Letras chilenas sobre salud mental y psiquiatría en perspectiva Foucaultiana


Michel Foucault (1926- 1984), fue un filósofohistoriadorsociólogo y psicólogo francés.
Fue profesor en varias universidades francesas y estadounidenses y catedrático de 
Historia
de los sistemas de pensamiento
 en el Collège de France (1970-1984). Su trabajo ha influido en importantes personalidades de las ciencias sociales y las humanidades.

 “…la indistinción y la articulación de la salud y la salud mental se dan casi en el mismo movimiento. En ocasiones, salud y salud mental son cosas distintas; ambas tienen no solo sus propias definiciones, sino también sus especialidades y organismos. Sin embargo, en la definición, el componente mental aparece subsumido en el interior de la salud, brindándole integralidad, a tal punto que sin salud mental no hay salud. De este modo, la salud mental se presenta como una fórmula práctica para superar la distinción entre cuerpo y alma, distinción que ligaba la salud a cuestiones exclusivamente corporales. Para que la salud pueda propagarse sobre el conjunto del cuerpo social es necesario abandonar su relación exclusiva con el cuerpo. Así, la indistinción entre salud y salud mental permite borrar ciertas fronteras conceptuales y prácticas, favoreciendo la propagación de la lógica de la salud en la vida cotidiana de las personas y, a partir de la instalación de ciertas instituciones internacionales, su propagación a todo el mundo. La indistinción no opera de un modo continuo; es necesario que, en ocasiones, ambos conceptos se diferencien, dando lugar a su posterior articulación. Esto es lo que permite que haya toda una serie de dispositivos, instituciones y prácticas propias de la salud mental cuando bien podría desplegarse una perspectiva integral de la salud. Al ser articuladas, estas diferencias propician una serie de mecanismos de especificación y estratificación: por ejemplo, la clasificación de ciertas prácticas como estresantes y su articulación con entornos concretos…” (Agüero y Correa, 2018: 552)

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Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias humanas, el sistema de prisiones, así como por su trabajo sobre la historia de la sexualidad humana. Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos. 

En los años sesenta, Foucault estuvo asociado al estructuralismo, un movimiento del que se distanció más adelante, aunque haya usado de un modo personal los métodos de dicho enfoque: su libro Las palabras y las cosas puede entenderse como una crítica a la pretensión sígnica, dejando de lado su interés por las condiciones de modificación histórica del sentido. En ulteriores trabajos y cursos desarrolló conceptos como biopoder y biopolítica, de especial relevancia en la obra de pensadores políticos contemporáneos como Antonio Negri, Michael Hardt, Giorgio Agamben y Roberto Esposito.

Foucault rechazó las etiquetas de posestructuralista y posmoderno, que le eran aplicadas habitualmente, prefiriendo clasificar su propio pensamiento como una crítica histórica de la modernidad con raíces en Immanuel Kant. En el texto «¿Qué es la ilustración?» definió mejor su proyecto teórico como una ontología crítica de la actualidad siguiendo la impronta kantiana.

Fue influido profundamente por la filosofía alemana, en especial por la obra de Friedrich Nietzsche. Precisamente, su «genealogía del conocimiento» es una alusión directa a la idea nietzscheana de «la genealogía de la moral». En una de sus últimas entrevistas afirmaría: «Soy un nietzscheano». Reconocería también una deuda con el pensamiento de Martin Heidegger y sus críticas al sujeto cartesiano y la techné occidental: «Heidegger ha sido un filósofo esencial para mí», declararía en junio de 1984, aunque criticaría varias veces posiciones esenciales de Heidegger tales como su interpretación de la historia de la verdad en occidente como un olvido del ser.

En el año 2007 Foucault fue considerado por el The Times Higher Education Guide como el autor más citado del mundo en el ámbito de humanidades en dicho año.​ Foucault murió en París de complicaciones por VIH. Su pareja, Daniel Defert, comenzó la fundación AIDES en su honor.

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Durante esta quincena conoceremos el trabajo sobre salud mental  y psiquiatría en perspectiva crítica de dos académicas chilenas: Jimena Carrasco,  Académica de la Universidad Austral, Terapeuta Ocupacional, Doctora en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y María José Agúero, Psicóloga, Investigadora independiente y Doctora en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona.

En ambas, el pensamiento de Michel Foucault es muy influyente.

Sus textos develan aspectos relevantes de la salud mental y la psiquiatría, habitualmente invisibles para la psiquiatría

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Lea el artículo Salud mental y psiquiatría comunitaria en chile:El proceso de configuración de un objeto de gobierno , de Jimena Carrasco, Capítulo en el libro Biopolíticas, gobierno y salud pública. Miradas para un diagnóstico diferencial. Tuillang Yuing y Rodrigo Karmy, editores

Lea el artículo Interventores en salud mental y psiquiatría como interfase de un orden colonialde Jimena Carrasco, Revista Sociedad Hoy, 2013, Vol. 25, 79–93}

Lea el Capítulo  Las políticas, los planes y los programas de salud mental en Chile:entre la gubernamentalidad y la utopía liberadora. Sepúlveda, R (2021), Capítulo de libro de Madariaga, C; Oyarce, C; Martínez-Hernáez, A y Meléndez, E, (Editores) REPENSAR LA SALUD MENTAL COLECTIVA. DIALOGOS, SABERES Y ENCRUCIJADAS. Editorial Contrakorriente. Santiago de Chile, 2021

Lea el artículo Salud mental y ciudadanía: Una aproximación genealógica, de María José Agúero y Gonzalo Correa, Revista de Historia de la Psicología, 2018, Vol. 39(1), 40–46

Lea el artículo Gobernando la experiencia: salud mentaly ciudadanía de María José Agúero y Gonzalo Correa, Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2018; 38(134): 547-565

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Comentarios

  1. En relación a las lecturas de esta quincena podemos visualizar una historia de como la salud mental se fue formando en base a lo aprendido en Europa y como la “cuestión social”, en algún sentido fue la base de políticas en relación a personas de escasos recursos; dentro de toda esta revisión podemos ver como durante la dictadura militar su estructura y represión afecto nuestras políticas públicas, modifico nuestros sistemas de salud, como se “congela” y suprime una visión igualatoria de la misma la que paradójicamente no afectó a personal castrense, pasando a ser un bien de consumo, donde la utilidad es lo primordial y quien más tiene es el que accede a mejor salud.
    La gran mayoría de nosotros fuimos niños en la etapa del fin de la dictadura o tenemos recuerdos de traspaso a la democracia bastante vagos, viendo quizá la dictadura como algo lejano, es por ello que encuentro que todo lo descrito enriquece nuestra formación, nos acerca a las bases de la salud comunitaria y como esta pasa a ser un pilar de la visión de salud que queremos en la actualidad, la incorporación del mundo psicosocial, la descentralización de los 4 hospitales principales, el acercamiento a las distintas zonas, sin duda significan un gran, planificado y bien pensado avance hacia un bienestar con visión de futuro.

    Asimilando a mi experiencia, una vez me correspondió trabajar en el desarrollo de una plataforma de notificación obligatoria para cumplimiento de una indicación minsal para ello nos pusimos de acuerdo con una salubrista, cuando nos contactamos por primera vez me preguntó, “que aeropuerto quedaba cerca de Curicó”, si bien después pasó a ser una anécdota lo que me quedó después fue la sensación de que si bien cada uno es “preso” de su realidad, es nuestra responsabilidad como equipos de salud saber “donde viven nuestros pacientes” o cuales son sus necesidades reales, es mi obligación como médico aterrizar mis políticas, saber compartir con otros profesionales y enriquecerme de lo que pueden entregar.
    Dentro de las frases que me quedaron destacadas fue la siguiente… “Salud Mental Comunitaria constituye una práctica emancipatoria enmarcada en una utopía realista, cuyo impacto pasa desapercibido frente a los masivos malestares sociales resultantes de la inequidad de una sociedad cuyas estructuras no logran ser transformadas por esta y otras islas emancipatorias…” y es que sintetiza la fortaleza e ideología que representa el modelo, a su vez me insta a sentirme parte del mismo.

    Saludos

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  2. Las lecturas de esta semana en cierta forma son como un repaso de la historia de la salud mental en Chile, temas que ya habíamos abordado anteriormente, pero como dice el título, esta vez desde la perspectiva de chilenos. de lo nuevo y como punto de inflexión aprecio la reforma a la salud iniciada durante el gobierno de Ricardo Lagos, que si bien mantuvo las estructuras del pasado neoliberal, a mi parecer es el espíritu lo que cambia, se crea el plan de Acceso Universal con Garantías Explícitas(AUGE) resultado de otros modos de priorizar los problemas de salud basado en un nuevo indicador (AVISA). Considerando el gran impacto que las patologías neuropsiquiatrías tienen en el indicador AVISA, su instauración me parece un hecho clave para darle a la salud mental una posición más relevante dentro de las políticas públicas, al menos en esta materia.

    De la lectura del artículo de María José Agúero y Gonzalo Correa, me llamo profundamente la atención lo inadvertido que me resultaba la siguiente afirmación
    “la salud mental es una composición original cuyo objeto ya no es la enfermedad, sino la producción y reproducción de un ideal de salud ligado a la experiencia cotidiana, elaborando y desplegando un tipo particular de ciudadanía”. Pese a que partes de esta idea ya se encontraban dispersas en mi cabeza, verlo redactado en un par de línea me resulta muy revelador.
    De los mismos autores, también quería destacar lo que definen la Sujeción de la experiencia: el avance en la salud mental y la difusión de sus conocimientos genera un cambio en como la personas definen sus vivencias, como las interpretan, utilizando conceptos que facilitan el encasillamiento en los distintos criterios clínicos que usamos para los diagnósticos, conceptos como “siento que tengo depresión” o “sufro crisis de pánico”.

    Mientras trabaja en APS, me tocó ver muchas veces a pacientes que dentro de su relato habitual en una morbilidad o motivo de consulta y/o ingreso a programas de salud mental, me señalaban padecer depresión, crisis de pánico o ansiedad, entre otras cosas, pareciendo que llegaban con un diagnóstico entregado por un profesional previamente, para luego dilucidar s que realmente nunca han sido evaluados y carecían de conocimiento en salud mental, pero tenían estos conceptos insertos en su forma de experimentar su realidad y como definir su sentir, que a mi parecer muchas veces no tenía justificación, aun así, me resultaba laborioso modificar estas afirmaciones a instaurar la idea de que no padecían una enfermedad mental. Esto me hace pensar que como agentes de salud mental, al educar y promover el conocimiento de ciertos cuadros incidimos directamente en la forma en que las personas experimentan su vivir.

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    1. Igual me parece interesante la frase que destacas, ya que puede permitirnos mejorar nuestras ´´expectativas terapéuticas´´, muchas veces queremos dar de alta a personas en ´´un ideal de salud´´, lo cual puede llevarnos a errores, ensañamientos, etc.

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    2. Muy de acuerdo Gonzalo, también creo que es fundamental desde la especialidad trabajar con APS para poder traspasar lo aprendido en estas instancias como en la formación. Ya es sabido que en el pregrado no se prioriza la salud mental y luego en APS son pocos médicos los que quieren atender pacientes del programa.

      Catalina Zilic

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  3. Las lecturas de esta semana nos llevan a un recorrido por la historia sanitaria de Chile, en donde Carrasco nos narra que desde principios del siglo XX conviven diferentes formas de concebir las políticas sociales y de salud. Los criterios que se han impuesto en diferentes momentos de la institucionalidad se pueden comprender como el resultado de procesos de conflictos y negociación en relación a: 1) el rol del Estado y 2) el derecho a la salud pública.

