, nos posiciona en un escenario aún más constructivo, y tal como menciona una compañera nos invita a ser entes activos de cambio, y que junto con ser buenos tratantes tengamos las herramientas para potenciar la salud mental desde la prevención. Para ello debemos tener claro que la Psiquiatría preventiva tiene una naturaleza multifactorial, debemos además de proporcionar buenos tratamientos a nuestros usuarios, implementar y enriquecer nuestras prácticas con el fin de reducir la prevalencia de los trastornos de salud mental, y/o disminuir la duración de estos y el deterioro que pueden ocasionar. Debemos ser profesionales competentes, que logremos tener un amplio conocimiento de diferentes áreas, ya sean sociales, económicas y políticas, que nos otorguen instrumentos que no solo apunten al paciente de manera individual, sino que también a los problemas comunitarios. Uno de nuestros objetivos debe apuntar a promover la salud mental entre los miembros de la comunidad intentando de esta forma reducir el riesgo de que enfermen.
ResponderEliminarLas enfermedades mentales son más comunes de lo que nos gustaría, además de ser crónicas y generar discapacidad, representan un problema de salud pública importante en chile y el mundo. Si bien existen actualmente intervenciones médicas y psicosociales con eficacia comprobada, estas aún son insuficientes, y su disponibilidad no se condice con la alta morbilidad y mortalidad que encontramos para las enfermedades mentales. En este contexto, es que el texto de Caplan adquiere tanta relevancia, desde hace muchos años se sugiere la implementación de técnicas de detección temprana, para personas con alto riesgo clínico de desarrollo de enfermedad mental, e intervenciones precoces para prevenir o retrasar la progresión a la enfermedad mental.
Existe evidencia de que la existencia de intervenciones que promueven la salud mental posee un impacto en la prevención de la aparición de los trastornos mentales. Así como también existe evidencia que refleja la relación entre factores de riesgo y de protección y el desarrollo de las enfermedades mentales. La enfermedad mental se produce por el efecto acumulativo de la presencia de múltiples factores de riesgo, la falta de factores protectores y la interacción de situaciones de riesgo y protección, lo que predispone a los individuos a cambiar de una condición mentalmente saludable a una de mayor vulnerabilidad, luego a un problema mental y finalmente a una enfermedad mental con todas sus características.
Las intervenciones para prevenir los problemas de salud mental deben estar dirigidas a contrarrestar los factores de riesgo y reforzar los factores protectores a lo largo de la vida, con el fin de modificar esos procesos que contribuyen a la enfermedad mental.
Podemos intervenir en diferentes sectores; atención primaria de salud, educación, los lugares de trabajo, todo ellos ofrecen una oportunidad para la detección y las intervenciones tempranas en salud mental. Las intervenciones en estos ambientes exigen una respuesta multisectorial que involucren diversas disciplinas, como la medicina, la educación, la psicología, el trabajo social, la salud pública y la política misma. Finalmente es necesario involucrar a todos los miembros de la comunidad en el desarrollo y la entrega de servicios de Salud Mental, generar una mayor conciencia y capacidad para actuar sobre los determinantes sociales de la salud mental, y de esta manera tener un mayor control de la comunidad sobre su propia salud mental.
GERALD CAPLAN Y LA PSIQUIATRIA PREVENTIVA, UN HITO EN LA ORGANIZACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD MENTAL
ResponderEliminarUna vez más el derrotero de las lecturas de la quincena nos lleva a una idea central: EL COLECTIVO.
La construcción de una psiquiatría comunitaria y preventiva no se puede engendrar de otra forma que no sea viviendo, y viéndonos, como parte de una red de individuos integrantes de grupos y subgrupos al interior de una comunidad. Gestores de servicios de salud, integrantes a su vez de familias insertas en la comunidad, atravesados por niveles de complejidad.
Resueno mucho con lo planteado por varios compañeras y compañeros en lo referente a las experiencias en terreno y en particular con David, cuando propone indirectamente que, la gestión de las crisis se “juega” en un terreno marcadamente político, de distribución de recursos y de apuesta a un modelo que pone en el centro a la persona, sus vivencias y no solo si la sertralina hizo o no “la pega”. Además, que la elección de dicho modelo se realizara a la luz de las necesidades de las personas, caso a caso y según un “perfilamiento” individual, que es una de las propuestas a las que nos invita el Dr. Caplan, poniendo la técnica al servicio de los individuos y privilegiando de esa forma los recursos que se adapten mejor a su situación particular atendiendo también a las características de su familia o grupo social de pertenencia. (lo multifactorial y la focalización).
Por ello el modelo preventivo se desarrollará tomando a personas con enfermedad entre comillas y aquellos que no las padezcan, buscando nutrirse de esa información para propender por el bienestar de la comunidad sin que eso implique olvidarse del individuo.
Para finalizar, compartir que me dejo un “grato sabor de boca” la lectura del texto de Gordon Lanley y el prefacio del Dr. Félix, haciendo referencia a las acciones en niveles de la sociedad como las que hiciera el Dr. Caplan con sus aportes de mirada prevencionista en cortes o instancias de trabajo con la niñez, mostrando que la edad cronológica no fue nunca un impedimento para un buen desempeño y que los enfoques de ciclos vitales nos permiten entender al ser humano, como diría el reciente cumpleañero Charlie García, “un pasajero en tránsito”, transitando por la vida. Algunos, tenemos esperanza.
