Rehabilitación psicosocial, inclusión social y Recuperación (Recovery)


Franco Basaglia
Franco Basaglia. 16 de diciembre de 1972


Lea el libro "La Liberación de los pacientes psiquiátricos" (El fin del entretenimiento) de Benedetto Saraceno

Lea los Capítulos del Libro "Recuperación/Recovery: nuevos paradigmas en salud mental", de Antonio Maoene y Barbara D´Avanzo (compiladores). Psimática, Madrid, 2017

Vea el video Entrevista al Dr. Martín Cordero: La experiencia de Psiquiatría en Cautín a fines de los 60´e inicios de los 70

Complementariamente:

Lea el texto MODELOS DE APOYOS: ¿CÓMO SE CONTRUYE UN APOYO?, de María Graciela Iglesias

Lea el texto Salud Mental en Chile. Lo cotidiano, generación y lazo. Experiencias en salud mental comunitaria. La comunidad terapéutica de Peñalolén. De Gloria Silva y Alejandra Mujica

Lea el texto Dimensión política de las cotidianidades: Implicancias del enfoque de género en las intervenciones de terapia ocupacional, de Magdalena Pardo y Gloria Silva.

Lea la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y el artículo de wikipedia sobre esta Convención.

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Comentarios

  1. Considero relevante de las lecturas de esta semana, el énfasis en el concepto de recovery, como una revolución de la psiquiatría al mismo nivel de lo que significo en su momento la desinstitucionalización de los pacientes psiquiátricos. Creo que va más en línea con mis pensamientos y reflexiones en torno a los conceptos de la salud mental y las enfermedades tanto mentales como somáticas. Si bien es discutible lo que se puede considerar una enfermedad y que no, y eso es aún mas cierto para la psiquiatría, creo que el foco no esta allí, si no en separarse de dichos conceptos y entender que las personas, ya sea que tengan trastornos mentales, o enfermedades mentales, o condiciones diferentes, etc… siguen siendo personas con infinitas características, siendo una de ellas su rol de paciente de salud mental, y por lo mismo, al hablar de recovery, estamos aceptando que hay algo en la persona que necesita ser mejorado, o recuperado, pero no es necesariamente su enfermedad si no su condición de persona, su autonomía y libertad.
    En caso de que no se haya logrado entender mi planteamiento, situación a la que en cierta forma estoy acostumbrado, dejo un extracto de una de las literaturas dispuestas para estas semanas:
    “Aquí la idea, que será la de recuperación, de reasumir la responsabilidad de la propia salud, dentro de la globalidad de la vida, se conjuga con el objetivo de emancipación y de la recuperación del poder, que Basaglia marca, aún con límites y cautelas. Es obvio que un esquizofrénico es un esquizofrénico, pero ante todo es un hombre que tiene necesidad de afecto, de dinero y de trabajo; es un hombre total, y nosotros debemos responder no a su esquizofrenia si no a su ser social político”.
    Desde la medicina se nos forma, o "malforma", para poner la atención en la enfermedad y no en la persona que la padece, quedando el interés por la persona relegado a los valores adquiridos individualmente por los médicos. Aunque es evidente el cambio, el equilibrio en esta balanza, seguiremos escuchando y también siendo responsables de testimonios de pacientes como describe Wilma Boevnik en “La vida más allá de la psiquiatría” presentando el testimonio de una persona que padece episodios psicóticos, y como siente que su vida le es arrebatada por la diagnostico de una enfermedad, por los psiquiatrías que omiten la dignidad de sus pacientes y las instituciones de salud mental que dados sus recursos precarios, en ocasiones dañan más de lo que ayudan. Todo conjuga para que el enfermo ve como su esencia sea diluida por su padecimiento junto con la esperanza de mejoría, mientras afirma “Yo no soy mi trastorno”.

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    1. Estoy de acuerdo con lo que comentas y le agregaría que esta nueva revolución/ modelo, viene a devolver el poder a los pacientes. Mas que delegar tareas seria traspasar poder y responsabilidades enfatizando en la dignidad y la capacidad de tomar desiciones como persona.

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    2. De acuerdo con lo que comenta Gonzalo, nuestro sistema de salud actual esta condicionado de tal forma que al paciente solo se le considera desde la enfermedad. Es frecuente ver como llegan a la urgencia o la hospitalización con cuadro agudo y cuando logramos compensarlo hasta la remisión son dados de alta sin seguimiento o el involucrar al afectado en todo su proceso.
      Afortunadamente en nuestro centro formador (Talcahuano) hemos podido visualizar y aprender la importancia del seguimiento y la visión global del paciente como ente que tiene necesidades mas allá de control medico o de psicofármacos. Desde la necesidad de abrigo, vivienda, hasta ocio y recreacion. El seguimiento y el hacer participe al paciente de salud mental en todos los aspectos de su propia vida es un objetivo que en nuestro centro nos hemos intentado plantear.

      Diego González Rojas.
      Residente Psiquiatría Adulto.
      UCSC.

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    3. Me parece relevante lo que mencionas, Gonzalo, de entender dentro del concepto de recovery la idea de devolver a la persona su identidad total, su "ser social político". Concuerdo en que en nuestra experiencia formándonos en Medicina en pregrado se nos acostumbra a ver la enfermedad y no la persona global, y que las lecturas de esta semana y en general a lo largo de este curso nos han permitido ampliar esta visión.

      Lo que aportas me hace pensar, además del ejemplo de los pacientes con esquizofrenia, en los pacientes con trastornos de la personalidad, y como esa etiqueta hace que sus trayectorias de vida también sean alteradas, y tengan mayores dificultades en desplegar todas las potencialidades y autonomía de su ser social político. Pienso que además a esta variable le intersectan otras tantas como la variable de género, de clase económica, etnia y origen, variables todas que pueden aumentar o disminuir la posibilidad de autonomía y emancipación de una persona. Finalmente y desde nuestra mirada de Psiquiatría Infantil, la variable de la edad también es una variable considerable, puesto que muchos NNA ven vulneradas actualmente sus oportunidades de florecer y desarrollarse de una manera óptima e integral, no siendo vistos realmente como sujetos de derecho ni por la sociedad ni por las estructuras que la componen. Qué decir de la variable "capacidades", o "neurodivergencia vs neurotipía" (pensando en personas con discapacidades, ya sea intelectuales o físicas)

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    4. Muy interesante y claro tu comentario Gonzalo, en la relevancia de ver a la persona como un todo, no con el enfasis que nos da nuestra formacion biomedica, en la "patologia". Con esta mirada se hace un aporte fundamental al recovery en las personas que acuden a nuestros centros de salud.

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  2. Muy interesante el material entregado en torno a rehabilitación, recuperación e inclusión, aspectos que son medulares en los tiempos actuales y en muchas condiciones de salud mental, particularmente aquellas que están en construcción y reflexión constante, como las situaciones adaptativas, del ánimo, ansiedad, diversidades de género y del neurodesarrollo (condición del espectro autista, déficit atencional, situaciones de discapacidad intelectual, dificultades del lenguaje, de integración sensorial, etc.).

    Del material entregado se me desprende una reflexión en torno a la importancia de los términos empleados en un proceso de recuperación desde salud mental. Hablar de “sanar” o “curar” ya es bastante soberbio para el enfoque biomédico en general, y ya ha sido materia de reflexión para cuadros orgánicos crónicos, dolor crónico, etc. Pero en particular en salud mental referirse a “tratamiento”, “recuperación” y “rehabilitación” me parece también una forma de creer que el enfoque psiquiátrico tiene la potestad de emitir un juicio y “solucionar” una situación en la complejidad de la vida de otra persona, siendo que muchas veces ni se puede acercar a este ideal.

    Por ej., en cuadros de ansiedad es posible notar a la base una estructura de personalidad (y todo lo que eso implica, temperamento, carácter, historia vincular, infancia temprana, etc.) y un contexto que se organiza en torno a la expresión clínica que genera malestar, que evoluciona en el tiempo pudiendo atenuarse hasta niveles “basales” y después volver a exacerbarse en forma clínicamente significativa, y así a través de toda la vida. Sabemos que existen muchos enfoques psicológicos y farmacológicos que brindan apoyo y permiten disminuir los niveles de ansiedad propiciando el diario vivir de las personas, pero que no garantizan una supresión completa ni que esto nunca más se vuelva a repetir, puesto que no es posible modificar precisamente aquello que tensa la estructura de personalidad ni tampoco impedir las influencias del contexto en que ocurren los hechos. Así, cuando una persona consulta por un cuadro similar, ofrecerle desde el punto de vista biomédico una “cura” o “sanación” es claramente una idea que escapa a la realidad; el “tratamiento” puede tener sentido para los niveles más altos de ansiedad, con la posibilidad de mantener ciertos niveles basales a modo de una “recuperación” transitoria, hasta que estos vuelvan a aumentar. Quizá un enfoque más adecuado podría ser la “intervención” o “facilitación” con la persona en concreto sobre la forma en que tiende a gestionar las tensiones del día a día y cómo esto afecta en el cuadro clínico por el que consulta, a modo de orientación para que movilice sus propios recursos y potencialidades hacia una manera en que la ansiedad se exprese de forma menos abrupta y/o en menor magnitud.

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    1. Con lo anterior, y rescatando lo que mencionan los autores, para el malestar de salud mental parece ser mejor no separar la experiencia personal del enfoque de “recuperación”, es decir, aquello de sentir el malestar como algo extraño a la vida, como una desapropiación del sujeto, se ve exacerbado a través de un enfoque que busque “tratar síntomas” o “curar enfermedades”, precisamente porque se reduce la condición a un objeto de estudio biomédico. Por el contrario, permitir vivir el malestar como una experiencia personal en la continuidad de la vida del sujeto propicia su participación en el proceso de recuperación, darle un sentido y darse un sentido a sí mismo dentro de ello, con mayor probabilidad de éxito en cuanto a lograr su bienestar.