    En la década de los 70s, al adoptar un modelo neoliberal durante la dictadura, trajo consigo una transformación social y por supuesto esto afectó en el modelo de salud. La creación de las ISAPRES, las cotizaciones individuales, entre otros cambios, aún siguen siendo factores que influyen en la toma de decisiones. Rose propone que la idea de un gobierno neoliberal del sujeto libre solo es posible en cierta condición social y cultural, a lo cual adhiero plenamente.

    Como legado de esto, actualmente pareciera ser que el espacio de los gobiernos queda convertido en una red, donde se hace difícil diferenciar qué es el Estado y qué no. Por otro lado, el objeto de gobierno queda ahora convertido en las condiciones de vida de las personas, donde también cuesta distinguir qué es lo que compete a la salud y qué no.

    Se plantea que la visión de la salud mental, como comunitaria, podría ser el camino para contribuir a que las personas, las familias y las comunidades alcancen y mantengan la mayor capacidad posible para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo. Ya que esta se ubica en la interfase entre las racionalidades de gobierno y las prácticas de provisión de servicios de salud a individuos y comunidades constituyéndose en un importante recurso de gubernamentalidad, concepto creado Foucault, que define esto como una serie de tecnologías que buscan alinear los fines de gobierno con las subjetividades de ciertas personas y grupos.

    Tanto por los avances ´´tangibles´´ ocurridos en los últimos años; como incorporar los problemas de salud mental, a la ley ges, ley de salud mental, adoptar el modelo comunitario, como por los esfuerzos de resistir (en el sentido foucaultiano) una constante exclusión, relatados por el Dr. Sepúlveda, hacen tener una visión más esperanzadora del futuro de la salud mental en Chile.

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    1. Cristian, coincido totalmente con tus planteamientos, el surgimiento de las isapres figura como un modelo mas que representativo del neoliberalismo y deja al ente privado como responsable de algo tan valioso como la salud de la población. considerando los dichos de Foucault, creo que se ha dejado de lado la subjetividad de las personas y la comunidad, se han realizado esfuerzos por lograr el ansiado bienestar, pero a su vez surgen nuevas necesidades comunitarias, que estamos excluyendo de forma no intencionada. sin lugar a dudas estas lecturas nos permiten notar estar falencias y repensar si realmente estamos imponiendo nuestra vision de salud mental y psiquiatria o estamos escuchando la voz de aquellos a quienes debemos ayudar.

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  4. Foucault.
    En los años 60-70 se manifestaron mucho sobre las libertades individuales, y es en esta clima que Foucault describe escenarios y analiza el funcionamiento de las redes de salud del entonces, redifiniendo el sistema de poder instaurado. No me impresiona que Foucault tuviere muy definido un polo político o una corriente dominante, si bien en algún momento expreso su admiración por Nietsche, creo que formo su propia corriente.
    Hizo múltiples estudios del sistema de poder, de las cárceles. Analiza la relación entre el poder y el saber y se pregunta como actúa el saber para articular el poder. Un grupo del poder establece una verdad, una verdad no absoluta, es quien define lo correcto y lo incorrecto, lo “Normal” y lo patológico, a través de esto el poder controla el pensamiento con la “normalización”, numerando y controlando a los individuos para cumplir su rol en la sociedad. Normalizamos a través del lenguaje según Foucault. Los saberes o discursos son frutos de determinadas condiciones. Las practicas sociales han creado un lenguaje que se apoya en definir a algo y su opuesto, definiendo al discurso, que alude a lo dicho o escrito.

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    1. La “locura es anormal” por lo tanto define la normalidad, dice. La gente normal discute la anormalidad obsesivamente. A través de la anormalidad se establecen las relaciones de poder sobre la sociedad teniendo los normales poder sobre los anormales. El psiquiatra define al loco , el abogado al delincuente, etc.
      Escribe historia de la locura en Suecia, describiendo la exclusión mediante el confinamiento y el encierro “el gran confinamiento del siglo XVIII, en donde 1 de cada 100 parisinos fue encerrado. Locos, criminales y marginados sociales. Describe espectáculos horrorosos y la transformación a la cárcel.
      Menciona que ciudadanos irreprochables permiten el encierro , logrando este “mal sin limites”. La sociedad exige que al delincuente se le haga sufrir. Foucault describe además el cómo el formato de las cárceles se expande a los asilos, a las escuelas. Afirma que el capitalismo se perpetua a través del ejercicio de poderes “micropoderes” que está presente en cada esquina de la red social y que se ejerce de manera sutil en instituciones, organizaciones políticas, familias y lazos íntimos. Esta reflexión condujo a Foucault al concepto de sociedad disciplinaria, son los disciplinados que pueden garantizar la productividad, aceptación de las normas etc… Este modelo fue cambiando con la posmodernidad y el control se ve dominado por el hedonismo, el consumo , la tecnología.
      Crea el término “biopolítica”, planteando que la ideología requiere el control del cuerpo del individuo. Para la sociedad capitalista importa lo biopolítico. La función de la biopolítica es tratar de los cerebros se autocontrolen. La define como la implementación de acciones políticas sobre la vida en cuerpos de cada uno y en comunidades, poblaciones. El estado potencia capacidades biológicas e intelectuales de los individuos, la natalidad se adecúa al capitalismo y el biopoder tiene el objetivo de la gestión total de la vida. En nuestra experiencia personal hay distintos ejemplos de esto: El sistema genera vacunas que prolongan la vida y reducen la mortalidad por ejemplo , al sistema le conviene que hayan nacimientos y le es difícil costear con la tercera edad, al contrario de esto, en culturas orientales la tercera edad es fruto de sabiduría y se intenta preservar su calidad de vida como la mejor.
      Michel F. menciona que las relaciones de poder varían por la resistencia y la libertad ética es un modo de resistencia. Tal cual dijo Nietsche, el hombre de la modernidad es centrado en si mismo, incapaz de grandes deseos, evita el dolor y busca su propio placer.
      Su idea de que el poder es una red compleja y multidireccional define el escenario del siglo actual.
      Me quedo con la frase “ la salud mental opera como dispositivo de gobierno de la experiencia y su rol como tecnología ( conocimientos) , ampliándose a a gran parte de los ámbitos de la vida, como el empleo, la familia, las relaciones afectivas, etc y la relación que tiene con la biopolítica por la que la salud emerge como una estrategia y un procedimiento sobre la población que participa de una nueva técnica de poder mediante la que se establecen objetivos de control relacionados con la optimización de la vida para algunos. La salud mental es una tecnología, mediante la cual el gobierno se articula con los individuos y que opera como una matriz, recordando lo antes mencionado de Foucalt : los micropoderes que ejercen sutilmente.
      Pertenecer al nosotros implica el reconocimiento y la identificación de los atributos normativos ( lo normal , aceptado) comunes que definen la humanidad y un esfuerzo activo de adaptación a dichos cánones, y es aquí donde la libertad a mi parecer es dominada sutilmente y nuestras formas de operar nos llevan al camino mas aceptado, el que mejor nos adaptaremos y menos “Molestaremos” al resto, autobeneficiandonos en el camino.

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    2. Excelente reflexión Ale! Me pasó lo mismo con el concepto focaultiano de biopolítica, y la salud pública como tecnología gubernamental para ejercer control social.

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  5. El artículo Repensar la salud mental colectiva inicia con la siguiente cita: “La muerte no es democrática” de Byung-Chul Han. Tal como hemos visto en esta pandemia donde las muertes y los mayores estragos son para las personas menos “favorecidas”, serán ellos quienes a corto-mediano y largo plazo sufrirán las mayores secuelas que nos deje la pandemia. Esto nos obliga a repensar las estrategias de salud mental existentes y a plantear nuevas propuestas para hacer frente a los “tiempos (muy) difíciles” que se avecinan.
    Es por esto que resultaron esperanzadoras estas lecturas, pues se evidencia como en Europa y luego en Chile, grupos valientes y comprometidos con esta bandera de lucha lograron incluir la abandonada salud mental en parte de la discusión diaria, haciendo notar las necesidades y proponiendo alternativas de implementación, pese a lo arduo que fue el trabajo.
    Se destaca la contratación de psicólogos en APS, que pese a que no todas las casas de estudio contemplan una formación en salud mental comunitaria – y reconociendo esto como falencia- aún así, significó una valiosa oportunidad de acceder a atención a quienes más lo necesitan y a quienes por no poseer las patologías “mas graves” incluidas en el GES, quedaban un poco a la deriva.
    Me resultó inspiradora la frase “Entendemos nuestra práctica como actos de resistencia en un contexto que habitualmente tiende a la exclusión de los problemas de salud mental. Hemos resistido esa exclusión. En tal sentido resistir no es “aguantar” o “soportar” una fuerza, sino oponerse activamente, es decir enfrentarse y bloquear sus engranajes, ubicándose “en todas partes dentro de la red de poder” y si se pudiera poner negritas en el blog, destacaría “resistir no es aguantar o soportar, sino oponerse activamente”. Estoy segura que nuestra formación en psiquiatría comunitaria nos permitirá estar a la altura de los futuros desafíos.

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  6. LETRAS CHILENAS SOBRE SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN PERSPECTIVA FOUCAULTIANA

    En biopolíticas, gobierno y salud pública. Miradas para un diagnóstico diferencial. Se nos presenta como otra nueva instancia para comprender los procesos históricos y sociales particulares por los que atraviesa el manicomio como institución en Chile y como se fue estableciendo un nuevo modelo .

    Se menciona la mirada Foucaultiana que tenia para visualizar las perspectivas gubernamentales , en cual hacia referencia al gobierno como el resultado del pensamiento político reciente y del proceso a través del cual surgian realidades intrínsecas al arte de gobernar, que era el arte de ejercer poder en la forma y según el modelo economico . No era una cosa de imponer leyes, sino de utilizar múltiples tácticas y disponer de ellas para alcanzar objetivos .
    En Chile, el orden social al día de hoy persiste girando en predominio de las grandes élites tradicional y el Estado sirve como instrumento para la mantención de la estructura social oligárquica, usando la logica republicana y racional.
    La mirada médica de Foucault, es el resultado de procesos sociales e históricos en Europa, tales como la reorganización del campo hospitalario, la redefinición de la situación del enfermo en la sociedad y la relación entre la asistencia y el saber, todo lo cual llevará a que el conocimiento médico adopte una nueva forma.
    En lo referente al surgimiento de la psiquiatría como rama de la medicina, Foucault propone que el tratamiento moral, inaugurado por Pinel, es el que plantea la posibilidad y el deber de curar y rehabilitar a los sujetos recluidos, ya que sustituye la lógica del poseído por la lógica del privado de las altas facultades del ser humano.
    El texto nos menciona que un gran porcentaje de los mapuches que llegaban a Santiago fueron recluidos en la Casa de Orates.Se menciona a la “psicosis onírica”, “cuadro psiquiátrico que solo se dio en Santiago y que designaba a la patología en que se daban alucinaciones que mezclaban elementos de la cultura mapuche con elementos de la cultura criolla” .Aquí me gustaría detenerme ,”solo en Santiago , Una clara muestra de centralismo y de falta de integración intercultural por esos días .

