Desde la opción por el silencio a la opción por el señalamiento de lo innombrable
... recuerdo una cita de Wittgenstein (...) “Es interesante comparar la multiplicidad de herramientas de lenguaje y las maneras como las utilizamos respecto a lo que dicen los lógicos sobre la estructura del lenguaje [incluido ahí el autor del Tractatus].”[2] Podemos captar la diferencia entre su tratado “estructural”, escrito en el frente de la guerra de 1914, que termina con la frase: “lo que no se puede decir, hay que callarlo”, y su concepción dinámica, útil en la práctica, elaborada en su segunda filosofía después de su regreso a Cambridge en 1929, donde esta frase, gracias a una “definición ostensiva” deviene: lo que no se puede decir, sólo se puede mostrar.
Extracto del artículo Inscripción de un borramiento de Jean-Max Gaudillière, publicado en la Revista OROPEL
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