      Nicolás Jonathan Melej Varela
      Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur

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    2. Nicolas, totalmente de acuerdo con lo que planteas, especialmente sobre el enfoque simplista que muchas veces utilizamos al mirar a los pacientes solo desde el punto de vista biomedico, ademas de aquella visión como bien mencionas un tanto soberbia de "curar" a esta persona " defectuosa", cuando estamos hablando de la complejidad vital de una persona, con su características, modos de estar y contexto, y por encima de todo con autonomia, para determinar sus prioridades, lo cual de ser considerado, por encima del "curar", aseguraría mejor resultado de los procesos terapéuticos propios y distintos de cada paciente.

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    3. Nicolás, me gustó mucho lo que mencionas de "permitir vivir el malestar como una experiencia personal en la continuidad de la vida del sujeto", que según señalas "propicia su participación en el proceso de recuperación, darle un sentido y darse un sentido a sí mismo dentro de ello, con mayor probabilidad de éxito en cuanto a lograr su bienestar". Concuerdo contigo en que la palabra acompañar, facilitar o intervenir suena mejor que curar, pues la verdad en materia de salud mental es escaso lo que realmente desaparece (los cuadros ansiosos, como bien lo señalas, fluctúan y están a la base de elementos temperamentales, contextuales, biográficos, genéticos, societales, etc que pueden perpetuarlo), sino que el verdadero trabajo en salud mental sería acompañar a esa persona a encontrar la mejor forma de atenuar esos síntomas y otorgarles un nuevo significado que le permita vivir pleno/plena, definición que va a variar significativamente de una persona a otra.

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  3. Esta quincena, revisamos otros de los temas fundamentales de la psiquiatría comunitaria, como lo es el recovery, en donde el enfoque pasa de ser la patología, la enfermedad y los síntomas, acercándose a los conceptos de salud, fortaleza y bienestar.

    Este modelo se basa para mí en la Esperanza, para mantener la motivación y apoyar las expectativas de una vida individual plena. Se desarrolla con el estimulo al autocontrol y la autonomía.

    Con el recovery, las relaciones de ayuda entre profesionales y pacientes se alejan del formato experto/paciente para acercarse al de entrenador o compañero de recorrido en el proceso de descubrimiento.

    Dentro de otros componentes importantes dentro del recovery son el encontrar una nueva identidad que incorpore la enfermedad pero que mantenga un sentido positivo de uno mismo; entender la enfermedad; encontrar un sentido a la vida pese a la enfermedad; dedicarse a vivir; sentir que se controla la enfermedad y que se controla la vida.

    Para lograr esto es fundamental el trabajo que vienen haciendo en nuestros servicios los dispositivos enfocados en la integralidad del usuario. En nuestro servicio de Talcahuano, contamos con el centro de rehabilitación Luz de luna, el cual con más de 25 años de funcionamiento, ha permitido lograr la máxima integración a la comunidad, al mundo laboral, al mundo educacional, de personas con Trastornos mentales severos. Lo cual sin lugar a dudas es un ejemplo de trabajo en comunidad y que en parte su éxito lo ha mantenido gracias al compromiso profesional y al trabajo con agrupaciones de familiares de funcionarios, entre otros motivos.

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  4. Recuperación.
    Interesante saber lo que los sujetos mismos pensamos de recuperación, como se describe por algunos testimonios: debe ser flexible, realista sin desesperanza, debe hacerse por nosotros mismos y que los trabajadores de la salud sean facilitadores en el proceso, una relación de colaboración y no “terapéutica”. El sujeto es ahora el protagonista y quien transforma los servicios, culturas y saberes. La recuperación es un constructo del individuo. Los roles se modifican y comienza la colaboración y la dinámica de poner el énfasis en los determinantes internos y externos de cada sujeto, involucrando lo que podemos intercambiar como red organizativa social.
    Leer las compilaciones en el capítulo : mas allá de la vida psiquiátrica, nos muestra como ciertas usuarios viven sus procesos. Frases como “ tu rol principal pasa a ser paciente, debo verme a través de los ojos del cuidador , sobrevivir a la psiquiatría, depósitos de sufrimiento humano, entre otras, evidencian como ahí mismo se menciona : la perdida de la frontera entre adaptación y sumisión.
    La respuesta que una organización social le da a un sujeto discapacitado y entender esto me hizo darme cuenta lo errado que muchas veces podemos definir la rehabilitación, ya que consideramos mucho las habilidades de una persona y su forma de poder enfrentar la vida, sin considerar lo que se le esta ofreciendo y la respuesta armónica que como sociedad podemos corresponder.
    Muchas veces, tal cual mencionan en la lectura, nos enfocamos en la autonomía y tratamos de que sea un objetivo en los planes de tratamiento, vamos a hacer visitas domiciliaras para ver como es la rutina del usuario, cómo se relaciona con sus familiares, cómo son sus cuidados y qué le falta para ser autónomo. No nos enfocamos en lo que esa persona quiere, en cómo le gustaría relacionarse, en qué red tiene cerca y en si comparten los mismo valores. Si bien son una serie de complejas necesidades las que nos vamos a ver enfrentados, esto me lleva reflexionar si se debe colaborar y no invadir a los usuarios y cuestionarme que mucho no dependerá de nosotros como trabajadores de la salud, sino del proceso personal en un espacio valorado por la comunidad.

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    1. muy de acuerdo con tu comentario alejandra. Es algo que estuvimos conversando la semana pasada y compartimos muchos aspectos mencionados

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  5. Resultó interesante abordar los temas de esta quincena, en torno a los conceptos de rehabilitación, recuperación e inclusión, temas que desde antaño tienen gran importancia social, política, económica entre otros, sin embargo actualmente dada la contingencia nacional y mundial, de la mano con el empoderamiento de las sociedades ha cobrado gran relieve.
    Es importante situarnos desde como la salud mental aborda las psicopatologías o condiciones de los usuarios, el creer que podemos o debemos curar, me hace reflexionar en que estamos asumiendo que algo en esa persona esta mal, y requiere nuestro auxilio, cuando el esfuerzo realmente debe tener otro foco, dirigido a mejorar las condiciones para que esta persona con sus propias características y modo de estar cuente con todas las posibilidades para desarrollarse de la mejor manera posible, y por encima de todo de la manera en que mas sentido tenga para si mismo, y no para los tratantes o entidades externas, los cuales muchas veces desconocen su modo de estar, y su contexto.
    En este sentido, considero importante mencionar la experiencia psiquiátrica entre los años 60 y 70, de la mano del Dr. Cordero, quien pudo ver a sus pacientes desde sus potencialidades, mas que desde sus vulnerabilidades, vio en ellos mas que seres necesitados de “curación”, vale decir menesterosos de fármacos, u internación involuntaria. A diferencia de aquello el les brinda un contexto donde ellos pueden desarrollarse y ser útiles para si mismos, y para su sociedad, creando la granja psiquiátrica, donde usuarios utilizaban sus saberes, y el hospital tenia condición de “hospital abierto”, nadie se encontraba allí por obligatoriedad, si no, muy por el contrario, por decisión propia. Lamentablemente todo aquello termina con la llegada de la dictadura, y posteriormente con la aparición del neoliberalismo, donde aparentemente lo prioritario es lo biomédico, medicar y “curar” mas que acompañar, y ver a las personas desde las oportunidades y no desde las desventajas, con un trato horizontal, y permitir que la persona sea el protagonista de su propio proceso terapéutico, priorizando sus necesidades, por encima de las necesidades sociales de rendimiento por sobre el bienestar.
    Desde la vereda de infantil, hemos visto como los niños y adolescentes neurodiversos, poco a poco han ido empoderándose con su condición o modo de estar, exigiendo de la sociedad el espacio que ellos y sus familias necesitan, en ese contexto generalmente nosotros como sus acompañantes en el proceso de su desarrollo tenemos el deber de darles a conocer cuan importantes son, que su modo de estar no es un impedimento, que no existe una pastilla mágica que nos haga a todos iguales, que la solución simplista sería solo entregarles un psicoestimulante o un antipsicótico y exigir el funcionamiento que la sociedad espera de ellos, sin embargo, debemos ir mas allá, al punto en que ellos comprendan que nadie debe cuestionar su modo de estar en este mundo, mucho menos su valía, ni sus oportunidades, y que todas aquellas áreas que ellos quieran trabajar o potenciar, sea por decisión y convicción personal, y no movidos por exigencias de terceros, así como también, que entre mas “ruido” y visualización generen como grupo, existirá mayor conocimiento social sobre los distintos modos de estar, sobre las necesidades y derechos que todos merecemos para desarrollar nuestras potencialidades.

    Paola Gonzalez Berrios
    Becada. Psiquiatria infanto-juvenil
    U. Chile

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    1. Concuerdo contigo Paola, fue muy significativo y alentador ver el video del Dr. Cordero, y también leer experiencias como la comunidad terapéutica en Peñalolén, en donde el espacio se adapta a la persona y sus necesidades, y se valora al ser más allá de la "condición" o "enfermedad" que pudiera tener, poniendo el énfasis en las potencialidades y las características individuales más que en "el déficit". Sin duda un marco conceptual mucho más alentador y positivo para quienes trabajamos en salud mental y creemos en una verdadera "sociedad inclusiva".

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    2. Me parece muy interesante lo que mencionas respecto de las infancias y adolescencias, donde nadie debe cuestionar su modo de estar en este mundo en el sentido de la patología o la enfermedad que deba ser "tratada". También creo que se trata quizá de realmente pensar en qué espacio tienen en este mundo aquellas infancias-adolescencias neurodiversas, qué espacio le estamos construyendo como personas individuales, sus familias, sus amistades, las instituciones y la sociedad en su conjunto. De lo que he visto, parece ser que el espacio que tienen es más bien mínimo, con profesores que exigen "atención", "silencio" y "quietud", siendo que en muchos casos es evolutivamente sano mostrar ciertos niveles de hiperactividad dentro de la adaptación a los procesos de aprendizaje, siendo que ni nosotros mismos de adultos somos capaces de permanecer concentrados más de 40 minutos y le exigimos a ellos que memoricen clases de 1.30 hrs y recesos de 10 o 15 minutos. Claramente en este caso debería preguntarse el sistema educacional qué clase de infancias-adolescencias estamos construyendo, qué espacio le estamos dando a las diferentes formas de aprender.