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    1. Me llama la atención , pues creo que es un error sistemático que seguimos cometiendo , sobre todo hoy , en que Chile se convierte en un país cada día más intercultural con las nuevas migraciones .
      La llegada de la población haitiana al territorio chileno ha traído consigo una serie de desafíos para los servicios de salud del país. Estos desafíos no se reducen estrictamente a superar las barreras idiomáticas sino también a integrar, tanto en el diseño de políticas de salud como en la práctica clínica, las denominadas “diferencias culturales”, para los haitianos el vudú, desde una visión cosmocéntrica de la realidad, sitúa al sujeto dentro de un universo compuesto por ancestros, espíritus, y el mundo natural . Las concepciones de “persona”, “salud”, “enfermedad”, así como la clasificación de éstas, están compuestas por categorías naturales y supernaturales. El padecimiento psíquico, desde un punto de vista etiológico, puede encontrar su origen tanto en aspectos de la vida personal, familiar y social, así como también en aspectos espirituales. Respecto a estos últimos, las causas de la enfermedad podrían responder, en un primer nivel, a un desequilibrio con el mundo espiritual de los antepasados, mientras que, en segundo nivel, a posesiones espirituales o maldiciones recibidas. (Religión, vudú y salud mental: nuevos desafíos para los servicios de salud en Chile ).
      ¿A cuántos pacientes de origen Haitiano hemos encasillado en un diagnóstico psiquiátrico sin interiorizarnos en su visión cosmocéntrica? .
      Es por esto que el enfoque del modelo de salud mental comunitaria es sumamente importante , pues se pasa del sujeto a la comunidad, del hospital a los centros comunitarios, y del psiquiatra al equipo psicosocial , se toma la realidad , logrando interiorizarnos en terreno con la vida e interacciones de los mismos .
      Saludos y cariños a todos.

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    2. muy adecuada tu reflexión sobre la cultura inmigrante, estoy de acuerdo que muchas veces actuamos con prejuicios.

      saludos

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    3. Qué cierto lo que señalas, Constanza. Desde la perspectiva intercultural es un gran desafío trabajar en salud mental con personas provenientes de otras culturas. Se hace necesario tal vez en nuestra formación como futuros psiquiatras, tanto adultos como infantiles, el conocer al menos los elementos más importantes de la cosmovisión y paradigmas de las sociedades de nuestros principales migrantes, sobre todo cuando estas visiones pueden llevarnos a confundir cultura con psicopatología. Agrego, además, que esta perspectiva intercultural en nuestra formación debiese incluir a nuestros propios pueblos originarios, entendiendo la multiplicidad de universos que podemos habitar según nuestras raíces étnico-culturales.

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  7. Las lecturas de esta quincena ilustran el desarrollo de distintos modos de entender la salud mental y la práctica psiquiátrica en el mundo y específicamente en chile, donde nos entregan un recorrido de la implementación de diferentes modelos de atención en salud mental.

    La dictadura significó un cambio del modelo socio-político hacia el neoliberalismo, borrando las estructuras, diseños y valores que previamente habían sido acordados en una conjunción de saberes. En la vuelta a la democracia surge el desafío de replantear nuevas formas de entender las instituciones, incluyendo la práctica sanitaria relacionada con la salud mental.

    Se plantean los enormes avances logrados en el camino hacia una salud mental con enfoque comunitario (territorial, participativo, inclusivo, con respeto de los derechos humanos y las capacidades de los individuos de gestionar sus propios recursos), así como el desafío de un modelo psiquiátrico marcadamente biológico hacia una comprensión que incorpora el “cuerpo social”, considerando la relevancia de las circunstancias contextuales en la mantención del bienestar mental. Esto significó la inclusión de profesionales de las ciencias sociales en los equipos de salud, permitiendo una mirada más amplia de las causas y procesos salud-enfermedad.

    Es interesante como a partir de la descripción de instituciones como la encomienda, las casas de objeto público, la instauración de la “casa de orates” y de los hospitales psiquiátricos se señala una historia de modelos de coerción, sometimiento y dominación que se fueron “modernizando”, invitándonos a reflexionar en la manera en que aplicamos el actual modelo de salud mental comunitaria, explicitando el riesgo de simplemente replicar los mismos sistemas de dominación y control desde un saber hegemónico, con énfasis en el bienestar mental como un medio para la producción y la mantención de la economía (En conjunción con los valores neoliberalistas que impregnan la sociedad chilena en la actualidad).

    Es necesario volver una y otra vez a los valores del modelo de salud mental comunitario y mantener una mirada crítica de nuestra práctica. Agradezco las lecturas entregadas ya que me permiten cuestionarme y reflexionar si en mi quehacer clínico habitual estoy promoviendo la co-construcción del bienestar mental de manera democrática o estoy simplemente imponiendo una visión particular (dominante) de la psiquiatría.

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  8. Las lecturas de esta quincena nos remontan a la historia de la salud publica incluyendo la salud mental a nivel nacional, donde vemos a un chile que desde 1990 derrotando electoralmente a la dictadura, tras 17 años de violaciones constantes a los derechos humanos, y con una fuerte influencia de la hegemonía neoliberalismo, libra una batalla por el bienestar social, teniendo distintos protagonistas, y también una lucha acérrima con las limitaciones que el desarrollo y la desigual repartición de recursos nos han impuesto.
    Así el sistema de salud chileno ha experimentado diversas transformaciones, incluyendo también cambios radicales en la forma de ejercer la salud mental y psiquiatría, pasando desde atención vertical, con niveles de complejidad y relevancia acorde al nivel, a una salud comunitaria con presencia de nodos, los cuales presentan igual relevancia y se articulación de forma bidireccional, con punto central de articulación en el centro de atención comunitaria, y con foco central en la comunidad, usuarios y sus familias, así como rehabilitación e inclusión social, no solo recuperación, este enfoque comunitario permitió una mejor compresión y abordaje de la enfermedad y de la salud mental.
    me parece relevante mencionar como pese a los esfuerzos realizados por quienes allanaron el camino por el cual hoy transitamos el neoliberalismo ha dejado huella en nuestro sistema de salud, y lamentablemente significan una brecha importante en el crecimiento y mejoramiento de este, es así como aun tenemos una salud para personas con mayores recursos y otra para personas que carecen de ellos, persiste la existencia de las isapres que lucra de sobremanera con la salud de cada uno de nosotros, y un estado que ha actuado como garante de este sistema, ya que el neoliberalismo, le impide ejercer alguna acción sobre el mismo, a su vez muchas veces el estado ha respaldado los saqueos masivos de las isapres, por ejemplo dando un espaldarazo al alza de los precios de los planes de salud de la población.
    Considerando lo anteriormente expuesto, desde la vereda de la psiquiatría infantil y del adolescente, hemos sido testigos de las dificultades a las que se enfrentan los usuarios en este caso niños y adolescentes, además de sus familias por acceder a salud y educación, quisiera mencionar el caso de los niños y adolescentes dentro del espectro autista, ya que muchos reciben diagnostico tardío, además de esto el acceso a terapias en el servicio publico es complejo y escaso, en el sistema privado excesivamente caro, además de esto, resulta muy triste ver como los profesionales pese a realizar su mayor esfuerzo no cuentan con material de apoyo ni actualizaciones constantes. Quisiera en este contexto mencionar como en los colegios con PIE que hemos visitado, se puede evidenciar que no existen materiales, ni espacios físicos donde los niños puedan acceder a terapias, profesionales frustrados y atados de manos, sin contar con mas que ganas de ayudar a estos pequeños y sus familias, a sabiendas de que las únicas intervenciones que estos niños recibirán son las que ellos pueden otorgar en las escasas 8 horas semanales que el gobierno de turno estima que son necesarias para contribuir al bienestar de estos pequeños.

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    1. continuación:Dicho esto me parece viable aplicar el concepto de gubernamentalidad de Foucault, que define como una “serie de tecnologías que buscan alinear los fines del gobierno con las subjetividades de ciertas personas y grupos”, me pregunto en consideración de los cambios sociales, políticos, económicos etc., como ha sido posible no contar ya con valoración de la subjetividad de estos niños y sus familias, como se ha dejado de promover su bienestar subjetivo, me parece que es un momento histórico e importante en que de alguna manera debemos hacer visible las necesidades de los usuarios, y acercarnos a sus vivencias y opiniones, esto implica salir de nuestras box, y conocer a nuestra comunidad y sus necesidades, para de este modo conocerlos e intervenir donde es necesario.
      Es innegable que hemos avanzado, que ha existido un esfuerzo continuo en las ultimas décadas, lo cual se ha visto reflejado en el surgimiento de las garantías explicitas de salud, el modelo comunitario de salud mental, la inclusión de psicólogos en APS, sin embargo me parece que desde la infancia aun estamos en deuda, por ejemplo con el programa Chile crece contigo, el programa PIE, implementado sin la cantidad de recursos y profesionales necesarios, entonces me parece que existe un conflicto ético, en que entregas atención, pero resulta ser insuficiente y al intentar abarcar a tantas personas con los escasos recursos resultan infructuosos los esfuerzos realizados, manifestándose en compromiso de la salud de los niños, familias y profesionales.
      Pongo esto en la mesa en contexto del la conmemoración del día internacional de la condición del espectro autista, tenemos una larga batalla por delante… “ley de autismo ahora, inclusión e integración de la neurodiversidad, discapacidades en general, trastornos y patologías de salud mental”

      Paola Gonzalez Berrios
      R. Psiquiatría infanto-juvenil
      U. chile



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    2. Me parece tremendo lo que mencionas, sobre todo cómo existe esta desarticulación entre lo mencionado en iniciativas políticas y programas vigentes, respecto de la realidad de establecimientos educacionales que no cuentan con recursos humanos ni físicos para dar cuenta del adecuado acompañamiento de los niñes en general. Cómo esto finalmente repercute en sus familias y genera tanta inestabilidad en cuanto a qué esperar de los colegios donde cada quien piensa inscribir a sus hijes, y más aún, con la duda de cómo este sistema, con esta forma de funcionar, puede repercutir en el desarrollo evolutivo de los niñes. También creo que como personas que trabajan con personas, sobre todo aquellas personas en desarrollo, es urgente llamar la atención sobre esta realidad y empoderar a las familias y los niñes, para que muy pronto puedan desarrollarse programas a la altura de sus potencialidades.

      Nicolás Jonathan Melej Varela
      Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur

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    3. Concuerdo con lo que señalas, Paola, y agrego que también me preocupa de sobremanera la actual capacidad existente en la red en Chile para acompañar a familias, niños, niñas y adolescentes con DI (discapacidad intelectual). Hoy la madre de un niño con DI y condición del espectro autista a raíz de una patología cromosómica me señala cuánto miedo siente ella y las demás madres de niños con DI, como pese a su hijo estar inscrito en un jardín con programa de integración no hay una verdadera integración, no hay conocimientos ni herramientas en los equipos educativos para niños con necesidades educativas especiales.

      Esto me hace reflexionar sobre el capítulo del libro "Repensar la Salud Mental Colectiva", acerca de cuánto hemos avanzado pero cuánto falta aún en tema de articulación intersectorial, que si bien Chile Crece Contigo ha sido un tremendo esfuerzo intersectorial aún hay muchísimo que queda por hacer. En nuestro caso, desde la Psiquiatría infantojuvenil, el trabajo con el intersector, fundamentalmente (pero no exclusivamente) el sector Educación es prioritario, y me imagino que quienes trabajan en el sector Educación probablemente sientan lo mismo. Urgen espacios de diálogo, co-construcción de saberes, diagnósticos y planificaciones conjuntas entre quienes trabajamos en salud y en educación.

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  9. Muy interesante las lecturas sobre la continuación de la historia de la Salud Mental del país tras el período de dictadura. Es de valorar la magnitud de esfuerzos realizados por los gobiernos inmediatamente venideros por aunar iniciativas y aportar en el desarrollo político, económico y bienestar de las personas en todas las áreas. Pero al día de hoy es posible encontrar resabios de lo acontecido, aspectos que parece que no han sido abordados cabalmente.