Es, en definitiva, un texto muy rico en enseñanzas y que amplía el horizonte hacia la salud pública y a un continuo dialogo entre las disciplinas que estudian el que hacer en salud y de los recursos de los individuos y de las comunidades que representan.
Es importante destacar, que Caplan, muchos años atrás ya había analizado la importancia de la psiquiatría preventiva, en tiempos que el modelo biomédico incluso era más fuerte. El texto es interesante para afirmar lo que hemos venido aprendiendo y además reforzar algunos conceptos, como que la psiquiatría preventiva debe incluir la prevención primaria como elemento esencial y promover la salud mental entre los miembros de la comunidad que corrientemente no están alterados, tratando de reducir el riesgo a que enfermen. Además de esto, introduce las consultorías, la importancia de tener un nexo hacia la atención primaria, mantener canales de comunicación y realizar educación. Dando enfoque a la comunidad en su totalidad y no las predilecciones de los profesionales o sus juntas, para que su contribución pueda encajar mejor en el esfuerzo conjunto. pero no se trata de descuidar al individuo, cuando se habla de considerar y enfocarse en la comunidad en su totalidad, sino que se asume una mayor responsabilidad al procurar no solo el bienestar de aquellos que solo han sido visibles por haber solicitado ayuda activamente, sino tambien el de las otras personas que están relacionadas con el sujeto. Lo que hace que interese saber tanto las causas de la enfermedad de algunos como las razones de la salud de otros para capacitarnos de acuerdo a los intereses y necesidades de la comunidad para que la proporción de enfermos disminuya.
ResponderEliminarUn programa de prevención primaria debería tender a identificar las influencias perjudiciales corrientes, las fuerzas ambientales que ayudan a los individuos a resistirlas y otras que influyen sobre la resistencia de la población a las futuras experiencias patógenas.
Finalmente quiero destacar una frase del texto que me hizo mucho sentido en lo que estamos viviendo actualmente: " Si un individuo nace en un grupo aventajado dentro de una sociedad estable, sus roles sociales y el cambio de los mismos durante el curso de la vida, proporcionarán oportunidades adecuadas para un desarrollo saludable de la personalidad".
Lo que deja de manifiesto, la importancia de la influencia del ambiente donde vivimos, las oportunidades que hemos tenido.
Hola!
Eliminarque importante la cita que haces en el ultimo parrafo Carolina, donde se lleva el foco a la tremenda repercusion que existe en el ambiente sobre la salud mental de la poblacion, lo cual hace que nuestra labor vaya mas alla de lo que pueda ocurrir en un box de atencion.
Saludos
Hola a todos!
ResponderEliminarEs interesante y muy enriquecedor para uno como profesional conocer a este autor Gerald Kaplan y su libro mas representativo: principios de psiquiatria preventiva. Nos habla de lo importante de contemplar la la salud mental con un punto de vista preventivo, realizado en distintos niveles, primario, secundario y terciario. Y ademas logro incorporar otro enfoque de la psiquiatria, el cual es la mirada comunitaria. Con esto cambia el enfoque de tratamiento no solo siendo actor principal y decididor el clínico, si no que se involucra al paciente y a todo su entorno dando importancia al momento de diagnosticar y tratar rehabilitar a este enfoque comunitario.
Logro mantener en el tiempo el enfoque según niveles y como sabemos con tareas y misiones distintas que seria importante fortalecer.
No solo es importante dedicarse a diagnostica y tratar la enfermedad como tal si no que se debería enfocar la mirada sobre todo en la prevención. No existe salud sin salud mental y es ahí donde encuentro que como centro de salud familiar están al debe. No se se da la importancia ni los recursos a la salud mental ni tampoco existe la visión de promover una buena salud mental por parte de todos los funcionarios y no solo los encargados del programa.
Queda mucho por avanzar pero el Dr Caplan logro realizar un cambio, un antes y un después al cambiar el foco y la mirada de la sociedad y clínicos.
Saludos
Catalina Rodriguez
Residente psiquiatria infantil
UCSC
Concuerdo con tu comentario sobre la prevencion en salud mental dentro del nivel primario de atencion, donde ante programas mas masivos, que llevan asociadas mas metas y recursos, el programa de salud mental queda relegado a un plano mas inferior.
EliminarSaludos!
Hola a todos.
ResponderEliminarMuy interesante tema a tratar en esta jornada del curso, esta mirada de la psiquiatría comunitaria en su amplitud, con la novedosa y genial mirada del Dr. Caplan, y también sorpresivamente viniendo con un ejemplo de Estados Unidos.
Es muy valioso lo que diferentes colegas han descrito, y quedo reflexionando en 2 aspectos, primero lo que ocurre con la atención medica y particularmente del psiquiatra y segundo con la situación de la atención primaria en nuestro pais.