      Nicolás Jonathan Melej Varela
      Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur

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  6. En esta quincena hemos podido aprender a través de los textos sobre el concepto de recuperación, rehabilitación e inclusión, además es muy didáctico y aclarador el material audiovisual en el que el Dr. Martín Cordero cuenta la experiencia de un proyecto realizado hace 50 años en el sur de Chile en el que se logra la recuperación, rehabilitación y la inclusión de los usuarios en la sociedad en un hospital “sin fronteras”.
    El concepto “recovery” o recuperación nace posterior al proceso de desinstitucionalización de los usuarios. A los pocos años lamentablemente muchos de los usuarios volvían a estar instituconalizados en manicomios, por tanto, nace la pregunta, ¿qué pasó?, ¿por qué volvieron?, ¿qué faltó hacer?, ¿en qué se falló? Además comienzan a surgir movimientos de usuarios, víctimas de experiencias traumáticas y violaciones a los derechos humanos.
    La recuperación y rehabilitación es un proceso personal, no tiene que ver solamente con la recuperación sintomática medidas en forma clínica o con alguna escala validada, sino que es la modificación de valores, sentimientos, objetivos, capacidades y roles. Corresponde a vivir una vida satisfactoria, con esperanza y en condiciones de aportar una contribución a los demás, a la sociedad, a pesar de las limitaciones causadas por la enfermedad. Tiene que ver con desarrollar un sentido y metas de vida. Me parece necesario entender que la mejoría clínica y el “recovery” van de la mano, que son complementarios, que no se logrará una mejoría de los usuarios, una inclusión si los entendemos y trabajamos en forma separada; entender que se genera un círculo virtuoso cuando trabajamos la recuperación clínica en armonía con la recuperación personal. Hay que entender que los fármacos son sólo una parte del tratamiento y que muchas veces pueden no ser necesarios o el paciente puede decidir no usarlos y esta decisión es totalmente válida.
    La recuperación debe ser basada en cada persona, en sus capacidades, fortalezas, debilidades e intereses; en sus objetivos y aspiraciones y también se debe articular a sus redes en la obtención de estos objetivos. También es muy importante entender que puede haber intervenciones grupales orientadas a la recuperación como los son el apoyo de pares y los grupos de apoyo mutuo como por ejemplo el grupo círculo polar (grupo de usuarios con diagnóstico de TAB) que inició la Sociedad Chilena de TAB.
    Diego González Castro
    Residente de Psiquiatría Adultos
    Universidad de Santiago de Chile

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    1. Diego estoy de acuerdo en que la recuperación debe ser basada en cada persona, es difícil muchas veces ponerse en ese lugar.

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    2. Solo debemos deducir de forma particular con cada paciente, como podemos ser la mejor compañía que le podamos ofrecer.....

      Saludos.

      Eduardo Peirano O.

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  7. Me gustó mucho el tema de esta quincena. Es una propuesta a cambiar para bien el tratamiento y recuperación clásicos con el objetivo de mejorar las condiciones de nuestros pacientes. De esta manera ante un diagnóstico que resulte devastador y “crónico”, con un tratamiento duro y la mirada atónita de sus cercanos, este paciente pueda volver a sentirse “él mismo”, siendo útil, retomando sus metas e integrándose a una sociedad que lo acepta como igual, sin estigmas. Resulta inspirador el ejemplo de la “granja psiquiátrica” del Dr. Cordero, donde los pacientes no estaban prisioneros, sino que estaban ahí porque lo desean, sentían que eran una familia y cada uno tenia su responsabilidad que, sin duda, cumplía con el mayor de los agrados. Es realmente lamentable que fuerzas perversas acabaran con ese proyecto visionario.

    Como menciona el libro “…probablemente, en psiquiatría los tratamientos no influyen especialmente en la evolución de larga estancia de la enfermedad, mientras que las acciones en torno al tratamiento (el contexto dentro del cual ocurre, las motivaciones y expectativas que el tratamiento ofrece, las formas materiales y afectivas que constituyen la ayuda, la continuidad y la tenacidad con que son constituidas las propuestas para la vida del paciente) son elementos bastante más decisivos en la evolución del paciente…”, dar tratamiento actualmente significa mucho más que fármacos aislados. En ese sentido puede destacarse el manejo que tienen los COSAM, donde se abordan todas las aristas que puedan influir en la mejoría de la persona.
    El programa Ontrack es un buen ejemplo de este enfoque, se asegura una intensidad de intervenciones y una regularidad a la que es difícil acceder en otros dispositivos. El enfermo es evaluado en la totalidad de las áreas que forman su contexto y se trabaja para desarrollar al máximo sus potencialidades.

    Me quedo con el mensaje “La rehabilitación solo puede tener lugar si hay acción simultánea sobre la discapacidad y sobre la minusvalía”.

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  8. Me pareció interesante los temas a trabajar durante esta quincena, principalmente recuperación, inclusión y la labor terapéutica de los profesionales de la salud mental.
    Sin lugar a dudas el modelo de recuperación como se plantea en los textos, brinda mucho más protagonismo al usuario, trabajando según los objetivos que al mismo que le hagan sentido, mas que los que estipulo el medico de turno. En donde la labor terapéutica es mas acompañar y colaborar con una relación menos jerarquizada y mas de escucha y empatía.
    El valorizar a la persona, como una persona con defectos, virtudes más que solo sus síntomas o patologías mentales, facilita la mejor vinculación para desde ahí poder avanzar en lo que la persona manifiesta como un problema o colaborar nosotros en la problematización, pero sin perder lo relevante que es que para el usuario sea relevante.
    Este modelo también rescata la inclusión y en como que el usuario este integrado a la sociedad es primordial para la recuperación o parte de la recuperación de la persona.

    Cristian Zuñiga

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  9. La rehabilitación en salud mental como expone B. Saraceno fue parte de un proceso multicausal y complejo el cual tuvo sus primeros esbozos en Gorizia con Basaglia en los 60´, sin duda motivados por movimientos como el de la reforma , sin embargo el interés puntual de la rehabilitación nace como exigencia puntual , mejorar la calidad de asistencia a gran número de pacientes para mejorar la calidad de la asistencia a gran número de pacientes para ofrecer a las familias un relevo ,ofrecer una alternativa a la soledad e integrarlo al mundo productivo , apoyandolo en su vida social ,coadyuvar intervenciones terapéutica .
    Desde esos tiempos que Basaglia pensaba en la necesidad de que fuera el paciente quien decidiera y expresara su sentir ,buscaba empoderarlos y en base a eso los terapeutas pudieran ofrecer recursos de apoyo para co-construir su inserción y volverse autovalente camino a la búsqueda o recuperación de su ciudadanía, por ende de sus derechos políticos y sociales.

    El capítulo de Wilma Boevink “La vida más allá de la Psiquiatría” fue para mí realmente abrumador, primero por el relato de la paciente que describe de manera muy detallada su proceso en enfermedad durante el episodio de psicosis y posterior a este ,el relato fue capaz de traspasarme la angustia de la paciente , logré ponerme en sus zapatos ,sentir y ver más allá de la patologia lo neurobiológico lo farmacológico lo nosológico que es lo que aprendemos a reconocer primero , sin embargo reduce sólo a eso al paciente, a la enfermedad, pero hay mucho más que valorar , cuando se escribe una historia de recuperación se trata de traducir en palabras este sufrimiento inmenso que siente el paciente. Recuperación significa encontrar las palabras más adecuadas para recuperar y mantener la propia identidad del paciente . No eres “tú trastorno”, eres una persona, un ser humano que por alguna razón debe lidiar con un enorme sufrimiento.

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    1. En segundo lugar este capítulo es bien claro en hacer visibilizar el rol que deberíamos tener como futuros profesionales de la salud mental comunitaria, ya que evidencia lo que es verdaderamente importante en una relación terapéutica cuyo fin sea la recuperación. El objetivo principal de la asistencia psiquiátrica debería ser permitir vivir la vida en que el paciente quiera.” La asistencia es un medio para alcanzar un fin, no un fin en sí mismo”.
      La autora en este capitulo tambien nos interpela a la necesidad de cuestionar ¿Cuáles fueron las circunstancias que han hecho que alguien llegue a enloquecer? , validando la autobiografía como elemento central en la vivencia del sufrimiento. Menciona además la relevancia de que los profesionales de salud mental no se adjudiquen la recuperación, ya que es un proceso que debe hacer cada usuario por sí mismo. La asistencia psiquiátrica debería ser un acompañamiento en este proceso , evaluando cuáles son los obstáculos que hay en la vida y cómo afrontarlos abordando la vida cotidiana, como se señala también en el capítulo “Entre subjetividades e Instituciones”. Que señala que en la dimensión de lo cotidiano debe ser buscado aquello que es quizás la mayor contradicción del proceso de recuperación: la curación no debe excluir el sufrimiento, eludirlo, sino reconocerlo como componente de la experiencia humana, en el marco de un proceso de recuperación y reelaboración.
      La recuperación de nuestros pacientes está inextricablemente ligada a la emancipación y el empoderamiento , de la cual debemos ser colaboradores, y no oponentes.
      El sistema hospitalario termina siendo a veces dañino para el paciente , por generar dependencia de esta a la institución , cronificando la enfermedad. El despojar al paciente de su ambiente socio cultural por largos periodos, sin ofrecerles un hábitat donde reinsertarse de forma fácil socialmente posterior al alta. Esto es lo que no debemos replicar en tiempos actuales, ya que por varias experiencias de tratamiento podemos ver que al entregar herramientas de autovalencia, de adaptación social, de empoderamiento, etc, nuestros pacientes tienen mejores tratamientos con mayor funcionalidad y menores tasas de recaídas, es más ellos mismos reconocen sus síntomas .
      Sabemos que existen múltiples barreras que obstaculizan el derecho a la participación de las personas con problemas de salud mental, como los prejuicios, la discriminación, las etiquetas, el paternalismo, la falta de información y formación, el tradicionalismo o el escepticismo. El hecho de poder participar en la toma de decisiones ofrece multitud de ventajas tanto desde la perspectiva de derechos como para el empoderamiento y la recuperación. Lo deja muy claro tambien la entrevista realizada al Dr. Cordero, que pone en evidencia la importancia de incluir a la comunidad en este proceso. Instauro una granja psiquiátrica, que permitía la integración de los pacientes, en una región de las más pobres de Chile, la araucania . Con el solo hecho de permitirle a los pacientes “volver”, ya se esbozan cambios necesarios en el trato al paciente de salud mental , no un prisionero ni un ente despojado de su libertad y poder de decisión, sino más bien, un sujeto con una patología que se está tratando en una institución y que es parte de una comunidad y por ende, no pierde su vínculo con ella por el solo hecho de estar recuperándose.