    Un punto al respecto puede ser la división entre sistemas de salud privado y público, donde ya podemos notar muchas situaciones a destacar, pero en particular con salud mental es preocupante el hecho de que solo 53 (2,1%) psiquiatras atiendan por FONASA modalidad libre elección en todo el país. En otras especialidades también se da el mecanismo de “sociedades médicas”, donde los mismos profesionales que trabajan en un hospital público en un esquema de, por ej., 22 hrs acordadas con el Servicio de Salud, proceden a “ofrecer sus servicios” y hacer el mismo trabajo en otros horarios, a modo de “contratistas”, lo que evidentemente significa un gasto de fondos importante para el sistema público. Y así otros ejemplos. Con ello tenemos a la vista una tremenda ambivalencia del sistema, que finalmente termina entregando una atención de salud de mejor calidad para personas que pueden costearla.

    Tomando el concepto de Foucault de “gubernamentalidad”, quizá en este sentido es el mismo Estado, en particular, las políticas en relación a cómo se forman especialistas en Chile, cómo se calcula su sueldo, a qué plazas son destinados y cómo se fomenta su formación y continuidad en el sistema público, lo que propicia la existencia de ciertos grupos que alinean sus subjetividades con un objetivo específico, como son las “sociedades médicas” que buscan mejorar sus ingresos a costa del gasto del Servicio de Salud Público. Y quizá este mecanismo se repita para tantas otras situaciones, como el mantener fragmentada la continuidad de atención de salud entre sistemas público y privado, la poca integración entre políticas educacionales y neurodiversidades ya tan estudiadas por profesionales de salud mental, la poca integración entre equipos de centros de salud mental privados, etc.

    Nicolás Jonathan Melej Varela
    Residente de Psiquiatría Infantil-Adolescencia UChile, Sede Sur

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    1. nicolas, es interesante lo que planteas sobre la gubernamentalidad en relación con la formacion y continuidad de los especialistas en chile, donde por un lado vemos la creación de sociedades medicas que claramente vana en desmedro de la economía y la salud de los mas necesitados, y a su vez vemos un sistema de becas donde al finalizar la formación y realizarla devolución de la beca se precariza la retribución económica a los especialistas, recibiendo muchos de ellos sueldo inicial de medicina general, pese a ser efectivamente especialistas, esto moviliza y empuja a los profesionales al sistema privado de salud, lo cual claramente va en desmedro de la mayoria de los chilenos que pertenencen a fonasa, creo que el estado o especificamente el minsal, no escucha la necesidad de ambos sectores ( medicos y usuarios), por lo cual no es posible alinear las necesidades del gobierno, con las de la comunidad y profesionales del área.

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    2. Tienes un excelente punto, Nicolás, nunca había pensado que la formación médica y de especialidad podía ser un ejemplo de biopoder. De alguna manera no solo se reproduce la verticalidad y jerarquía cuando ya se ejerce como especialista (dicotomía sector privado vs público, centralización vs descentralización, hiperespecialidad vs visión integral de la medicina, etc.), sino también en nuestra propia formación de pregrado. Si se está formando a personas para tratar personas, ¿Por qué no se las trata como tal? Vemos en pregrado a especialistas reproduciendo violentas formas de poder hacia los becados, los becados a los internos, los internos a los alumnos, suma y sigue. Y estas mismas microviolencias en la formación médica se reproducen posteriormente entre médicos y otros profesionales de la salud, o entre médicos y pacientes. La salud mental, de alguna manera, busca romper con esta hegemonía de violencias, pero me queda la duda cuánto hemos superado esa jerarquía y antigua forma de estudiar, enseñar y ejercer la salud mental. ¿Será que realmente se está formando a personas para tratar con personas, tratándolos como personas? ¿Se trata a usuarios, becados, alumnos, docentes, etc. como verdaderos sujetos de derecho?

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  10. En los textos leídos esta quincena podemos ahondar en la génesis de los sistemas de salud en Chile y en particular en la forma de entender la Salud Mental y cómo ha ido evolucionando hasta el Modelo de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria, destacando la influencia de Michel Foucault quién con sus análisis críticos de la Medicina, la Psiquiatría y las Ciencias Sociales nos plantea cómo las relaciones de poder y conocimiento en la sociedad son claves en el proceso de salud y enfermedad en Salud Mental (y también en la salud física).
    Se comenta y analiza el sistema de Salud en Chile desde el tiempo de la Colonia, con sus asilos y casas de objeto público, cómo el quehacer médico era más bien de acompañamiento y cómo influyó los avances tecnológicos de mediados del siglo 19 en Europa en un cambio radical con el surgimiento de la anatomía patológica, la nosología y los avances y estudios de los signos y síntomas de las patologías predominantes. Además, destaca la gran influencia europea en la élite médica chilena (santiaguina) y los importantes cambios que hicieron en la formación médica en ese entonces sólo impartida en la Universidad de Chile. Los médicos adoptaron técnicas modernas para abordar los problemas. Los médicos de la época fueron categóricos en la importancia de la “Cuestión Social”, contando con el apoyo de intelectuales, aunque de pocos políticos en un comienzo, pero luego esta situación fue tan evidente, que paulatinamente se produjeron grandes avances en la organización de la Salud Pública, destacando entre éstos, la creación del Ministerio del Ministerio de Higiene, Asistencia, Trabajo y previsión Social, y la creación en 1952 del Servicio Nacional de Salud.
    Sin saberlo en ese momento, la intelectualidad médica estableció una estrategia que posteriormente Foucoult denominó Biopoder: en que lo biológico se refleja en lo político y la vida deja de ser algo que emerge o se termina por azar, sino que pasa a ser objeto de conocimiento y de intervención. Para Foucault la valoración y gestión del cuerpo vivo, y la distribución de sus fuerzas fueron tecnologías de poder indispensables para el desarrollo del capitalismo, que requería insertar de forma controlada los cuerpos en el aparato de producción, y ajustar los fenómenos de la población a los procesos económicos. Es decir, el capitalismo necesitaba cuerpos sanos como medios de producción.
    Otro concepto importante que nos entrega Foucoult es el de “Gubernamentalidad”, que lo define como un ejercicio estratégico en el control de la conducta ajena, más precisamente, “el conjunto constituido por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten ejercer esa forma bien específica, aunque muy compleja, de poder que tiene por blanco principal la población”. Es decir, cómo se logra influir y manejar la conducta de la población. Con respecto a la gubernamentalidad me parece bien particular lo que ocurre en Chile: durante los años sesenta y hasta 1973 se pone a la sociedad y a la comunidad en el centro del desarrollo, se valora la solidaridad y el entramado social. Lamentablemente la dictadura instaurada a través de la violencia en 1973, desintegra el entramado social, persigue y aterroriza a los agentes sociales y establece la salud casi como un bien de consumo, disminuye los aportes económicos a la previsión social, crea Fonasa en 1979 y el Sistema de Isapres en 1982, creando en la práctica una salud para ricos y otra para pobres y disminuyendo todo tipo de incentivos laborales para desempeñarse en el sistema público de salud.
    Continúa...

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    1. Continuación...
      Durante las últimas décadas se han hecho importantísimos aportes y mejorías en la política de Salud Mental entre las que destacan la desinstitucionalización, el aumento de las atenciones en APS y con la creación de Planes Nacionales de Salud Mental, el último de ellos en 2017 que abarca objetivos a desarrollar entre 2017 y 2025. Éste plan se basa en superar una visión funcionalista de la salud mental y tiene una gran influencia de Foucoult ya que profundiza en los determinantes sociales de la salud y curso de vida, asumen los problemas vinculados al género y a la pertinencia cultural, y se sitúan en el ámbito de la salud como un derecho. Abarca a la comunidad y a todos los niveles de atención.
      Finalmente, con la creación del plan AUGE (Plan de atención garantizada con garantías universales) se incluyen cuatro patologías de Salud mental (en un comienzo eran dos): Depresión, Trastorno Afectivo Bipolar, Dependencia de alcohol y drogas y el primer brote de esquizofrenia. Aquí podemos ver también una gran influencia de Foucoult en el sentido del biopoder, puesto que se incluyen las patologías que más daño causan con respecto al índice AVISA (años de vida o saludables perdidos), es decir, se busca evitar un daño en el cuerpo para que este cuerpo sano pueda seguir produciendo.

      Diego González Castro
      Residente de Psiquiatría Adultos
      Universidad de Santiago de Chile

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  11. Esta quincena propone la lectura de dos autoras nacionales sobre el desarrollo de la salud mental y psiquiatría chilena, a través de de una perspectiva focaultiana. Jimena Carrasco entrelaza los caminos de la medicina y la política chilena un concepto que postula Focault: la biopolítica como forma de ejercicio poder y control. En su primer artículo realiza un recorrido de la psiquiatría Chilena desde la época colonial, con los manicomios como institución con fines políticos para ejercer orden público disfrazada de estrategia terapéutica. Con la independencia y la conformación del Estado se inicia una lenta transición del ejercicio del poder, que se traduce en un cambio de enfoque de quienes nos dirigen, que se basaban inicialmente en lo territorial, hacia el ser humano: surge entonces la gubernamentabilidad. Paralelamente a esto, bajo la directa influencia europea y gracias al nacimiento de la anatomía patológica se reorienta el camino de la medicina hacia una metodología científica. Así, el gremio médico gana estatus social y se adentran en roles políticos, inicialmente asumiendo cargos directivos de hospitales hasta llegar a intervenir en reformas públicas, proyectos legislativos y asesorías técnicas que buscan el establecimiento de la salud como política pública. La psiquiatría por su parte, aportó especialmente en el componente social como determinante de salud. Augusto Orrego Luco problematizó la industrialización al identificarla como causante de enfermedades mentales.

    Con estos componentes se conforma un proyecto biopolítico nacional, en donde gobierno y profesionales de salud se alinean en pos de un fin común: mejorar condiciones de vida, prevenir y tratar las enfermedades del pueblo. Que es lo que requiere realmente un gobierno? Mantener una mano de obra sana y productiva para favorecer el crecimiento económico, ejercer control con propuestas de normalidad/anormalidad y salud/enfermedad. Resulta interesante obsevar como este proyecto biopolítico ha ido cambiando, adaptandose a distintos gobiernos, momentos históricos y modelos económicos.
    A través de los textos estudiados me hes posible concluir que la medicina, y en nuestro quehacer en particular, la salud mental y psiquiatría comunitaria se conforman, bajo el concepto de gubernamentalidad de Foucault, en un acto político, una forma de intervención social.