Ante el primer tema me sorprende que 60 años después de escrito este libro, el modelo biomédico sea tan fuerte y potente en la atención medica y que haya permeado tanto incluso en la atención psiquiátrica. Pareciera que la aspiración del medico es de resolver en una breve atención, unos pocos minutos, un problema que trae el paciente de días, semanas incluso años de evolución. Buscando síntomas para clasificar una patología, dejando indicaciones adecuadas y un tratamiento con fármacos, con un rol medico extremadamente protagonista, creyendo (muchas veces ilusamente) que será suficiente con que "el medico lo diga" para se haga realidad, olvidando que "el paciente" que tenemos al frente es una persona, que tiene muchos mas aspectos en su vida, muchos mas que una enfermedad o grupo de síntomas, y que una indicación puede ser seguida o no, y que el uso de un fármaco es mucho mas irregular que lo que nos gustaría. Sin embargo parece ser mejor "olvidar" estos otros aspectos y quedarme con mi intervención desde el box. En cierto modo debe ser así, en cuanto a las herramientas que se cuentan, los tiempos, espacios, etc., pero, no por omitir los otros aspectos de la vida de la persona que tenemos al frente quiere decir que no existen, el lugar donde vive, donde se desenvuelve, como se moviliza, cuales son sus redes de apoyo, cuantas comidas tiene al día, que come, si sufre violencia, si hay drogas en su barrio, etc., etc., etc. De alguna forma la psiquiatría comunitaria nos lleva a mirar a la persona frente a nosotros de manera mucho mas amplia que un grupo de síntomas y una categorización diagnostica, y creo es una invitación que debemos aceptar.
El segundo aspecto tiene que ver con la atención primaria, que adhiere al modelo de salud familiar, con enfoque preventivo, centrado en las personas, generando equipos multidisciplinarios que intervienen en grupos familiares, con resultados tan notables en diferentes aspectos, pero que se equivoca en otros, como que da al medico 15 o 12 minutos para atender, con amplia presión por metas que vienen del propio ministerio en cuanto a numero de atenciones, morbilidades, en el box no hay tiempo y se quita el interés (no hay incentivo) a conocer a la persona que tengo al frente, solo se quiere descubrir el diagnostico y dejar un tratamiento para que pase el siguiente, se quita todo estimulo a cualquier trabajo comunitario.
Con este ejemplo quiero destacar que los cambios deben ser en todo ámbito, a nivel individual, de los centros de atención y ministerial, que aquello a lo que se adhiere no debe ser solo en el papel, y que hay un desafío en realmente conocer a las personas que tenemos frente a nosotros en un box.
Saludos!
La lectura de esta semana nos introduce a la psiquiatría preventiva de la mano de uno de sus grandes referentes.
ResponderEliminarCuando estábamos en la escuela de medicina nos enseñaron a grandes rasgos los conceptos de prevención primaria, secundaria y terciaria que se asocián a grandes rasgos con conceptos de prevensión y promoción, recuperación precoz y rehabilitación en el mismo orden.
Vemos que estos conceptos también pueden ser aplicados en el area de la psiquiatría.
Ya hemos visto que la etiología de las enfermedades mentales continúa siendo nebulosa pero Caplan plantea de que no es necesario conocerla de manera específica antes de desarrollar medidas preventivas. Mediante la observación de una determinada población somos capaces de inferir elementos comunes en la aparición de enfermedades mentales. Es necesario poner énfasis en el aspecto grupal de esta observación más que individual lo que no significa que estamos ignorando las diferencias individuales, sino que más bien estamos buscando aspectos comunen que nos permitan prevenir las enfermedades dejando el enfoque individual para la prevensión secundaria.
Es aqui donde Caplan elabora su teroría acerca de los aportes físicos, sociales y culturales que necesita un individuo para desarrollarse de manera óptima asi como la "teoría de la crisis" la cual plantea que la capacidad de las personas de enfrentar períodos de crisis tanto normativas como azarosas determinarán su correcta adaptación y ausencia de enfermedad.
Es una teoría muy atractiva sin embargo no explica el porque ciertos individuos son capaces de sortear correctamente la crisis lo que aumenta su resilencia y capacidad de enfrentar nuevas crisis y porque otros no logran adaptarse de manera satisfactoria, es más incluso diferentes crisis pueden provocar resultados contradictorios en el mismo par de individuos que podamos comparar.
Qué determinará estas diferencias? puede modificarse la capacidad de resilencia de los individuos? al hablar de esto también estaríamos siendo cómplices de un sistema que promueve la aparición de enfermedades mentales ya que al promover el concepto de resilencia estamos validando el sistema y diciéndole a la población que es su deber "aguantar".
Creo que lo más importante en estos momentos es la psicoeducación, que las generaciones jovenes(Y esto ya se está viendo) Sepan que las enfermedades mentales existen y causan un gran sufrimiento que afecta cada vez a más personas.
Conversar y desmitificar estos temas así como enseñar medidas de autocuidado y protección ante crisis y que estas mismas crisis forman parte de la experiencia humana normal creo es el primer paso para lograr evitar la aparición y facilitar la recuperación del sufrimiento psíquico.
Jeff Semler
Residente 1° USACH