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    2. Muy de acuerdo Cony, y siempre con la duda cuales son los reales alcances y el verdadero beneficio de la atención hospitalaria, sabemos muy bien cuando es necesario hospitalizar pero las indicaciones del cuando no o el hasta cuando no son difusas....solo agregar que no solo los hospitales son responsables de la cronicidad, es todo el sistema de salud desde la atención primaria....

      Saludos cordiales.

      Eduardo Peirano O.

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  10. En medicina y sobretodo en psiquiatría durante muchos años los pacientes con sufrimientos mentales (sobretodo afecciones graves) han visto su voz poco escuchada lo que ha traído inevitablemente sentimientos de indefensión e impotencia entre otros. Fácilmente se nos viene a la cabeza la etapa manicomial donde esto era más evidente pero incluso después de la reforma psiquiátrica existen testimonios de sentimientos de indefensión de impotencia hasta quizás por un excesivo paternalismo médico.

    En esta quincena escuchando la experiencia del Dr Cordero y leyendo las vivencias de algunos pacientes, me quedo con el concepto que recuperación se funda sobre el reconocimiento de los muchos elementos y factores ligados a reposicionar la vida más que la enfermedad, pero sobre todo que este proceso multidimensional debe ser devuelto como poder y responsabilidad al paciente.

    Leer frases como: “el objetivo principal de la asistencia psiquiatría debería ser el de permitirnos vivir nuestra vida en el modo en que queramos" en ocasiones a nuestros ojos de médicos enseñados de manera tradicional, a lo mejor nos haga pensar que es un error, pero es si es un error que el paciente prefiere.

    La OMS defiende el empoderamiento del paciente en todo tipo de enfermedades y hace referencia a que el paciente promocione su propia salud y gestione a una gestión activa de su enfermedad, por lo tanto, es ahora nuestro trabajo acompañar y ayudar a que esta recuperación y empoderamiento curse de la manera más correcta y respetuosa.

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    1. cambia mucho como se puede enfrentar una enfermedad mental cuando se considera la postura del mismo usuario. Estoy muy de acuerdo contigo.

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  11. Al realizar la entrevista nos enfrentamos muchas veces con la dificultad de alinear las necesidades propias del usuario y las nuestras como tratantes. Los síntomas que para nosotros son primordiales en la elaboración de cuadros y manejos, son detalles que se escapan entre los sucesos que el sujeto necesita relatar, las vicisitudes que son vitales en su entender, las claves que lo han llevado a sentirse de una forma en específico. Esta lucha puede ser extenuante para el tratante, recibiendo muchas veces etiquetas técnicas que permiten descartar la vivencia del paciente, con el fin de recortar y quedarnos con lo que es clínicamente significativo, que usualmente coincide con lo que está en nuestro alcance terapéutico. Llamamos circunstancial, psicopatías necesitadas de atención, personalidades epileptoides, a estas formas de entregar el relato, inconvenientes con nuestro quehacer. Nuestros modelos de entrevista clínica, y por consiguiente, nuestros modelos de diagnóstico y tratamiento, están amoldados a la expectativa de los tratantes, somos los protagonistas celosos de este proceso.

    El modelo de atención biomédico clásico, es una dinámica en crisis, que ha inundado durante mucho tiempo las disciplinas anexas a su labor. Tal como se refiere Basaglia, el entender la mente en términos anatómicos, permite espacializar comportamientos anormales, susceptibles de extirpación química, que alinean al sujeto al objetivo del médico. Pero no solo la psiquiatría ha dedicado sus esfuerzos a reinsertar a sus pacientes a la normalidad social, la psicología en su corriente conductista, ha funcionado, en palabras de Sarraceno, como un adiestramiento eficaz para enseñar formas de vida acordes a lo esperado. Estos modelos (conductista, psicoeducativo, entre otros), presentan una opción para aleccionar al paciente sobre sí mismo, lograr sobreponerse a su anormalidad, enseñándole como es debido comportarse cuando se padece una enfermedad mental. En este contexto, las instituciones de tratamiento asumen su rol paternalista de acompañamiento del sufriente, dictando pautas, enseñando habilidades de laboratorio para ser utilizadas en el mundo real.

    El afán del recovery es en cierta forma, romper este protagonismo del tratante y entregarlo de vuelta a los pacientes. Nuestras imposiciones y objetivos, se cambian por los que emanan del sujeto, quien sabe de primera fuente que es lo que espera del tratamiento. Entender que significa padecer un cuadro psiquiátrico es una tarea difícil para quienes lo vemos desde el exterior, en especial en fenómenos que nos son tan ajenos como el delirio o la alucinación. Más y más, relatos como los expuestos en el libro de Maoene y D’avanzo, empiezan a influir la concepción que tenemos del enfermar, de validar los aspectos vitales ajenos a la patología como propios de un ser humano. La autodeterminación es un derecho que por mucho tiempo fue desterrado de la psiquiatría, que cada vez más, retoma la preponderancia que se le fue arrebatada. Las instituciones deben dejar de actuar como instrucción militar, mutar a espacios en que las personas puedan identificar su propio proyecto de vida y llevarlo a cabo con la mayor naturalidad posible.

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    1. Estimado Alvaro, tu frase "Pero no solo la psiquiatría ha dedicado sus esfuerzos a reinsertar a sus pacientes a la normalidad social".... me hace preguntar a su vez, y los límites de la normalidad social con válidos para la individualidad de cada paciente que nos tocará atender....

      Saludos cordiales.

      Eduardo Peirano O.

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  12. En esta quincena se nos invita a revisar el tema de recovery, desde varios puntos de vista y como esto se complementa con la desintucionalización de los hospitales psiquiátricos y su transformación en salud comunitaria. El video del Doctor cordero nos recuerda como fue la historia de la psiquiatría en chile, como se crea el modelo comunitario y los cambios que surgen desde el sur, como Temuco o nueva imperial se convirtió en un símbolo mundial del trabajo comunitario, además se relata los duros días tras el gobierno militar y como se puso fin a todo lo avanzado, siempre con la esperanza de avanzar como se ha logrado en los últimos años.
    Desde las lecturas nos podemos sumergir en la inclusión, en estigma, en recuperación y diseño de herramientas que nos permitan ayudar y clasificar a los pacientes desde una perspectiva crítica como lo menciona basaglia, pero sin lugar a dudas la lectura que más me impacto y pude inmaginar como un monologo de una obra de teatro fue el texto de Wilma Boevinx, durante sus palabras y creo que por primera vez, me pude sumergir, sentir y revivir lo que vive un paciente pasando desde lo que siente en sus primeros días hasta cuando se logra integrar a su nueva realidad. En el comienzo del relato podemos sentir como su forma de ver el tiempo se distorsiona haciéndose distinto al nuestro, con frases como “el sufrimiento mental puede transformar la vida en un infierno”, “he decidido que yo y mi enfermedad somo dos entidades separadas. YO NO SOY MI trastorno”, nos da un golpe de realidad con respecto a que nuestros pacientes, piensan y sienten que no son solo un diagnóstico que son una persona con una vida por vivir y que el objetivo principal de la asistencia psiquiátrica debería ser el permitirnos vivir nuestra vida en el modo que ellos lo requieren y no en lo que determina el gremio médico. También podemos evidenciar con su relato como nuestros tratamientos e indicaciones van difuminando la frontera entre la “adaptabilidad” y la “sumisión. Como la vida familiar, la interacción con el medio (por ejemplo en los hogares protegidos) igual se va generando un estigma en los pacientes, como cambiamos nuestra postura corporal al enfrentarnos a un paciente con dg psiquiátrico como nos seguimos olvidando de nuestro lenguaje no verbal.
    Siento que si tras las lecturas no logramos reflexionar sobre la importancia de punto de vista del paciente para lograr una mejoría, nos perderemos en tratar de buscar una forma de generar un grafico de mejoría ascendente y considerando cada bajada como un fracaso, cuando son los mismo pacientes quienes pueden considerar esta planicie en su recuperación una forma de tomar fuerzas y seguir avanzando.

    Saludos.

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  13. De lo ya aportado por mis compañeros quisiera agregar la idea que presenta Saraceno en su libro, cuando señala que la rehabilitación es un proceso que implica la apertura de espacios de negociación continuos, dinámicos y permanentes para el paciente, su familia, la comunidad que le rodea y los servicios que se ocupan de él/ella, y que a la vez los actores en juego en esta negociación son muchos y se multiplican recíprocamente.