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  12. En esta ocasión la lectura no sólo me planteó interrogantes en algunos textos, sino que también las respondió de inmediato y la reflexión se fue construyendo sola. Tras las lecturas me queda la sensación de que Focault puso en términos o definiciones concretas todo lo que hemos venido analizando y focalizando con mirada crítica desde el inicio de este curso de una forma muy lúcida.
    Extraje la primera cita del libro “Repensar la Salud Mental Colectiva” porque creo que apunta claramente al objetivo al que aspiramos, talvez muchos crean que se trata de una utopía, sin embargo los esfuerzos siempre deben estar dirigidos hacia el bienestar colectivo y hacia el ejercicio de una Salud Mental basada en el bienestar cotidiano, dentro de un contexto que empuje al ciudadano hacia el desarrollo del ser dueño de sí mismo, cuestionando la estructura imperante para así construirse sus propios modelos de ser, más que alienarse a lo establecido ciegamente intentando “encajar- enfermar”.
    “Se puede afirmar que las bases fundamentales que determinan el bienestar y el progreso de los pueblos son precisamente un buen standard de vida, condiciones sanitarias adecuadas y amplia difusión de la cultura en los medios populares. (...) El hombre, en sociedad, no es un ente abstracto: nace se desarrolla, vive, trabaja, se reproduce, enferma y muere, en sujeción estricta al ambiente que lo rodea”. Dr. Salvador Allende Gossens.
    Salvador Allende describe en este extracto Salud Mental sin mencionarla, porque finalmente esta se extiende a toda actividad y modo de existir del ser humano y esto debe ser sustentado en un modelo económico que se ajuste precisamente al bienestar y el progreso de los pueblos, pero respetando lo esencial en el ser humano y que por ser esencial debe ser constituido en derechos concretos operacionalizables que permitan asegurar el piso para un desarrollo justo y sustentable.
    Se define en los textos “Gobernar” como el “Arte de ejercer el poder en la forma y según el modelo de la economía… “o “Ejercicio de poder sobre un objeto que se busca controlar, ósea la población” desde su etimología ya el hecho de “Gobernar” nos viene a socavar una parte importante de la salud mental, pues somos los gobernados por el Neoliberalismo transformado en ideología que se apoderó de la forma de ser sociedad y por ende de la forma de ser humanos. En esta línea, es que vino a emerger el Proyecto Biopolítico que se gestó en nombre del “orden y el progreso” que necesita cuidar de la fuerza de trabajo, he ahí las raíces de los avances de la medicina y el nacimiento de la Psiquiatría en particular, capaces supuestamente de crear progreso a través de la “regulación” del cuerpo y la mente. Si pensábamos que estábamos progresando estábamos equivocados, al menos no estábamos avanzando a pasos agigantados y mucho menos avanzando hacia el progreso de los pueblos; no al menos a ese progreso que el pueblo había definido y por el cual unos pocos o tal vez muchos, pero no los suficientes se levantaron. No hacíamos más que repetir el colonialismo donde a cambio de fuerza bruta el patrón nos “protegía” del supuesto caos, manteniendo el control sobre todos los aspectos de nuestras vidas. En este sentido me parece una trampa difícil de derrocar que el valor de la salud y en lo que nos compete el de la Salud Mental, resida solamente en su valor económico, comprendo que, desde entonces, esto ha sido el germen que ha ido dejando el capitalismo para el control de las masas, a través de la venta de la salud para estar en óptimas condiciones y así seguir produciendo para aquellos que nos la venden, paradójico e inaceptablemente injusto.

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    1. La salud entonces se va gestando en un campo de fuerzas en que hay muchos intereses desprovistos de valores y derechos deviniendo su interés en el concepto que se denomina “Biopolítica” y desde aquí me parece justo que se reconozca abiertamente el carácter político de la Salud Mental. Aún hay quienes defienden lo biomédico como una doctrina imperante, haciendo el foco completamente en ello sin mirar las biografías en los contextos del ser. La Biopolítica es una bofetada para esa forma de hacer foco cuando tenemos adelante una persona consultando por un “Trastorno Mental”. A través de este concepto se nos deja claro como lo biológico fue constituyéndose en político, siendo entonces la Salud una estrategia política, una forma de control sobre nuestro cuerpo y nuestra mente.
      Posterior a la dictadura se generó un cambio radical en la sociedad, comenzando a forjarse un modelo de ser y hacer basado sólo en relaciones comerciales, relaciones desprovistas de derechos inherentes al ser humano, desde entonces el poco entendimiento de lo que significó este cambio para sus propias victimas ha sido caldo de cultivo para el empeoramiento de la salud mental, ya que esta se ha sostenido sobre un nuevo sistema de creencias productora de nuevos mandatos sociales que al estar desnuda de esos valores y derechos inherentes nos va a enfermar queramos o no. El capitalismo está exigiendo que nos adaptemos a su forma de gobernar y ha transformado la salud en una forma más de adaptación al orden social que impera, nos pide nos “regulemos” término de moda en Salud Mental “Regulación emocional”, “autorregulación” que no termina siendo más que ajustarnos para rendir, generando un entramado de ciudadanos obedientes que no cuestionan los mandatos sociales imperantes que nos hacen daño y erosionan la sociedad, permitiendo que estos se continúen transmitiendo de manera transgeneracional legitimándose para seguir reproduciéndose.
      A propósito de lo que está ocurriendo hoy en nuestro país, creo que todos quienes han salido de las sombras para luchar y cambiar el sistema han comprendido que todo lo que compete al ser humano es político, es por ello que exigen igualdad de derechos, porque el sistema que tenemos por ambiente ha quebrado la salud mental del pueblo y espero que todos aspiremos a transformar nuestra sociedad hacia un camino colaborativo más consciente y critico he ahí de mi consideración donde reside el valor del entendimiento del concepto lúcido y concreto de “Biopolítica”.


      David Ibarra G.

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  13. Agradezco las lecturas de esta quincena pues nos amplían una mirada crítica de lo logrado y lo por lograr en Psiquiatría y Salud Comunitaria, incorporando los conceptos foucaltianos de biopoder, biopolítica y gubernamentalidad.

    En este punto y dadas las lecturas considero que puede ser irreal aspirar a una forma de construir sociedad que no tenga algo de biopoder. Tal vez biopoder no es la mejor palabra, pues está relacionada al control que ejerce el espeso entramado que "atraviesa aparatos e instituciones", pero también señala Foucalt que esas mismas relaciones de poder pueden "(construir) la formación del enjambre de los puntos de resistencia", y que " es sin duda la codificación estratégica de esos puntos de resistencia lo que torna posible una revolución".

    Por lo tanto un biopoder "bien utilizado", un biopoder con bases en la misma sociedad, y que aspire a su "bienser" puede ser una forma de organización comunitaria que permita la construcción de ese mundo visualizado como "más humano, solidario, participativo, fundado en la justicia social y los derechos humanos, en otra estética y ética de la vida, en el intercambio armónico con la naturaleza y el medio ambiente", como se señala en la tapa del libro "Repensar la salud mental colectiva".

    Como se señala en el capítulo del libro ya citado, escrito por el Dr. Rafael Sepúlveda, finalmente el poder co-construir saberes desde diversos sectores e incluyendo los conocimientos de las ciencias sociales puede ayudarnos a influir en los discursos prevalecientes en la sociedad e ir en pos de ese mundo visualizado más arriba. Por eso creo que el biopoder puede ser bien utilizado no como herramienta de control, sino de organización social, generando aquellos puntos de resistencia que generen la masa crítica para el cambio paradigmático que tanto necesitamos.

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    1. Me gusta mucho lo que nos compartes con respecto al biopoder bien utilizado. Siento que estamos encaminados en eso y por otro lado que tengamos la posibilidad de realizar este diplomado nos entrega muchas herramientas y conocimientos para poder compartir en nuestros futuros lugares de trabajo fomentando un mundo más humano.

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  14. Interesantes las lecturas de esta quincena, las cuales nos sitúan en la historia de nuestro país y muestran los cambios y avances que ha tenido la SM principalmente post dictadura, notándose el gran trabajo que se ha realizado por mejorar y reformular la practica clínica en relación a como abordar los temas de SM y apuntando al desarrollo de servicios comunitarios, para así poder entregar mejores herramientas para la recuperación e inclusión social de las personas dentro de su misma comunidad y apoyados de manera más activa por sus familias.
    A pesar de estos avances, y que el Estado está al tanto del peso e impacto que tienen los problemas de SM, este sigue permitiendo que la salud y sobre todo la SM, siga siendo vista como un mercado y se vea al sistema comunitario como una estrategia gubernamental, lo que mantiene las diferencias abismales entre el sistema público y privado con el supuesto fin de mantener la buena gestión y optimización de recursos financieros, y tal como menciona mi compañero, Nicolás Melej, un ejemplo claro de ello tiene que ver con la especialización del recurso humano. ¿Por qué será que son tan pocos los cupos para formas psiquiatras a diferencia por ejemplo de pediatras, internistas, etc.?, será que el Estado y los gobiernos de alguna manera mantienen esta brecha para continuar con un mercado que deja bastantes ganancias al sistema privado, pues el costo por mantener intervenciones relacionadas con el área de SM son carísimas, para qué decir las orientadas a terapia infantil.
    Finalmente, quisiera mencionar que no me cabe duda que quienes han trabajado en los gobiernos post dictadura, por crear e intentar instaurar el plan nacional de SM y modelo comunitario, lo han hecho desde la intención genuina de querer otorgar un mayor acceso a las personas afectadas por enfermedades o problemas de SM, y tal como se menciona en el documento del Dr. Sepúlveda, toda la lucha por incorporar y visibilizar los problemas de SM, son actos de resistencia en este contexto y sistema que tiende a excluir, ocultar y marginar. Afortunadamente desde el estallido social y con la pandemia, estos temas han tomado un gran peso, ya no son temas tabú y probablemente (espero) durante los próximos años se mejoren las intervenciones relacionadas con el modelo de salud mental comunitario y no sólo en APS o Cosam, sino también en otras áreas como a nivel de sistema educacional.

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    1. Concuerdo contigo yeaninne y también me hace pensar porque a pesar de toda la evidencia, la salud mental no es una prioridad, los costos de las terapias son muy elevados e incluso las instituciones privadas se pueden dar el lujo de no atender pacientes por tratarse de una patología psiquiátrica.

      Además la formación en cuanto a salud mental comunitaria en el pregrado es prácticamente nula en muchas universidades, lo que genera mayor inequidad en cuanto a las atenciones que se generar en algunos dispositivos de APS.

      Catalina Zilic Biel

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  15. El concepto del poder que concibe Foucault es central a lo largo de su obra, y suele ser objeto de innumerables interpretaciones. Bajo el llamado a concebirlo como una estrategia y no una posesión, la figura de la autoridad y la gobernabilidad se revelan como una estructura ficticia, un teatro con consecuencias reales. Plantea que posterior a la articulación de las democracias modernas, el aparataje de gobierno debió evolucionar desde el “conveniente” sistema monárquico, con un rey como garante final de todo el sistema, incluyendo las dinámicas del poder judicial, cobro de impuestos y los valores nacionales entre otros. Los actos realizados por los heraldos del monarca, cabían siempre bajo el rol divino de este, que garantizaba que el poder era ejercido por voluntad de Dios, lo cual no podía utilizarse en la puesta en marcha del gobierno de las mayorías. En esta nueva era, los gobiernos deben utilizar otras retóricas para poder justificar su funcionamiento, en especial en lo respectivo al manejo de sus provincias, y una de estas medidas fue bajo el rol colonizador de la modernidad.
    Como plantea Carrasco, una de las maneras en que Europa mantuvo su hegemonía cultural hacía sus colonias, fue a través del desarrollo de las ciencias, las cuales se instalan como verdades absolutas generadas por la avanzada sociedad europea, siendo entregados como manuales de modernidad hacia el mundo. Una vez los territorios fueron independientes, estas verdades, este sistema jerárquico de la creación de la realidad, mantuvo la influencia cultural del viejo mundo permitiendo el ejercicio del poder de manera unilateral. En el caso específico de nuestra labor como psiquiatras, nos vemos sometidos al pensamiento impreso en alguno de los manuales diagnósticos (DSM o CIE) que emanan desde el hemisferio norte. Lo que se vea en EEUU o Europa, debe ser homologado en el tercer mundo, que utiliza estas herramientas no solo para entender su realidad, si no para crearla a su imagen y semejanza. Esta dinámica en que nos vemos inmiscuidos, podríamos denominarla como inherente de la globalización posterior a la segunda guerra mundial, que bajo el entusiasmo de propulsar una lealtad hacia la ciudadanía mundial, entrega estabilidad y gobernabilidad al globo en una nueva forma de vasallaje.