    En concreto, lo que podamos ofrecer a las personas que se atienden en salud mental dependerá mucho de elementos contextuales de la sociedad más amplia, vale decir de la esfera sociopolítica y económica en la que se enmarque nuestro quehacer. Dicho esto me vienen a la mente las palabras de Henri Wallon, autor francés que estudiamos cuando estábamos en nuestro primer año de Psiquiatría Infantil, y que señala:

    «Toda ciencia, sea cual sea su objetivo, tiene estrechas relaciones con el sistema social en el que se desarrolla. En consecuencia, un científico clarividente, debe dedicarse también al conocimiento de
    las realidades políticas de su entorno». ”
    —Henri Wallon

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    1. Sheida, que importante tu comentario, concuerdo contigo en que es vital al momento de ofrecer ayuda a las personas que se atienden en salud mental considerar a la sociedad en su totalidad, así como también los factores sociales, culturales y políticos en los que se desarrolla la persona, asi como tambien cuales de estos influyen negativamente su desarrollo y bienestar, ya que sobre estos debemos centrar gran parte de nuestra atención.

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  14. Perspectiva de la recuperación en salud mental

    Desde la década del 60, bajo un complejo contexto socioeconómico mundial, surge un cambio en la psiquiatría que se tradujo en una disminución sustancial de la institucionalización de personas con trastornos psiquiátricos, que inicia en Europa y se propaga posteriormente a América y Australia. Este cambio tradujo un “reingreso” a la sociedad de individuos que antes se encontraban recluidos, con todo el impacto negativo que eso implica, por lo que gran parte no contaba con las herramientas para poder desenvolverse en actividades comunes como relacionarse con otros o trabajar, lo que finalmente perpetuaba la marginación. A partir de este punto crítico surge el concepto de rehabilitación,que se enfoca en la promoción del desarrollo de habilidades sociales, para así disminuir la discapacidad, además de reducir la minusvalía, entendiéndose como una respuesta de la sociedad a un sujeto con discapacidad con distintos modelos que se han desarrollado a lo largo del tiempo.

    De particular interés me resultó el capítulo del libro de Serraceno dedicado al hospital psiquiátrico, donde se describe la consecuencias que la persona internada allí sufre, que son independientes al trastorno por el que ingresa: el ser sometidos a una rutina impuesta, donde se agrega además una interacción social casi inexistente y efectos adversos a esquemas farmacológicos muchas veces impuestos van mermando paulatinamente la autonomía y la propositividad. El no tener poder de decisión sobre uno mismo termina apagando la idea de una recuperación de un trastorno mental, quedando muchas veces atrapados en un círculo vicioso de estigma y marginación. En la actualidad este carácter negativo que se le da al hospital psiquiátrico es compartido por la mayoría de las personas. Sin embargo, y tal vez de una manera más inconsciente se sigue tratando de forma paternalista, sin considerar la opinión de quienes tienen algún trastorno mental grave, sobre todo aquellos con bajo insight o conciencia de enfermedad de una manera paternalista. En palabras simples, la ideología institucional sigue presente en gran parte de la sociedad. Este concepto trasciende los espacios físicos, determina una forma de tratar, de considerar, a quien sufre un trastorno psiquiátrico como alguien carente de autonomía, incapaz de decidir por sí mismo.

    Para erradicar la ideología institucional se invita a visualizar a quien tratamos como un igual, un compañero, una persona autónoma, con opiniones, con una vida independiente al trastorno que sufre. Al lograr este cambio, dejaremos de tratar a un enfermo, para asistir a una persona. Es un proceso ambicioso, un cambio de paradigma que implica dejar la estigmatización sistemática ejercida como sociedad, como trabajadores de salud mental, el propio autoestigma de quien tiene un trastorno psiquiátrico para lograr una recuperación:
    “He decidido que yo y mi enfermedad somos dos entidades separadas. Yo no soy mi trastorno”, escribió Wilma Boevnik.

    El objetivo de la asistencia psiquiátrica en la actualidad, enfocado en el recovery, la rehabilitación debe incluir la experiencia subjetiva del individuo sobre los lineamientos terapéuticos de su propio trastorno, otorgarle a quien lo requiere las herramientas necesarias para permitirle vivir su vida del modo en que desee, preservando su autonomía, dando el poder de decisión sobre el tipo de asistencia que requiere en distintos momentos, informando y preparando con anticipación a eventuales crisis. En resumidas cuentas, forjar una relación colaborativa más que terapéutica.

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  15. Al Hablar de Recovery o de recuperación personal estamos hablando más que de un concepto, hablamos de un constructo que, si bien tiene una estructura de uso práctico en salud para quienes son parte de los equipos que proveen salud mental, este constructo va tomando forma según la decisión de cada paciente. Si bien tiene límites y definiciones que se alejan de la recuperación clínica que nos preocupamos de aprender, corroborar y reafirmar como tratante reduciendo al paciente a un puñado de síntomas y signos propio del mundo biomédico común. Recovery da espacio al diseño del propio destino de los deseos de un paciente en el viaje de su recuperación, los aspectos que quiere aceptar en su proceso de rehabilitación, y el cómo y el dónde quiere ser reinsertado en el mundo al que decida enfrentar y convivir. Esos modos tan únicos y personales que rompen los límites impuestos muchas veces por las nociones biomédicas tan difíciles de sacarnos de encima, los límites de la bioestadística que da cabida solamente a los resultados cuantitativos que no entrega una mirada que no supera las dimensiones de las variables más allá de ausencia/presencia e intensidad con y sin tratamiento que podamos proveer. Si bien es parte del mundo del paciente que debemos acompañar y respetar, es una oportunidad para salir de nuestros propios límites y abrirnos a la importancia del análisis cualitativo tan amarrado a las ciencias básicas en nuestra eterna búsqueda de verdad bajo la campana de Gauss, análisis cualitativo que debe abrirse a descubrir la subjetividad de los paciente, a conocer la narración de sus historias desde el sufrimiento hasta el triunfo de la recuperación bajo la libertad de definición de sus propios parámetros de bienestar, a redefinir los parámetros del bienestar mediante metodologías de investigación más participativas. Nuevas metodologías que determinen nuevas variables como que quiere y no quiere dejar de sentir el paciente, como es quiere llegar a ese estado de salud que busca, cuales son los verdaderos tratamientos que desean de nosotros para poder ayudarlos. Quizás girar el prisma para ver otros colores no permita dejar de lado la desesperanza aprendida de los límites del pronóstico biomédico conocido para las condiciones mórbidas que enfrentamos como clínicos, y podamos aprender del procesos de quienes vivencian el padecer de una enfermedad de salud mental grave el optimismo, la significación que le da a su propia experiencia vital, y el empoderamiento de seguir sus deseos al hacer su propio camino.

    Que mejor motor para este vehículo del repensar que es la recuperación personal, que la fuerza de aquellos que han sobrevivido a la falta de conocimientos que enfrentó y enfrenta hasta la fecha en muchas áreas la psiquiatría. Quien mejor para ayudar a diseñar los límites y como rebasar los límites de un plan de tratamiento y soñar los resultados de tu propia recuperación que aquellos que ya pasaron por la vía dolorosa de esos tratamientos que muchas veces solo tenían la opción de aceptarlos (y en parte sufrirlos), sin siquiera ser escuchados por lo que estaban pasados. Dispuestos a revelar de forma generosa su dolorosa experiencia en tiempos de escasa luz y ausencia de evidencia respecto a lo que podía entregar la salud mental de antaño. Este esfuerzo de los “ex - pacientes” equilibra la balanza del poder defendiendo los derechos humanos de los pacientes del presente y futuro, con el fin de no retroceder a quedar subyugados a las decisiones de lo clínicos que tanto pesar pudieron causar pese a la mejor intención por el bien de un paciente que muchas veces no solicito tal o cual tratamiento.

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    1. Los elementos del Recovery que fundamentan el proceso de recuperación tan personal y único, se llena de significados y sentimientos, objetivos particulares, deseos de trabajar y lograr objetivos propios, buscar esa recuperación funcional que lleva vivir una vida independiente, satisfactoria y digna bajo los propios parámetros de quién las define, en que los únicos límites tanto en los objetivos de la recuperación como en su intención del cómo vivir los pone el propio reconocimiento de los límites que crea el paciente que tiene su enfermedad.

      Saludos cordiales.

      Eduardo Peirano O.

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  16. Las lecturas de esta quincena me parecieron muy interesantes, al igual que volver a ver la entrevista del Dr. Cordero.

    Debo reconocer que el concepto de recovery era nuevo para mi al ingresar a la beca, incluso mi definición de este lo asumía como biomédico y como dijo un compañero de manera soberbia y asumiendo que hay algo que tiene que ser sanado. Sin embargo, al empezar a trabajar en SSTHNO, me llevé una grata sorpresa al descubrir que el foco era la persona, donde se busca no necesariamente una cura, sino que la búsqueda de motivaciones personales, de poder vivir de una forma mas satisfactoria independiente de la “enfermedad”, además donde es fundamental lo distintivo de cada persona, su entorno y ser visto desde una perspectiva social y política.

    Esto toma aún más sentido en niños, niñas y adolescentes donde en muchas instancias no son ni siquiera considerados y solo se toma en cuenta el punto de vista de los padres o profesores, donde generalmente se enfocan en las conductas. Esto me hace pensar en una docente que desde el primer día nos dijo que los síntomas son solo anécdotas, que cualquiera las podría recopilar y clasificar, pero que para conocer a ese paciente y entender lo que le está pasando, necesitamos conocer su “vivencia”, como esa persona especifica siente y explica su síntoma, sin importar la edad. Esta vivencia de los pacientes es lo que vemos en el capítulo “La vida más allá de la Psiquiatría”.

    Saludos,
    Catalina Zilic

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    1. Que bueno saber que en otros servicios y universidades el enfoque o sello que se quiere dar a sus residentes de infantil, está enfocado en la persona y comprender su vivencia más que en catalogar conductas según manuales diagnósticos. Compartir nuestras experiencias y modo de ver las cosas, siento que también nos empodera a nosotros, como trabajadores de la salud mental, en que es posible generar cambios y hacer más comunitario nuestro ejercicio de la medicina.

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    2. Muy interesante la experiencia que comentas con tu docente en conocer la "vivencia" de la persona que tenemos en frente, lo cual quita el foco de la enfermedad y lo coloca en la persona

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  17. La tematica de esta semana es un elemento central en la salud mental comunitaria, que es el concepto de recovery o rehabilitación, dejando de lado a la enfermedad como centro de la recuperación y buscando dar las herramientas para continuar una vida funcional en base a las motivaciones y deseos de los usuarios. Afortunadamente me ha tocado presenciar de manera directa en el servicio de salud talcahuano, como la rehabilitación con enfoque comunitario se lleva acabo y observar como los usuarios vivencian esta como algo positivo en sus vidas, donde se trabajan elementos como la ocupación, el hogar y el estigma.

    Me pareció que lo que nos viene a contar el Dr. Cordero es muy valioso, sobretodo por su experiencia en una epoca previa a la dictadura y como la busqueda la salud mental comunitaria fue surgiendo de forma natural entre él y sus colegas que lamentablemente se vió truncada por la llegada de la ocupación militar en su ciudad y hospital. Lo bueno es que los deseos y objetivos que tenia hace mas de 50 años, vuelven a reaparecer en el dia de hoy y estamos viendo como se pavimenta hacia una salud mental digna con enfoque comunitario.

    Volviendo a la rehabilitación y lo que nos dice Saraceno, es importante que la visión e identidad del sujeto enfermo o sufriente vaya mas allá de lo inmediatamente médico y se pueda obsevar desde distintos ambitos de su vida, involucrando a profesionales no medicos para alcanzar una recuperación integral, como lo son agentes importantes de las comunidades, profesores o ministros de fé es caso de existir, para tener una vida digna como persona sujeto de derechos que es parte de una sociedad, sin discriminacion ni fomentando la discapacidad.

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  18. Emparejado con los procesos de desinstitucionalización, los movimientos en pro de los derechos civiles, y estudios que demostraban la variabilidad del curso de los trastornos mentales severos, comenzaron a surgir experiencias de rehabilitación que se diferenciaban del modelo biomédico de psiquiatría hegemónico centrado en enfatizar los déficits del paciente, con prioridad a la reducción de sintomatología por la vía farmacológica. Se comenzó así a cuestionar y criticar la tendencia a explicar los síntomas exclusivamente desde el diagnóstico, donde se pasaba por alto la multiplicidad de factores que influye en el enfermar…un paciente “compensado” desde el punto de vista psicopatológico, no necesariamente era un paciente que se integrara a la sociedad de una manera satisfactoria.
    El concepto de recovery surgió como una reconceptualización de “paciente psiquiátrico” por la de ciudadano integral, sujeto de derechos. El recovery busca así el desarrollo de la autonomía y la participación como sujeto activo de su vida, permitiendo que el individuo adquiera una responsabilidad personal y control sobre su propia existencia, entregando herramientas que le permitan reinsertarse en su comunidad, en la sociedad y vivir su vida plenamente, de un modo que le haga sentido a él. Este enfoque me hace recordar a Héctor Pelegrina, quien plantea que en la enfermedad psíquica hay una destrucción del sentido de la realización personal y la no apropiación del sí mismo, por tanto, entiendo que lo que favorece el recovery es que la persona se vuelva a apropiar de las posibilidades que la realidad le ofrece para construir su propio camino. Es un concepto que implica para el paciente desarrollar un nuevo sentido y propósito, con autodeterminación, por lo tanto, es un proceso muy personal e individual, de transformación en varios aspectos del ser, no solo respecto de su patología, sino que un empoderamiento y rescate de sus propios recursos, de manera que le permitan vivir una vida plena, con esperanza incluso con las limitaciones y efectos negativos causados por la enfermedad.

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    1. Continuación...
      En este contexto, el rol de los servicios de salud es establecer una relación de colaboración y apoyo, brindando una visión optimista del proceso, instalando la creencia de que la recuperación es posible, desde sus recursos e intereses personales basado en la creación de sus propias metas. De esta manera, con miras a la autonomía, la toma de decisiones es consensuada entre el equipo y el paciente, no impuestas, donde los profesionales orientan, pero es el usuario el que finalmente decide.

      Para terminar, cabe mencionar que uno de los grandes objetivos de la recuperación es la inclusión social, proponiendo un cambio en un sistema centrado en la enfermedad a uno centrado en el bienestar. En este sentido, rescato al igual que mi compañero Cristian el que nuestro servicio cuente con dispositivos orientados en esta dirección, como bien nombró el centro Luz de Luna que ha favorecido la reinserción por medio entre otros, de la terapia ocupacional, y donde han nacido agrupaciones tanto de pacientes como familiares que han promovido el desarrollo de un sentido de pertenencia y de autogestión. Sería muy relevante orientar los recursos hacia estos dispositivos, pues como en casi toda la salud mental, resultan insuficientes para la cantidad de usuarios que tenemos muchos de los cuales se beneficiarían de este tipo de intervenciones.

      Saludos
      Claudia Aguayo

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  19. Ha sido muy interesante el tema que se nos propuso revisar esta quincena. Da para pensar bastante, en particular sobre qué significa la recuperación para uno, qué significará para el paciente, y tener en cuenta que una historia de recuperación significa también una historia de sufrimiento, por lo tanto, merece mucho respeto y estar a disposición de aquella persona para ayudarle a encontrar y recuperar su propia identidad, porque más que aspirar a lograr y mantener una buena relación terapéutica donde el paciente nos haga caso, adhiera a controles y fármacos, deberíamos aspirar a lograr una relación de colaboración donde él también sea un participante activo en la toma de decisiones sobre su vida.
    A raíz de esto, pienso en el poder que se nos ha conferido como trabajadores de salud (donde muchas veces nos consideramos dueños de la verdad) para dar etiquetas y también determinar cuando alguien puede ser considerado como recuperado, siendo que debería ser bastante diferente, y tal como se plantea en el libro de “recuperación/recovery”, la recuperación no sería otra cosa que el paciente encuentre las palabras para recuperar su propia identidad y nosotros servir como un puente y/o colaborador en aquello.
    Dentro de mi corta experiencia en el área infantil, he podido notar como generalmente el entorno es quien nos presiona por dar una etiqueta a una conducta y también en cómo nos presiona para que gestionemos de manera rápida su “recuperación” pues con ello se nos cataloga como buenos/malos médicos cuando nuestro fin debe estar enfocado en empoderar al paciente en lo que ellos necesiten. Dentro de la psicoeducación y manejo multidisciplinario, es importante entonces abordar el tema del empoderamiento personal donde el paciente pueda tomar decisiones que incidan sobre la propia vida pues es su historia y hay que conocer y aceptar que la recuperación no siempre son historias de éxito, a veces son necesarios ciertos periodos de crisis para consolidar lo que se ha conseguido, y esto también transmitirlo a las familias pues la recuperación en el caso de los NNA también depende mucho del empoderamiento que posean los papás y entorno en general.
    Para finalizar, decir que es un tema potente, que amerita que ojalá todos reflexionemos y ojalá desde pregrado se nos enseñen estas cosas pues hará de nosotros personas más humanas, cálidas, y que genuinamente busquemos ser un colaborador.

    Yeaninne Hernández

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  20. El concepto de recuperación es de importancia cardinal en salud, debido a que representa un objetivo de cualquier intervención. En salud mental, donde tantos requerimientos participan de este concepto, como funcionalidad, autopercepción y calidad de vida, se va a encontrar en disputa entre los distintos grupos que participan del proceso. Usuarios, tratantes, gobernantes, todos van a tener una visión y una expectativa de lo que la recuperación de una persona significa. La visión del usuario tiene poco tiempo ocupando un lugar en la balanza. Especialmente la de aquellos con enfermedades más severas y de quienes los rodean.
    Es difícil incorporan estas consideraciones en el estándar de atención. Toda la diversidad de las expectativas que encontramos en cada usuario, comparada con la imposición de una sociedad que exige miembros activos.
    Fue muy interesante la lectura de esta semana. Me llamo a mucha reflexión sobre la necesidad de considerar estos factores al momento de plantear una recuperación, la posibilidad y la extensión de esta y la imposibilidad de seguir avanzando en una atención de calidad sin ellos.

    Rodrigo Carvallo E.

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  21. Hola a todos.
    El concepto de recovery es una parte fundamental de la psiquiatría comunitaria, ya que no es una meta en si misma, sino que lleva todo un reconocer a la persona que tenemos en frente como tal, con una mirada no centrada en la patología, sino en quien es, que desea, en sus recursos personales, familiares sociales, gustos, potenciales y limitaciones, en todo lo que es la persona. Muy en concordancia con los valores de la psiquiatría comunitaria.
    Al hablar de recovery el centro es la persona, su proyecto de vida que le haga sentido y le de satisfacción. Llegar a conocer esto es un desafío para muchos de nosotros, al igual que para las personas con quienes tratamos en los servicios clínicos de salud mental, por lo que en algunos casos se requiere apoyo para tener alguna noción de esto, aunque tenemos otras personas que lo tienen muy claro, mas allá del diagnostico que puedan tener.
    Esto es fundamental, ya que recuperar su vida sin necesariamente recuperarse de su enfermedad pueden ser un concepto difícil de entender a quienes nos formamos en un modelo biomédico, donde siempre el objetivo ha sido la "cura" del padecimiento, con un fuerte enfoque en la patología. El origen de estas respuestas es desde los usuarios y no del psiquiatra.
    Un aspecto transversal al recovery que creo vale la pena destacar es el de la esperanza, el encontrarla y mantenerla y se transforma en un llamado de atención para el equipo clínico, que muchas veces "pierde la esperanza", no permitiendo que surja en nuestros usuarios.
    Fundamental entonces se torna la autodeterminación, considerando al usuario como un par, pudiendo estar al lado de ellos, como "un compañero de viaje" y lograr un aprendizaje mutuo, lograr empaparnos de la otra persona.
    Saludos!