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    1. Dentro de esta gobernanza, el uso de la salud mental como bandera de lucha merece un análisis aparte, bajo la mirada más cínica de la lógica foucaltiana. Este término, podría ser visto inicialmente como un progreso postmoderno en que se enjuicia a la psiquiatría de ser un modelo poco integrativo de la psiquis humana, centrada en su defecto más que en su funcionamiento óptimo, con claras pretensiones de vigilancia y castigo. Si bien este primer afán parece liberador, el término ha sido utilizado con un rol político diferente a través del aparataje de gobierno, transformando su esencia en un valor económico y publicitario. Por un lado, si no hay salud sin salud mental, el asegurarla a la población es una necesidad para mantener el aparato productivo. El bienestar psíquico se vuelve una necesidad económica para los dueños del capital, una necesidad que debe tener en cuenta el gobierno para asegurar los mínimos necesarios del funcionamiento del mercado, mercado que, a su vez, monetiza el término como un ideal escaso, vendible a través de seguros de salud, más y mejores psicofármacos, terapias más efectivas y largas.
      Las formas de ejercer el poder no solo se ven reflejadas en las políticas de gobierno o el eurocentrismo de las ciencias, también debe ser develado en relación con nuestros pacientes, en la forma que nosotros utilizamos estas herramientas para efectuar diagnósticos, tratamientos o sentencias, aportando al flujo del poder en el sistema. Esta evaluación personal es la clave para entender que nuestra labor tiene posibilidades liberadoras, en medida que utilizamos estas estructuras no para imponer una realidad ajena a nuestros pacientes, si no que hacernos cargo de su malestar en función de sus propias expectativas. No podemos funcionar ajenos al modelo biopolítico, pero debemos buscar nuestras formas de ejercer nuestra labor fuera de su lógica.



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  16. Las lecturas de esta quincena vienen a reforzar los conceptos adquiridos en lecturas previas sobre la evolución del concepto salud mental y Psiquiatría comunitaria en Chile, donde se evidencias los procesos de transformación política/social/médica desde la colonia a los tiempos actuales del enfoque comunitario. Se enfatiza en cómo la dictadura marcó un antes y después y lamentablemente significó el “congelamiento” de innovaciones iniciadas previas al golpe, que se retomaron muchos años después.
    El texto de Jimena Carrasco comienza mencionando al manicomio como estrategia de control y poder, que permitía a su vez una nueva mirada sobre los sujetos mediante la clasificación vigilancia y supervisión, convirtiéndose así los habitantes del manicomio en un objeto de conocimiento y desde donde surge un saber experto de él. En Chile el manicomio también fue atravesado por procesos históricos durante la colonia con la territorialidad y los señoríos, por tanto a los “los vagos” (sin señorío) se les trataba con estrategias de control espacial y social procurándoles un espacio que reemplazara la casa señorial, surgiendo así las “casas de objeto público” las que fueron incorporadas a la lógica de control desde el Estado. Se pasa, según Foucault a la idea de Gobierno. Con esta idea de gobierno aparece la población como “sujeto de necesidades y objeto de intervención”, es decir, se ejerce el poder sobre un objeto que se busca gobernar (controlar); el sujeto es convertido en objeto de control. A partir de 1832 los hospitales y asilos (diferentes a las casas de objeto público) pasan a manos un administrador y con ello se estableció una supervisión parcial del Estado sobre estos establecimientos. Se habla de la Casa Correccional de Santiago, lugar donde se realizaba la corrección moralizadora mediante la enseñanza de un oficio para hacer productivos a los reclusos y así mantener económicamente a la institución.
    La medicina, por su parte, basaba su quehacer en conocimientos importados desde Europa; con la anatomía patológica y nosología surge la clínica médica. También con la llegada de médicos europeos se instala el discurso de la modernidad y la necesidad de enseñar medicina basada en el estudio de la anatomía, surgiendo nuevos planes de estudio en esta dirección. En 1960 cambia el estatuto de los médicos quienes ahora se les considera para la dirección de los hospitales y con ellos se logra además la incorporación de la educación médica en los hospitales. Nace la psiquiatría inspirada en Pinel, se introduce la idea de “tratamiento de los insanos”. La casa de Orates de Santiago comenzó a convertirse en un lugar de encierro moralizador y disciplinario incorporando técnicas de la psiquiatría y el tratamiento moral europeo. El médico inglés Guillermo Benham, incorpora el trabajo como terapia. Así, la “locura” pasó a ser objeto de la medicina.

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    1. (Continuación)
      Luego desde las ciencias sociales, se hace pensable la sociedad como un organismo en que se podía localizar el origen de las enfermedades mentales “la cuestión social”. De esta forma los inicios de la psiquiatría en Chile están muy ligados a la cuestión social, previamente a ésta, el Estado no se implicaba en la salud de la población, pero luego, surgió la necesidad de cuidar la fuerza de trabajo. Foucault denomina esta preocupación del estado mediante intervenciones y controles, la “biopolítica de la población”. Esto sentó las bases para el desarrollo del capitalismo, que “requería insertar de forma controlada los cuerpos en el aparato de producción y ajustar los fenómenos de la población a los procesos económicos”. El concepto de Biopoder según Foucault se instala; lo biológico se refleja en lo político y la vida pasa a ser objeto de conocimiento y de intervención. En Chile existió un proyecto biopolítico surgido en su mayoría de médicos e intelectuales ante la necesidad de adoptar técnicas modernas para abordar los problemas, concibiendo la modernidad como” rescatar la vida humana de las condiciones que la dañan como fuerza laboral”. De este modo se van transformando las formas de tratar a los enfermos mentales, “el psiquiátrico industrial…donde se recupera y se cura a los pacientes para un nuevo sistema económico, que necesita una mano de obra sana.” La gubernamentalidad en Chile sufre una transformación importante entre 1938 y 1952, donde se da un proceso de expansión de los sistemas de protección social. Luego con Allende se alentó una gran producción académica acerca de la marginalidad y la pobreza convertida en técnicas de intervención. Pero con Pinochet se introdujeron políticas orientadas a la privatización y dar la responsabilidad a los propios individuos de su salud, adoptándose medidas neoliberales donde se priorizó el derecho a la propiedad privada y un rol subsidiario al estado. Con la vuelta a la democracia y más tarde, se establecen las GES, mejorando el acceso, cobertura y calidad, priorizando los problemas de salud basados en los AVISA: “Los sujetos de intervención ya no son exclusivamente quienes sufren una enfermedad mental sino todos quienes tienen posibilidades de padecerla y especialmente los en edad productiva”. Se menciona en el texto de Sepúlveda, como el primer gobierno posterior a la dictadura tuvo que hacerse cargo de demandas como la justicia y reparación y haciéndose necesario incorporar a los servicios de SM los derechos humanos. A partir de la década de 1990 nace la primera versión del PNSMP que comienza con la desinstitucionalización de los pacientes psiquiátricos e incorporando el enfoque de comunidad. La intervención social en SM y psiquiatría adopta este enfoque y la planificación de políticas sociales incorpora aspectos subjetivos como características personales, genero, raza, etnia, etc. Se tiene el pensamiento de que el crecimiento económico es el medio para la superación de los problemas sociales y por tanto las intervenciones en los sujetos de los sectores marginados cumplen el fin de integrarlos a una sociedad de individuos competentes para la modernización y el crecimiento.

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    2. Podemos ver cómo la salud mental fue entendiéndose paulatinamente como la conjugación de múltiples factores psicosociales y no solo biológicos, y fue surgiendo la Intersubjetividad que valida a ciertos “agentes para intervenir y controlar capacidades competencias y voluntades de los sujetos”, lo que demuestra esta mirada del otro no como un igual sino como algo (objeto) problemático que debe corregirse. Desde Foucault se da una mirada crítica a este recorrido histórico, donde es posible entrever que hemos avanzado hacia una dirección más comunitaria y social pero sigue existiendo a la base un mecanismo de control y criterio económico en la medida que buscamos con nuestras intervenciones la productividad de las personas. De esta manera concuerdo con mi compañero Nicolás González, en que existe un riesgo de replicar los sistemas de dominación y control, que ahora se esbozan más sutilmente en el nuevo modelo. De ahí la importancia de reflexionar en torno a este tema y mantener una actitud crítica frente a los saberes que aplicamos en nuestro quehacer diario.

      Claudia Aguayo

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  17. Hola a todos!
    En esta revisión de temas tenemos dos conceptos fuertes y que llaman la atención, por un lado, ya con otra mirada, se vuelve a mostrar parte de la historia de la psiquiatría y como ha sido el desarrollo de esta en Chile, principalmente en los últimos 50 años. El otro punto tiene que ver con estos conceptos que Foucault incorpora respecto al uso por parte de los gobiernos de los sistemas de salud para de alguna forma someter a la población en pos de un objetivo, que redunda en el modelo neoliberal y en tener población que pueda permanecer "sana" para ser miembros activos de este modelo, participantes, "útiles".
    El reflejo de lo ocurrido en Chile es muy decidor, en como el contexto político va dando las bases para el desarrollo de la salud y específicamente de la salud mental que se entrega a la población. El fin de la dictadura militar en 1990 trae por lo tanto, una serie de transformaciones, cambiando las prestaciones centradas en 4 grandes hospitales psiquiátricos al desarrollo de una red temática de salud mental, en una red general bajo la orientación del modelo comunitario. Lo interesante es la forma de ver este cambio, como lo describe el Dr Sepúlveda con la siguiente frase:
    "Estas transformaciones en el ámbito de la salud
    mental en Chile pueden leerse en clave fuocualtiana en la
    dimensión gubernamentalidad/resistencia, como actos performativos,
    como utopías emancipatorias, entre otras lecturas
    posibles, esto para entender sus logros y limitaciones, y
    sobre todo - desde la perspectiva de quien escribe este texto-,
    para reimpulsar su carácter transformador y de justicia social".
    Se hace con esta lectura mas clara la dimensión gubernamentalidad/resistencia, siendo la aparición de esta red de salud bajo el modelo de la psiquiatría comunitaria una muestra de transformación, de rebelarse respecto a lo que estaba instaurado ya durante la dictadura militar. Sin embargo, se describe que este desarrollo de políticas, planes y programas bajo esta nueva etapa de gobiernos de centroizquierda persiste con desigualdades, sigue siendo parcial, asimétrica y sin la profundidad ni avance suficiente para persistir y asegurar su perfeccionamiento y transformaciones.
    Finalmente es destacable que mas que la psiquiatría comunitaria mas que una practica de control o de resistencia y emancipación, permite ver a la persona en toda su amplitud, tanto en su motivo de consulta o psicopatología, hasta el contexto en que se desenvuelve y como este tiene influencia sobre él, permitiendo profundizar el criterio de análisis, ampliando el campo de trabajo y buscando que el usuario pueda protagonizar practicas emancipatorias y nosotros también.
    Saludos

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  18. Existe un interesante ejercicio de observar la practica de la Salud Mental desde las perspectivas del biopoder, ya que es a travez del cuestionamiento honesto y sistemático de nuestras prácticas es que podemos descubrir sus sesgos y claroscuros. ¿Quién ejerce entonces el poder cuando ocurre la interacción asimétrica propia de los espacios sanitarios?