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  22. En la Psiquiatría Comunitaria donde el foco se encuentra en la curación y la rehabilitación del paciente, entra en juego el concepto de RECOVERY (recuperación) y EMPOWERMENT (empoderamiento).
    A partir de la lectura de la vida mas allá de la psiquiatría, de Wilma Boevink, la recuperación significa encontrar las palabras mas adecuadas para recuperar y mantener la propia identidad. El paciente no es el trastorno, es una persona, un ser humano que por alguna razón debe lidiar con un enorme sufrimiento. Desde este enfoque el objetivo principal de asistencia psiquiátrica debe ser permitir vivir la vida en que el paciente quiera. Paralelamente se nos da a entender que la recuperación no significa que toda ira bien. Los procesos de recuperación no pueden ser representados como una línea ascendente en un gráfico, si no que están sujetos a ocasionales retrocesos lo que parece ser periodo de estancamiento. Es por tanto que no debemos aspirar a la recuperación lineal, el paciente necesita de estos de estancamiento para consolidar lo ganado. Al termino de este capitulo, con el relato de la paciente me fue inevitable pensar: ¿Ponemos a la persona en el centro de toda actuación? ¿Tenemos en cuenta lo que significa la recuperación para la persona?.
    Continuando con las lecturas enriquecedoras, se nos presenta el concepto de empoderamiento y recuperación en el capitulo de Germana Agnetti, entendido como el reconocimiento de los derechos de las personas con trastornos mentales. El empoderamiento se describe como el resultado final del proceso de toma de conciencia y de vuelco de la relación de poder entre los sujetos y los síntomas. Basado en la
    Filosofía del hacer juntos, se valoriza de forma estructurada el saber experiencial de familiares y usuarios, buscando el crear poder de forma conjunta.
    Podemos entender desde estas lecturas que la participación se convierte en un componente central de la recuperación, es requisito y al mismo tiempo resultado de una trayectoria exitosa hacia la misma, así como es parte de nuestra labor ayudar a recuperar la funcionalidad desde una perspectiva del paciente.

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  23. De las lecturas de esta semana, me gustaría destacar en esta ocasión el texto donde se habla de experiencias y la visión sobre la psiquiatría y el recovery desde el punto de vista de los pacientes. Fue muy interesante y enriquecedor, ya que tal vez, a modo general no estamos acostumbrados a leer sobre análisis de los pacientes sobre sus propias enfermedades mentales, sobre cómo ven la psiquiatría y cómo es su vivencia. Me hizo recordar, que durante la formación de mi beca en psiquiatría infandoadolescente, nos han destacado la importancia de reconocer y valorar la vivencia de cada paciente. A veces comparo con otros enfoques de la psiquiatría, en que necesitan catalogar, llegar. Aun diagnóstico a como de lugar, dejando de lado qué es lo que realmente siente y quiere cada paciente. Entonces este texto, me hizo reflexionar y entender mejor a los pacientes. Frases como “inevitablemente una historia de recuperación es una historia de sufrimiento” hace pensar, que no podemos ver el recovery solo como un fin, sino que todo el proceso para llegar a eso es difícil para los pacientes, porque llegar de estar en una psicosis, donde la realidad que se conoce es distinta a adaptarse a ver o volver a ver la vida diferente o más comúnmente, con todo lo que conlleva arrastrar un trastorno adaptativo asociado, un trastorno ansioso, un trastorno por estrés post traumático que los ha seguido acompañando, es duro. Saber que algunos pacientes no se han podido permitir otra cosa más, solo supervivencia, que han tenido que dejar sus intereses de lado por seguir una pauta que un psiquiatra le dejó, que le dijo cómo debía vivir su vida, es duro también. Ahí me doy cuenta de la necesidad de que nosotros seamos compañeros terapéuticos en todas las etapas que llevan al recovery, que es importante conocer los intereses y deseos de nuestros pacientes para ojalá permitirles y ayudarles a vivir su vida tal cual la quieren y no tal cual nosotros pensamos que es correcto. Como dijo un paciente “la asistencia psiquiátrica es un medio para alcanzar un fin, no un fin en sí mismo”.

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  24. Hola a todos
    En esta oportunidad, nos toco reflexionar y revisar un tema fundamental y que poco conocimiento tenia hasta antes de entrar a la beca. Nos toco conocer mas aun de lo que es el recovery, donde podemos ver que el enfoque es principalmente la persona, su bienestar, cumplir sus propias metas impuestas y no la recuperación dd la enfermedad o patología que esta cursando o padece. Es interesante ver el enfoque que muchas veces vemos que se realiza, donde lo importante es tratar la patología, desde un punto de vista biomedico, y no nos preocupamos de realmente rehabilitar, com una mirada desde la persona de lo que quiere realizar, hasta donde quiere llegar, cuales son sus objetivos y no los nuestros. Que importante es preguntarnos que es lo que quiere la persona que estamos ayudando y no quedarnos solo con nuestro concepto. Es importante mejorar las condiciones para que esta persona con sus propias características queda habilitada y que cuente con las herramientas para alcanzar su máximo desarrollo y lo que se han propuesto y no lo que uno indique arbitrariamente. Para lograr realizar este enfoque es importante que los diferentes dispositivos trabajen con esta metodología. Yo cuando pase por le CSMC los Cerros, ellos me educaron sobre esta metodología y como la implementaban, y lo importante que ha sido para ellos lograr avances en los objetivos que ellos se proponen y trabajar en conjunto por esos logros.

    Saludos!
    Catalina Rodriguez

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  25. Me llamaron mucho la atención las reflexiones otorgadas en el espacio complementario de las lecturas, desde la mirada actual de la Terapia Ocupacional Crítica y la Convención de los derechos de las personas con discapacidad. Creo que estas reflexiones situadas por un lado en el quehacer de la vida cotidiana y por otro en el marco normativo de lo que deberíamos entender hoy como discapacidad crea un espacio donde el modelo de Recovery se nutre y al mismo tiempo limita las posibilidades de ser deformado en un modelo capacitasta.

    La practica diaria del trabajador en salud mental se ve constantemente tensionada por el modelo de competencia y producción que lo rodea. Exigidos a ser funcionales a metas de producción sanitaria, en espacios de trabajo precarizados y trabajando poblaciones sumamente vulnerables limita los espacios de intervencion, y está limitación hace que objetivos y entendimientos que podrían ser complejos e integrales tiendan a simplificarse y homogeneizar la práctica. Así planes de cuidados integrales de todos los pacientes tienden a rondar en torno a la “estabilización psicopatológica”, “ocupación” y “dinámicas familiares” casi por defecto. Aquí el entendimiento de la vida cotidiana misma, descrita en el texto de Pardo y Silva, se hace dificil sino invisible.

    Y qué difícil situar en el espacio actual de la salud mental y sus instituciones el ímpetu liberador y profundamente situado de la modelo de Recovery. Este espacio donde “se incluyen dos polos de tin proceso dialéctico, de transformación del observante y del observado, donde las visiones y las propuestas de ambos, lo terapéutico y la vida entran en una confrontación, un cuerpo a cuerpo, que cambia a ambos profundamente… por lo tanto no dela curación, sino de la transformación de esta relación … como apertura de nuevos equilibrios de poder y de oportunidades de existencia…”.

    Desde el Reino Unido, donde el modelo de Recovery se ha embebido en el modelo institucional, con herramientas y procedimientos más estandarizados se presenta hace años, desde las organizaciones de pacientes, quejas a como el modelo se ha vuelto institucionalmente funcional a un modelo neoliberal y capacitista. El movimiento “Recovery to the bin” (Recovery a la basura) genera desde el año 2016 una critica sistemática a como iniciativas como el Recovery Star, tienden a colonizar ideas centrales del modelo de Recovery, obviando miradas complejas de las personas con enfermedades mentales, obviando realidades interseccionales que determinan sus condiciones concretas de existencia.

    Así nuestro desafío actual, en un espacio y tiempo tan flexible como el que nos taca vivir, es doble: ¿cómo ser capaces de hacer carne los principios del modelo de Recovery al mismo tiempo que generamos instituciones que posibiliten estas diferentes oportunidades y formas de existencia?

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  26. Antes que todo, agradecer nuevamente las lecturas de esta quincena, ya que dan una perspectiva bastante realista de un tema que, al menos en mi caso, tenía idealizado.
    Se ha puesto un gran énfasis en la rehabilitación de los usuarios desde el inicio de la reforma psiquiátrica, asumiendo que solo por el hecho de deshospitalizar a los usuarios era sinónimo de desinstitucionalizarlos, pero en realidad gran parte de ellos simplemente pasaron de una institución cerrada o otro tipo de institución en medio de la comunidad (no necesariamente con la comunidad) donde se postulan diversos modelos de rehabilitación, pero sin ser ninguno la panacea, logrando en el mejor de los casos simplemente retrasar recaídas, pero sin poder hablar de una reintegración en la comunidad como individuos autónomos. Ahora, no hay que negar la gran importancia de trabajar en lo que se ha visto que puede ayudar respecto de la prevención de recaidas, pero el objetivo de rehabilitar a alguien es que pueda ser sujeto de derecho y pueda ejercer sus derechos (a la interacción social, al trabajo, la vivienda, afectividad, etc.). Lo que más he podido rescatar de los textos es que si intentamos que simplemente con nuestras intervenciones rehabilitar a alguien, estamos aspirando muy alto y apuntando mal probablemente, ya que gran parte de las posibilidad de rehabilitación necesitan de políticas publicas, ya sea desde la educación en salud mental a la población en general (como menciona el Dr. Cordero en su libro el Modelo Gravitacional, posiblemente si se hablase de la misma forma de la salud mental como se habla del embarazo, los prejuicios contra la patología mental no tendrían la misma intensidad que tienen en l a actualidad) o medidas sociales para reintegrar progresivamente a los individuos a la sociedad.
    Me llamó sobre todo la atención el capitulo que es testimonio de una persona que es portadora de un trastorno psiquiátrico, y cómo lo ha hecho ella para reintegrarse, partiendo por asumir las limitaciones asociadas al deterioro y centrándose en la definición que quiere de si misma en lugar de la que le pone la enfermedad encima. Como ella, asumo que hay muchos que han podido rehabilitarse, con apoyo ya sea de cercanos, familiares y/o terapeutas, pero le encuentro toda la razón en no hacer público su diagnóstico, ya que mientras el estigma sea un enemigo al acecho siempre jugará en contra para mantener su vida social, y porque el diagnóstico de cualquier patología es algo privado de cada uno.