    Planteo al pregunta sobre quién ejerce el poder y no qué poder se ejerce ya que el conocimiento que respalde una u otra decisión es tan variado como dispositivos de salud mental existen, esto actualmente ocurre en forma ecléctica a pesar de las directrices nacionales ministeriales, y quizas si el desarrollo territorial de estas practicas fueran la causa de esta variedad no estaría mal, pero clásicamente han sido las escuelas de psiquiatría, al alero de grandes Manicomios, quienes han formado diferentes formas de como hacer la psiquiatría en Chile, y es allí donde clásicamente se construido el sujeto de estudio en torno a la salud mental.

    Es mi opinión de que en esa pregunta reside en gran parte la legitimidad que puede tener la práctica sanitaria actual. Un problema profundo de nuestra práctica es que esta nace como un ejercicio de autoridad, alienista y segregador. Una herencia que al día de hoy no ha sido plenamente renegada, en algunos casos ni siquiera superficialemente. E impresiona que hoy en dia los contrapesos al poder médico son prácticamente nulos y los ejercicios para democratizar los espacios de salud en forma institucional, así como potenciar las formas compartidas de tomas de decisión responden también a esfuerzos individuales.

    Justamente hoy 2 de Abril que se conmemora el día mundial de la Concientización del Espectro Autista es que se enfrentan distintas caras de este mismo conflicto. El concepto de neurodiversidad acuñado por agrupaciones de personas autistas para significar las formas diversas del funcionamiento neurocognitivo, escapa así del paradigma salud/enfermedad o funcionalidad/discapacidad. Un nuevo conocimiento aparece, en contraposición la visión capacitista de la salubridad moderna, del funcionamiento, de la gobernamentalidad. Y según el relato de personas autistas es que llegar a un espacio sanitario donde la neurodiversidad se incorpore como un concepto valioso es en si una odisea más de un mundo alista.

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  19. Estos textos de Jimena Carrasco ayudan a entender mejor cómo y por qué aparece el actual modelo de salud mental y psiquiatría comunitaria.



    Se asume que la salud mental no es solo el resultado de factores biológicos, sino la conjugación de múltiples factores psicosociales, en los que juegan un rol fundamental las condiciones de la comunidad donde las personas viven. Las estrategias de intervención consideran acciones intersectoriales y participativas, así involucran a las personas, las familias, los grupos organizados de la comunidad y los servicios de otros sectores. Se debe rearticular la red social que fue dañada den dictadura militar a fin de que las personas, grupos e instituciones se hagan cargo de sus problemas. Los programas de SMPC deben privilegiar la atención ambulatoria por sobre la hospitalización. En este sentido se define a las personas como libres y autónomas, activas y responsables por su propio bienestar.



    Jimena Carrasco expone que la visión de biopolítica de Foucault se ha ido dislocando, modificándose la propia noción de vida. Ya que la biopolítica ya no tendría que ver solo con los procesos biológicos de la especie, sino que con hacer vivir y controlar las condiciones de vida de los individuos, es por esto por lo que la preocupación de las autoridades va hacia promover estilos de vida saludables, intervenir en nuevas esferas de vida que no son solo controlar tasas de natalidad y mortalidad. Las estrategias apuntarían a que las personas lleguen a ser autónomas y libres.

    Es importante destacar, que, pese a que somos una sociedad cada vez más egoísta centrada en el bienestar personal, sigue habiendo personas con pensamiento empático, queriendo justicia social y buscando el ayudar al otro. Esto ha hecho que las autoridades tengan cada vez más en cuenta la salud mental y así intentar avanzar para poder lograr el mejor potencial de las personas. Me gusta el concepto que usa María José Agüero cuando habla de despolitizar la salud y gobernarse a sí mismo, porque pone responsabilidad también en que cada uno la tenemos y somos capaces a la vez de aportar a la salud de los demás de manera colectiva. Cada uno de nosotros es responsable de la salud mental de nosotros mismos y de los demás, ya que todas nuestras acciones de diferentes maneras afectan a los demás, ya sea para bien o para mal.

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  20. Antes de todo agradecer las lecturas de esta quincena, ya que me ayudaron a tener una visión más amplia sobre lo que hacemos en general al estar dentro del entramado que es el servicio público de salud, al tener en cuenta los conceptos de biopoder y gubernamentalidad.
    Por un lado tenemos algo de lo que nos cuestionamos al principio del curso, sobre qué es la Salud Mental, de dónde viene y a qué pertenece, siendo finalmente según el texto y la lógica algo que no se circunscribe solo a la salud sino también a ámbitos sociales, y que ha sido usado para poder implicarnos en otras aristas de las vidas de las personas, de forma que el Estado nos solicita ahora que estemos atentos no sólo a lo biomédico sino que a las interacciones que se dan entre las personas y la norma que se estipula para la sociedad (sea a nivel de productividad, relaciones interpersonales, etc.).
    Me llamó mucho la atención como se compara la situación en la colonia con la actualidad, y cómo Jimena Carrasco hace énfasis en que en realidad se ha pasado de una forma de ejercer a otra, a pesar de toda la buena intención que tenemos con la implementación del Modelo de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria, seguimos siendo participes de una forma de control social, donde hay un ente que se trata de ver a si mismo como objetivo para poder ejercer poder sobre "otro" que necesita ser corregido de alguna manera para que se adecue mejor a la sociedad (ya sea del punto de vista productivo, de sus relaciones interpersonales o en su seno familiar). En lo personal, si bien decir que se ejerce el poder sobre otros individuos puede sonar como algo malo, creo que es importante la justificación de por qué se hace eso, y no creo que en la actualidad el ser más funcionales dentro de la sociedad sea sinónimo de simplemente ser más productivos para un modelo neoliberal, sino que el hecho de que las personas con dificultades puedan aprender a adaptarse a una sociedad (que también debe aprender a adaptarse a sus integrantes) significa que podrán mantenerse de forma autónoma y sin necesidad de ser dirigidos por terceros, junto con poder definir sus propios caminos en base a sus decisiones. En otras palabras, creo que para influir sobre otra personas, sea como tratantes u orientadores en sus problemas de salud mental, es necesario hacer un ejercicio de poder que tiene que ver con el conocimiento que tenemos que creamos pueda ayudar a los individuos, idealmente de la manera más horizontal posible; así mismo, pienso que es deber del Estado en efecto poder medir qué actividades son las más útiles y costo-efectivas, de modo de que los recursos escasos de presupuesto en salud se ocupen de la mejor manera para ayudar de forma efectiva a la mayor cantidad de población, ya que por definición los recursos siempre son limitados, y por ende hay que hacer lo que la evidencia dice que sirve.
    En relación a lo mismo, en el texto del Dr. Sepúlveda nos da una mirada de cómo ha sido el camino post dictadura en la concientización de la relevancia de la Salud Mental para las políticas públicas y el trabajo que se ha llevado desde 1990 a la fecha actual, donde se ha logrado implementar progresivamente un modelo de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria donde se ha puesto énfasis en las atenciones ambulatorias extrahospitalarias, con la implementación de los Planes Nacionales de Salud Mental y sus lineamientos, además de el desarrollo de una red temática de salud mental, que ha ido alineando las intervenciones desde el nivel central en base a lo que se ha visto más beneficioso del punto de vista de tratamiento y rehabilitación de quienes lo necesitan. Para lo anterior, se requiere necesariamente el ejercicio del biopoder a distintos niveles para poder instaurar éste tipo de modelo, además de poder medir sus resultados de forma que los gobiernos de turno lo respalden como intervenciones costo-efectivas para mejorar la Salud Mental de la población en general.

    Felipe González Figueroa
    Residente de Psiquiatría de Adultos
    Universidad Mayor - Sede Angol

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  21. Desde las primeras lecturas hemos podido construir el camino de la psiquiatría iniciado con el gran encierro para luego progresar, a un modelo integral con enfoque comunitario, tomando relevancia la intersectoralidad.
    Es así como en estas nuevas lecturas se nos lleva repasar este camino desde distintos enfoques y nuevos aportes. Se nos narra como la emergencia de la salud mental es parte inmanente del proceso de constitución de un proyecto de ciudadanía especifico, vinculándola directamente con una nueva forma de gobernanza mundial surgida en la postguerra. Esta asociación da cuenta del carácter político del entonces nuevo concepto que, no en vano, viene a sustituir otros como el de la higiene mental.
    Con el movimiento de higiene mental (contexto entreguerras) se produjo un nuevo objeto de intervención donde ya no se trataba simplemente de la locura o el padecimiento mental, sino más bien de la relación entre el individuo y la sociedad, y cómo las interacciones constitutivas de este vínculo podían favorecer o prevenir dichas manifestaciones. Surge en el Reino Unido en 1942 el Plan Beveridge, como primera planificación de seguridad social y que servirá luego, de modelo para una nueva forma de relación entre el Estado y la salud de su población. De esta forma la noción de salud integra la idea de equilibrio y supone una graduación en el estado integral de una persona que se conecta directamente con las condiciones de su existencia, condiciones que se consideran no sólo sociales sino también universales en tanto propias de lo humano, junto con una consideración de la salud más compleja que sólo la ausencia de enfermedad. La salud mental va apareciendo entonces como un modo de infundir un espíritu científico a los movimientos de reforma y reconstrucción de posguerra.
    Desde esta perspectiva los principios de la salud mental no pueden prosperar en ninguna sociedad a menos que haya una aceptación progresiva del concepto de ciudadanía mundial, el cual implica lealtad a toda la humanidad. Nace un nuevo modo de pensar el gobierno de la población y la construcción de los individuos donde la racionalidad biopolítica toma su lugar con toda propiedad y “el problema de la vida empieza a problematizarse en el campo del pensamiento político, del análisis del poder político” (Foucault). Se propone la creación de la Federación Mundial de la Salud Mental en relevo del existente Comité Internacional en Higiene Mental, buscando con esto dar un nuevo enfoque, donde el énfasis ya no estuviese puesto en la calidad de la atención a pacientes psiquiátricos, sino en la necesidad de proteger y fortalecer la emergente salud mental, que se vincula, como hemos visto, a una preocupación por la ciudadanía más allá de lo patológico.
    En Chile El orden social seguirá por mucho tiempo en torno al predominio de la élite tradicional y el Estado servirá como instrumento para la mantención de la estructura social oligárquica usando al lógica republicana y racional. El orden institucional al interior del hospital comenzó cuando éste entró a constituir un objeto de gobierno, que luego se conjugará con las transformaciones en la medicina y las lógicas de la corrección y el control social, para dar origen a la Casa de Orates en Chile.

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    1. La formación clínica en los hospitales era escasa y discontinua debido a las condiciones sociales y materiales de los recintos. Así, se optó más bien por una formación médica centrada en la cátedra, que reproducía el conocimiento médico que se generaba en Europa. Como consecuencia, el discurso médico continuó por varios años centrado en la descripción y clasifcación de enfermedades, es decir, en la nosología. Las causas de las enfermedades mentales se relacionaron con lo que se denominó “la cuestión social”, categoría con la que se designó una serie de problemas originados por el proceso de industrialización, que implicó una migración masiva del campo a la ciudad. Como consecuencia se empezaron a desarrollar focos de asentamientos de población migrante en las periferias de la ciudad, que se caracterizaron por el hacinamiento y la ausencia de urbanización. El doctor Orrego Luco fue uno de los primeros en proponer transformaciones en las formas de tratar a los enfermos mentales, imitando lo que ocurría en Europa. La llamada “cuestión social”, además de su estrecha relación con los inicios de la psiquiatría, tiene relevancia por haber sido una plataforma para los procesos de confguración de la intervención social y la salud pública en Chile.
      Podemos evidenciar que la “cuestión social” impactó y sigue impactando en gran medida en las patologías de la población. Durante mi ejercicio medico en un CECOSF en Ovalle, tanto las patologías infecciosas como de salud mental se veían en gran medida determinadas por el contexto social, donde la bronquitis padecida por un niño de 5 años en una casa sin ventanas (tapadas con plástico) en invierno o los trastornos del animo supeditados por la falta de recursos básicos, eran contextos que no podían ser excluidos al momento de la intervencion. Es aquí donde tanto la salud pública y modelo comunitario de la psiquiatría juegan un primordial papel.
      Por otra parte me gustaría comentar lo mencionado por mis compañeros sobre el ideal de salud. Me parece preocupante que aun hablemos de “normalidad”, durante la atención de pacientes en el CDT, una paciente me refirió con gran angustia: “siento que ya no soy normal”. Al momento de indagar en relación a su frase, relata que esto lo relaciona a no poder trabajar, lo que me hizo reflexionar sobre nuestra sociedad de producción… socialmente perdemos esta “normalidad” por no producir?. Así mismo, es de igual forma castigada socialmente la licencia por patología de salud mental, donde tener cualquier otra patología si es “causa valida” para no trabajar.
      Concluyo agradeciendo lo enriquecedor que resultan las lecturas sugeridas en casa entrega. Saludos.

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  22. La historia esta en todos lados y en ocasiones incomoda. Si estudiamos e investigamos nos damos cuenta de realidades brutales que permean la humanidad. Un acompañante constante a la historia del humanos es el sufrimiento y las enfermedades, dolor en cualquiera de sus versiones, tanto físico como emocional. Y nosotros en ese curso estamos explorando ambos puntos, el sufrimiento mental/emocional y su componente histórico, como se desenvuelve a lo largo de la historia de la humanidad.

    Los textos entregados nuevamente nos ofrecen explorar el surgimiento del concepto salud, bienestar y salud mental, pero mas que volver a ver esos temas, los lleva a la aplicación e instalación en nuestro país.

    Nuevamente nos recuerdan los fuertes daños a nivel social que llegan junto al neoliberalismo durante la dictadura militar y la dura transformación que se instaló para que las personas e instituciones se hagan cargo de sus problemas de manera individual haciendo desaparecer la comprensión de los problemas de salud como parte de un sistema social.

    Los posteriores gobiernos elegidos al término de la dictadura, aunque heredaron el modelo establecido en la constitución, de a poco van mostrando algunas modificaciones y vamos viendo críticas al modelo institucional. Hitos claves como la publicación del primer documento Políticas y Planes de SM en 1993 o finalmente la elaboración del Plan nacional de SM y Psiquiatría en el 2000 nos vuelven a acercar al enfoque comunitario. Nuevamente volvemos a conversar sobre que la salud mental no es solo el resultado de factores biológicos, sino la conjugación de múltiples factores psicosociales, en los que juegan un rol fundamental los determinantes sociales por lo tanto las estrategias de intervención van a considerar acciones intersectoriales y participativas.

    Evidentemente este proceso de transformación no ha sido fácil, tampoco tan simple como una linea continua de progreso, pero ciertamente es muy interesante ir aprendiendo de los logros y dificultades que se van presentando para así lograr entender la salud mental comunitaria como practica de resistencia.

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  23. En esta quincena recorremos la historia del sistema de salud chileno y como este fue modificado y reestructurado a lo largo del tiempo en base a la política del momento.

    Desde sus inicios 1837 mediante las casas señorial eran las que prestaban la estrategia de sanación mediante el encierro moralizador. Fijando el pacto entre la élite y la plebe, además de
    Luego la casa de Orates se reconoce como el lugar de encierro moralizador y de disciplinamiento de ciertos grupos. Aplicando técnicas de la psiquiatría y el tratamiento moral europeo en la realidad chilena.

    Se menciona el concepto de cuestión social como una categoría para designar una serie de problemas originados por el proceso de industrialización, generando una migración masiva del campo a la periferia de la ciudad con alto hacinamiento y ausencia de urbanización. Tiene relevancia por haber sido una plataforma para los procesos de configuración de la intervención social y la salud publica en chile.

    Previo al surgimiento de la cuestión social, la salud de la población no era una preocupación del estado. Solo eran obras de caridad de privados. La industrialización genera la organización de los trabajadores en asociaciones mutualistas (primeras formas de protección social en Chile, tenían reconocimiento legal del estado pero no recibian apoyo material de este) y el estado toma participación activa ya que reconoce que la medicina es una aspecto central en el bienestar del pueblo. De esta forma asegura el progreso del país.
    Aqui surge la Biopolitica de la población, donde segun Foucault la gestión del cuerpo vivo y la distribución de sus fuerzas fueron tecnologías de poder indispensables para el desarrollo del capitalismo. Insertando el cuerpo vivo en el aparato de producción y ajustar los fenómenos de la población a los procesos económicos.
    Biopoder, donde lo biologíco se refleja en lo politico y la vida deja de ser algo que se termina por azar, para pasar a ser objeto de conocimiento y de intervención. Se buscaba rescatar la vida humana de las condiciones que la dañaban como fuerza laboral.

    La constitución política de 1925 proclamó como deber del estado la mantención de un servicio de salud publica destinado a cuidar el bienestar higiénico de la población.
    Entre 1938 y 1952 se expanden los sistemas de protección social, incluyendo los principios de prevención.
    1946 se crea el Servicio nacional de Salud, generando una reconceptualización de la función social del estado en materias de salud, donde se juntan las diferentes instituciones de salud bajo una misma logica de estado

    En la dictadura militar, se estableció un nuevo sistema general de prestaciones, donde el sistema se configuró como mixto; existiendo un fondo de cotización estatal y otro privado, asi como centros de atención públicos y privados.
    Las acciones de los SS debían ser subsidiarias y focalizadas , asistiendo de manera directa los problemas puntuales.
    En este periodo la salud mental fue entregada por distintas ONG. Luego del retorno a la democracia fueron retomadas por las políticas de salud mental. Dónde durante el gobierno de Ricardo Lagos se reforma el sistema , pero no cambia el espíritu ni la mentalidad neoliberal que surgen en la dictadura militar. Así el criterio económico constituye el objeto y el medio de gobierno.

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    1. Desde la decada de 1990 el MINSAL elabora la primera versión del PNSMP, donde se explicita la desinstitucionalización de los pacientes psiquiátricos e incorporando un enfoque comunitario.
      Con la institucionalización académica y profesional, el enfoque comunitario adquirió elementos de las políticas públicas, que tienen como base la idea de que el crecimiento económico es el medio para la superación de los problemas sociales.

      La comunidad adopta una forma de red de relaciones de colaboración que se potencian para lograr el enfoque de inserción social-territorial y proveer herramientas para que los individuos se desempeñen adecuadamente.

      La salud mental busca un ideal de salud ligado a una ciudadanía, buscando el equilibrio y bienestar como organizador de la subjetividad contemporánea.
      En esta quincena se basa en el enfoque genealógico inspirado por Nietzsche y Foucault.
      La salud mental busca la integración, articulación y armonía de las conductas y comportamientos del conjunto de los individuos, mediando la modulación de sus existencias.

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  24. Los textos de esta quincena apoyan las lecturas de las semanas anteriores y vienen a reforzar la historia y contexto de como se ha ido dando la salud mental comunitaria en los ultimos años. Lo importante que fue la modificacion economica y cultural durante la dictadura con el modelo neoliberal, privatizando la salud, implementando sistemas como las ISAPRES que terminan dividiendo a la poblacion y el acceso, que con los años se han ido modificando para adecuarse a los tiempos actuales. Otro factor no menos importante que se toca en las lecturas es la influencia de la antipsiquiatria impulsada por francia, especialmente por Foucault, que viene a desinstitucionalizar la psiquiatria y a eliminar progresivamente los manicomnios y hospitales psiquiatricos. Como lo hemos ido viendo en nuestro país al día de hoy, existen menos de 5 hospitales psiquiatricos que funcionan como tales y se ha ido transpasando a un modelo comunitario e integral donde la hospitalización pasa a ser una herramienta secundaria, siendo lo principal el usuario y sus necesidades, con la consecuente reintegración a la sociedad.
    Se puede observar que el estado de chile ha ido realizando cambios progresivos durante su historia, desde la cuestion social, que previamente no eran de su preocupación y esto decanta en los movimientos sociales actuales, la preocupacion por la salud mental, especialmente con el periodo de pandemia por el que estamos viviendo, que ha dejado al descubierto las falencias del sistema que aun estan por ponerse a prueba.
    Me parece que nos dirigimos hacia un futuro donde la salud comunitaria llegó para quedarse y para aportar a la mejoría de los usuarios y usuarias, de una manera mas integral y multidisciplinaria.
    Luis Aguilera

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  25. En esta oportunidad debo decir y reconocer que me ha costado más trabajo engranar los textos en una sola idea o dirigirlos en un sentido, darles una coherencia.
    Me quedan dudas de conceptos que creo entender de forma parcial o limitada, de l mismo modo me hubiese gustado tener una base mayor respecto a la obra de Foucault. Recuerdo muy bien su concepto del ejercicio del poder y del control a través del Panóptico, cuando pude leer en el pregrado su reflexión acerca de esta estructura arquitectónica.
    Intento hacer el enlace con los textos expuestos, de lo cual me nacen algunas ideas:

    1. Se entiende que la psiquiatría en algún momento histórico (incluso hasta la actualidad) ha ejercido un rol de control sobre el entramado social. De esta idea tenemos refuerzo en los varios textos que hemos leído de forma previa.
    2. En lo esencial (o al menos como una de sus tareas principales) el modelo comunitario viene a contrarrestar este rol controlador de la psiquiatría a través de varias conceptualizaciones y acciones destinadas a insertar el cuidado de la salud mental de las personas en la misma comunidad: la desmanicomialización, el trabajo con APS, la desmedicalización intentando agregar al enfoque biomédico lo psicosocial, la incorporación de más actores en el proceso de salud como otras profesiones del área de la salud, de las humanidades, las familias, las organizaciones sociales, etc.
    3. Para lograr el objetivo y generar el cambio es preciso generar resistencia en varios lugares del engranaje social y del sistema de salud: en lo formativo a nivel académico, en las políticas públicas, en lo económico, en los poderes intermedios etc.
    4. De esta forma es lógico finalmente armar una proyección o un continuo que va desde le salud mental del individuo a lo social y político, o al revés, tratando de darle una ajuste más biopolítico a la idea de gubernamentalización o gobernabilidad.

    Respecto a estas ideas cuya secuencia o conexión puedo reconocer como desprolija (por torpeza mía), me parece preocupante lo del punto tres, en el sentido que ese trabajo de intervenir en varios puntos del entramado social y del engranaje del sistema de salud para un objetivo biopolítico, mal utilizado, puede significar la concreción a nivel social y humano individual de la conducción de las conductas de cada uno de los miembros de la sociedad, lo que tendrá un valor positivo o negativo (bondadoso o maligno) de acuerdo a lo que se pretenda.
    Relacionado con esto último, me remito a la idea de la educación en libertad de la población, abordada en la penúltima entrega que trató sobre el estigma en salud mental. Creo que es la educación de la población la que puede, no tan solo ayudar a eliminar el estigma en salud mental, sino que también abordar por sí mismo el cuidado de su salud mental del individuo, utilizando las herramientas que el sistema de salud pueda ofrecer en todos sus niveles y ámbitos.

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