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    1. La verdad, la vez anterior que vimos el video del Dr. Cordero ya me preguntaba a qué se habría llegado siguiendo su modelo de hospital abierto y con ergoterapia que le haga sentido a los usuarios, ya que al ser un centro abierto, el que no desee ir simplemente es libre de hacer otra cosa. Como ya no hay mucha razón para nuevos hospitales psiquiátricos, posiblemente no tenga sentido su reimplementación, pero si es destacable que en el escenario que tenían pudiese haber llegado a ese tipo de intervenciones, y tal vez pudiese ser un paso en la rehabilitación de los usuarios que aún se encuentran en hospitales psiquiátricos en Chile.

      Ahora, hablando de mi experiencia en cuanto a rehabilitación, la verdad he visto como sí ayuda, aunque sea un poco, el trabajo con el terapeuta ocupacional para reactivar a los usuarios con abulia u otros síntomas negativos, al menos en el Policlinico de Psiquiatría del Hospital de Angol, pero también se ve una resistencia de los usuarios por tener más acciones que le reintegren en la sociedad, como el trabajo cuando ya tienen asegurada un pensión, y es un poco frustrante consultarle a usuarios jóvenes con esquizofrenia sus proyecciones a futuro, y tratar de explicar que estando estables pueden desarrollar su vida como cualquier persona, pero que haya ausencia de mayores aspiraciones, tal vez como una conducta aprendida de que no serán capaces, Posiblemente eso es lo que mencionaba el texto, sobre la carga que también cae en el equipo tratante que en ocasiones se encuentra con una pared, pero supongo que hay que asumir que el usuario esta dentro de su derecho de no querer hacer lo que se le sugiere, y es completamente válido, ya que no estamos para imponer tratamientos (excepto cuando lo indica el juzgado en casos muy especificos) sino que para facilitar herramientas que les ayuden a lograr los mayores niveles de salud y calidad de vida posibles.

      Felipe González Figueroa
      Residente de Psiquiatría de Adultos
      Universidad Mayor - Sede Angol

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  27. Feliz día de corazón a todos quienes trabajamos en la construcción de un mundo al menos algo más noble y justo del que ya conocimos. A todos ustedes compañeras, compañeros y docentes mis respetuosos saludos.
    En el modelo comunitario de psiquiatría, habiendo generado una crítica construida al antiguo modelo asilar, que viene a echar por tierra la antigua practica médica asistencial, en una primera etapa del procesos continuo de "salud enfermedad" que todos en mayor o menor medida vivimos en algún momento de nuestra vida, hoy hacemos frente a la segunda etapa relacionada con el proceso posterior a la atención recibida.
    Sanación, recuperación, mejorarse, son los verbos instalados en nuestro deseo más profundo de la lógica médica como la consecuencia natural de nuestra intervención en la población, poniendo nuevamente en los demás nuestra estructurada visión de lo que es el deber ser de una buena salud. La recuperación como un concepto distinto intenta poner el énfasis en la experiencia y mejor experiencia, en el buen vivenciar que pueda tener la persona afectada por sufrimiento psíquico, independiente de nuestras metas y deseos. Me hace tanto sentido el capítulo "la vida más allá de la psiquiatría" de W. Boevink en cuanto a lo que experimenta el sufriente psíquico, y lo uno con la experiencia de los pacientes relatadas en el vídeo del modelo de salud mental comunitaria visto en algunas entregas atrás, donde se muestra la incorporación a una vida cotidiana de pacientes con esquizofrenias de difícil manejo, que viven con su vivencia de la patología insertos en el mudo laboral sin la pretensión absurda de eliminar la sintomatología psicótica más compleja por completo. Educar en dicho vivenciar orgánico y natural es gravitante a mi modo de ver en un verdadero y satisfactorio proceso de recuperación.

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  28. REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL, INCLUSIÓN SOCIAL Y RECUPERACIÓN (RECOVERY)

    Llegando retrasado, resueno con lo escrito por compañeras y compañeros, la novedad esta en rescatar lo humano y lo político de cada uno de nosotros en el encuentro con otro ser humano en su dimensión política y humana.
    Y no será otra cosa lo humano y lo político que lo cotidiano, tener para vivir en una casa digna, relacionarse con el entrono de una manera que le permita significarse como otro valido y verdadero, en lo laboral, lo amoroso, lo académico, en las compras de la feria o en ir a ver o jugar una pichanga de barrio o bailar salsa en el parque… en fin … tantas cotidianidades como subjetividades hay.
    Es también en definitiva, como lo señala Mezzina, el cuestionamiento de las prácticas y de como el recovery no va orientado a la enfermedad, sino incluso va a alejándose de ella, buscando un ejercicio de la ciudadanía, entendida como un proceso en la comunidad, que lleva a transformaciones individuales y sociales y que emplaza al poder propio con los poderes fácticos, incluso desde el constructo de nosotros como entes terapéuticos y de aquellos a quien nos aproximamos para ayudar (facilitar procesos terapéuticos)
    Por otro lado, desde lo jurídico, la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se erige como un instrumento internacional de derechos humanos que da un piso en promover, proteger y garantizar un mínimo de piso institucional para puntualizar que las personas con discapacidad deben ser parte de la sociedad y son libres de tomar sus propias decisiones. Siendo por esto una jurisprudencia fundamental y a tono con los conceptos de recovery.
    En suma y con la experiencia de la corta estadía muy presente, no existe otra forma posible en nuestros tiempos y en nuestra realidad que no sea la de seguirnos cuestionando las prácticas y nutriendo de los muchos ejemplos en nuestra área y de las áreas sociales que abordan cada día el sufrimiento de las personas con el realce de las necesidades de las mismas y centrados en sus realidades.

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  29. La invitación de esta semana es quizás a la reflexión más “des-empoderada” que habremos podido tener a lo largo de este curso, pues nos llama a visibilizar, algunos profundizar, pero para todos principalmente deconstruir y reinterpretar nuestras expectativas como médicos especialistas en el afán de tratar la salud mental.
    Entre las cosas que quisiera destacar está lo fuerte y doloroso de los testimonios de los pacientes usuarios de diferentes servicios psiquiátricos en tiempos relativamente “modernos”, y cómo aquellas experiencias son una bofetada a ese espíritu infalible que nos inculcaron desde el pregrado la ciencia nos daría si la estudiamos lo suficiente. Creo que en la medida que seamos más “pacientes” y menos “tratantes” podremos realmente contribuir al cambio de paradigma que el Recovery nos muestra, puesto que si intentamos traer el concepto a nuestra zona de confort, lo moldeamos a nuestra forma de entenderlo y aplicarlo como si fuera un concepto nuestro y visto como parte del tratamiento que en nuestro quehacer debemos agregar al arsenal farmacológico, es probable que perpetuemos aquellas condiciones que impidan entendernos más allá de la enfermedad mental.
    Por otro lado, viendo la entrevista al Dr. Cordero, no deja de quedar una sensación de nostalgia al escuchar de boca de un testigo viviente de esos convulsos tiempos el gran daño que la dictadura provocó en tantos aspectos y en tantas capas de nuestra sociedad. Sin duda hoy todo ese proyecto implementado en las comunidades mapuche hoy es impracticable, lo mencionó un compañero más arriba, pero su registro da cuenta de cómo el poder político a merced de unos pocos puede provocar grietas hasta en el entendimiento de la locura, y es lamentable que al día de hoy son escasos los avances interculturales que han intentado germinar en esta región post-dictadura.
    En cuanto a la realidad local, he de mencionar que en el Hospital de Día de mi ciudad se realizan muchos esfuerzos, tanto tácita como explícitamente, para contribuir a la recuperación y el volver a ser socialmente “funcionales” a quienes han padecido sufrimientos psíquicos severos y la sociedad no está lista para recibirlos tan pronto. Ha sido gratificante conocer experiencias de vida que van mucho más allá de la patología, e inspirador el conocer a la Agrupación de Usuarios Hospital de Día Angol, con personalidad jurídica, nacida desde sus bases, con sus fortalezas y debilidades, postulando a proyectos y ayudando a quienes aún no recuerdan que en su esencia humana, a pesar de haber sufrido experiencias terribles y traumáticas, aún conservan el instinto de congregarse y validarse en tribu en medio de una sociedad que sólo envía señales de individualismo y segregación.
    Sin duda vernos más allá de la enfermedad es una tarea que trasciende nuestro arte, es cierto que por nuestro rol estamos llamados a ver y visibilizar esto desde el plano profesional, pero también lo entiendo como un llamado a poner en perspectiva los egos y los ideales al servicio de esta especialidad, pues el ser humano y su fenomenología social siempre será mucho más complejo que todo lo que podamos estudiar al respecto.
    Un saludo afectuoso, nos vemos el lunes…

    David Ibarra

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  30. El tema de esta semana nos enfoca en los cambios a la terapia tradicional que ha caracterizado la psiquiatría a lo largo de los años, mostrandonos un giro en torno a los conceptos de rehabilitación, recuperación e inclusión. Para esto se requiere una colaboración en la terapéutica con el paciente, ya que cada uno debe iniciar un proceso de recuperación , apoyados con las herramientas que nos brinden los trabajadores de la salud, facilitando el proceso de recuperación. Entrelazando y aceptando las distintas épocas de nuestra vida: familiarizándonos con el pasado, proyectando el futuro y entendiendo nuetro presente. Pero siempre con una mirada realista, donde no exista la desesperanza y flexibilizando ante los distintos escenarios que nos ponga la vida.

    la subjetividad como un proceso, reposiciona la relación con la vida, no con la enfermedad. La recuperación es un constructo del individuo. La persona en si es una factor determinante , donde destaca la autodeterminación, resiliencia, afrontamiento de enfermedad, asunción de responsabilidades y transformación personal.

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